La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha anunciado este martes un “plan de choque” contra los rebrotes de COVID-19 “para evitar por encima de cualquier cosa el confinamiento total”, que incluye la mascarilla obligatoria desde el jueves y limita la asistencia en terrazas y reuniones privadas en espacios interiores a grupos de no más de diez personas. Las terrazas y lugares de ocio deberán cerrar a las 1.30 horas y tendrán que registrar, con DNI y número de teléfono, a los clientes, para facilitar los rastreos.
En una rueda de prensa en la Real Casa de Correos, sede del gobierno regional, Ayuso ha defendido que su estrategia “contra el COVID-19, por la salud y la economía”, que ha bautizado como 'Madrid no se para', tiene una “doble misión”. Por un lado, “acabar con el COVID-19”. Por otro, “trabajar sin descanso por el empleo en Madrid y el resto de España”. La presidenta ha informado de que la Comunidad de Madrid va a contratar y formar a nuevos rastreadores, llegando a la cifra de 360, “lo que duplica la actual”, ampliable en función de las necesidades que se vayan detectando.
Además, la presidenta ha presentado un “proyecto experimental de cartilla COVID-19”, para que “quienes hayan pasado la epidemia, la enfermedad y tengan anticuerpos y se estén realizando PCR o hayan tenido acceso a las pruebas tengan la posibilidad de tener esta cartilla”. Un modelo que, según ha indicado Ayuso, permitirá “que las personas que no contagien puedan seguir una vida normal” y puedan “acceder a establecimientos como gimnasios, museos, cines o cualquier recinto cerrado”.
El pasado mes de abril, el Govern catalán incluyó en su plan de desconfinamiento implantar un pasaporte de inmunidad que ya generó dudas y rechazo entre juristas y expertos en salud pública. Según indicaron los especialistas, veían discriminatorio y contraproducente para el sistema de salud la propuesta de los asesores del Govern que pretendía crear un certificado obligatorio para ir al trabajo o usar el transporte público.
A nivel sanitario, no hay certeza de que una persona que haya pasado el virus sea inmune directamente. Además, los especialistas advirtieron de que un pasaporte de inmunidad puede empujar a una parte de la población a contagiarse, por ejemplo, para poder volver a trabajar. La OMS tampoco respaldó en abril la idea de un pasaporte de inmunidad al no haber certeza de que una persona que ha contraído el coronavirus esté protegida ante una segunda infección.
98 nuevos contagios
En la misma comparecencia, el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, ha informado de 98 nuevos contagios por coronavirus detectados en las últimas 24, pasando de los 48 a los 138 casos. De ellos, 11 han sido detectados en centros de Atención Primaria y 127 en hospitales de la región. El responsable de sanidad en la región ha reconocido que desconoce el porcentaje de hospitalizados, pero que suelen ser “muy pocos casos”.
Asimismo, ha asegurado que ha crecido el número de seguimiento de pacientes por atención telefónica en atención primaria y “como hay más capacidad diagnóstica hay más seguimientos de contactos”. “Esta ha sido la semana de la historia de la pandemia donde más PCRs se han hecho, cerca de 5.000 en primaria solo de contactos de contagiados”, ha trasladado.
Madrid era hasta ahora, junto a Canarias, la única comunidad que no había hecho obligatorio el uso de la mascarilla, pese a las presiones de múltiples sectores, como asociaciones de médicos, sindicatos, oposición y hasta políticos de sus mismas filas para que se alinearan con la medida tomada en toda la península.
El vicepresidente Ignacio Aguado había trasladado la presión al Gobierno central al afirmar la semana pasada que si no se realizan PCR en el aeropuerto de Barajas no quedaría “más remedio” que implantar la obligatoriedad de la mascarilla aunque pueda mantenerse la distancia social. Ayuso ha indicado también este martes que la Comunidad de Madrid podría “ayudar con un hospital de campaña que podría estar en el aeropuerto de Barajas para hacer PCR a los viajeros”.