Martínez-Almeida fía todo a la diplomacia para meter al Retiro en la Unesco
Hace una semana se conoció que el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos), el organismo internacional que asesora a la Unesco en la confección de la cotizada Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco, desaconsejaba por completo la candidatura de Madrid por considerar que presentaba un conjunto compuesto por un jardín ubicado en una zona de alta contaminación -el Buen Retiro- sin vínculo histórico con el Paseo del Prado. A pesar de ello, Luis Lafuente, director general de Patrimonio Cultural del Consistorio, contestó que insistiría en la candidatura conjunta de los dos emplazamientos “hasta el final”.
Este martes, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha citado a los portavoces de los grupos de la oposición para hacerse una foto que pueda utilizar el embajador delegado permanente ante la Unesco, Juan Andrés Perelló. La imagen pretende demostrar a los miembros de la Unesco con capacidad de voto que en el Ayuntamiento de Madrid hay consenso político ante una causa que cada vez recuerda más al “relaxing cup of café con leche” de la exalcaldesa de Madrid Ana Botella.
Sin embargo, la líder de la oposición, Rita Maestre, asegura que esta reunión “llega tarde”. La portavoz de Más Madrid entiende que debería haber sucedido antes de que se rompiera el diálogo con la oposición, tras el escándalo protagonizado por Andrea Levy cuando ordenó el cierre de Medialab Prado. Se quejan de que entonces le reclamaron audiencia, pero nunca se sentó con ellos. La foto del consenso también se parece a la foto del Titanic: si se hunde con la candidatura no lo hará solo, será un problema del Pleno al completo. El Gobierno local trata así de evitar la cadena de dimisiones que la oposición reclamará si falla la candidatura, empezando por Andrea Levy y continuando por Luis Lafuente, tal y como indican a este periódico dichos grupos en bloque.
En la reunión, el alcalde de Madrid y su equipo han reconocido que, después del demoledor informe de Icomos, no tienen la mejor jugada para entrar en la Lista. El criterio juega en su contra, pero lo apuestan todo a la diplomacia: descargan toda la responsabilidad en las capacidades de Perelló, que la semana pasada estuvo en Madrid preparándose la defensa. Martínez-Almeida, Levy y Lafuente están convencidos de que el embajador será capaz de resolver en los “pasillos” del día de la votación los nubarrones que se ciernen sobre la candidatura madrileña. Perelló se ha visto en situaciones complicadas, pero quizá no tanto como esta.
En 2019 le tocó defender con intensidad la cerámica talaverana el día de la votación y logró que entrara en la Lista de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la Unesco. Sin embargo este año, los responsables del Consitorio ven una mano negra detrás del informe de Icomos: creen que las críticas del estudio son un ataque anglosajón contra la incorporación del que sería el primer parque urbano en la lista, por delante de Hyde Park (Londres) y Central Park (Nueva York).
El director de Patrimonio también ha asegurado que si este año falla la candidatura doble, en 2022 volverán a intentarlo con la segregada, sin el Buen Retiro. Dicen que desde la Unesco les han dejado ver que el eje del Paseo del Prado no tendría mayores problemas.
A pesar de ello, a finales de julio tendrá lugar la votación y probarán con los dos lugares, porque la candidatura no se puede reformar sobre la marcha. Tendrían que dejar pasar la convocatoria actual y presentarse a la siguiente, con el proyecto rehecho. Si fracasa, las cosas se complicarán, porque entonces tendrán que volver a competir con la candidatura de la Ribeira Sacra, impulsada desde el Ayuntamiento de Orense y la Xunta de Galicia. Este año se apearon por tener un proyecto poco desarrollado, pero el año próximo sí lo intentarán.
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