El Ayuntamiento de Madrid quiere aparcar el coche, empezando por la Gran Vía

“Vuelve el cielo de Madrid” es el lema de La Celeste, una semana de iniciativas centradas en la movilidad y el medio ambiente en la capital. Madrid se suma así, del 16 al 22 de septiembre, a la Semana de la Movilidad Europea, en la que participan 1619 ciudades de 42 países, este año incluso fuera de las fronteras europeas ya que se estrenan a la iniciativa Mali, México y Japón. 

Este año desde el Ayuntamiento que encabeza Manuela Carmena se han programado una serie de actividades enfocadas a hacer de la capital una ciudad “más respirable” y peatonal, con actividades que pasan por cerrar calles, promover el uso de la bicicleta o iniciativas educativas como talleres y exposiciones. 

“La semana de la movilidad trata de mostrar alternativas que a medio y largo plazo nos permitan corregir los graves efectos de los modelos actuales de ciudad que tenemos”, explica a eldiario.es la concejala de Movilidad y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, Inés Sabanés. 

Según enfatiza Sabanés, se trata de “concienciar” para transformar los hábitos de movilidad para priorizar el transporte público, fomentar el uso de la bicicleta y reducir el impacto del vehículo privado. 

El dióxido de nitrógeno (NO 2) es uno de los principales contaminantes que más perjudican al aire de Madrid que se emite a través del tráfico. En los días en los superan a los mínimos niveles de estos gases establecidos por ley, los problemas de salud en la capital se disparan. Desde 2011, la capital ha sobrepasado cada año los límites de contaminación permitidos por la Unión Europea, según explica la concejala de Medio Ambiente que lo califica de “preocupante”. 

“La movilidad y el tráfico son cruciales en la lucha contra el cambio climático y la contaminación ambiental y acústica”, indica Sabanés. En el Ayuntamiento de Madrid existen dos áreas encargadas de llevar a cabo políticas dirigidas a la movilidad y que a su vez repercuten en el medio ambiente. Estas son Medio Ambiente y movilidad, que lidera Inés Sabanés, y Urbanismo con José Manuel Calvo a la cabeza. Calvo explica a este medio que uno de los objetivos principales de su área es el de “cambiar la percepción de los ciudadanos del espacio público” y dirigirse hacia un modelo de ciudad donde el vehículo privado pierda protagonismo. 

El protocolo contra la contaminación aprobado por el Ayuntamiento entró en vigor el pasado mes de febrero con medidas que endurecen las restricciones al tráfico en episodios de alta polución y rebajan los niveles de dióxido de nitrógeno. Las medidas pasan por limitar la velocidad, el aparcamiento o el acceso de coches al centro.

Una semana festiva 

La Celeste tuvo su pistoletazo de salida este pasado viernes con el Parking Day. Durante ese día, algunas plazas de aparcamiento de los diferentes distritos de la capital, tuvieron temporalmente un uso diferente. Donde normalmente encontramos un coche, se improvisaron huertos, microbibliotecas o se instalaron mesas de ping-pong. Esta iniciativa, como explican desde el Consistorio, se produce a la vez en ciudades de todo el mundo. 

Pero el día grande de La Celeste es este domingo cuando la capital se llena de actividades e iniciativas centradas en el uso de la bicicleta o en un centro de la ciudad libre de coches. Para el primero de los objetivos, los ciudadanos de Madrid y también sus numerosos turistas pueden unirse al taller de circulación ciclista 'En Bici a la Uni', organizado por las universidades públicas de Madrid, o sumarse a los itinerarios de “En Bici al Trabajo”.

Este domingo además, los peatones tomarán las calles de las principales arterias de la ciudad durante unas horas. El Consistorio cortará el tráfico de la Gran Vía, el Paseo del Prado y el Paseo de Recoletos. Unicamente podrán circular los autobuses urbanos y los taxis. 

Una Gran Vía más peatonal

La Gran Vía es una de las calles más concurridas de la capital. Cualquiera que haya paseado por ella en las horas centrales del día, festivos o durante las rebajas ha podido comprobar el desbordamiento de esta calle tanto por el tráfico como por la cantidad de peatones. En estas horas punta, el elevado número de coches y de gente hacen casi imposible el tránsito. 

Por eso, uno de los proyectos que el Gobierno de Carmena va a poner en marcha partir de 2017 es el de ampliar las aceras y reducir el número de carriles para los coches. Para el concejal de Urbanismo es prioritario que los vehículos dejen de atravesar Madrid de este a oeste y se utilicen otras vías alternativas para que esta calle deje de ser de cruce principal. Desde el Ayuntamiento, calculan que las obras de Gran Vía comenzarán en julio del próximo año.

La Supermanzana de Barcelona, un modelo a seguir

El Ayuntamiento de Barcelona prevé empezar a ejecutar en 2017 una serie de cambios en diferentes manzanas o islas del Eixample para reducir la circulación de vehículos y recuperar las calles como espacios comunitarios. Para José Manuel Calvo este modelo de ciudad “es el camino a seguir” en Madrid.

Calvo reconoce que la capital “no está tan avanzada” en ese punto. Como explica, en algunos puntos de la ciudad condal el límite de velocidad del coche se ha bajado a los 10 km/h. “Una medida más modesta es la que hemos puesto en marcha en tres puntos del barrio de Chamberí donde hemos limitado la velocidad a los 30km/h”.