A pesar de que la prioridad en los objetivos del concurso eran los usos culturales, el proyecto ganador de la rehabilitación de la antigua fábrica de Clesa solo destinará a estos un 4% del total de los metros cuadrados del edificio industrial protegido desde 2015. La mayoría del espacio, ideado por Alejandro de la Sota entre 1958 y 1960 y abandonado desde 2011, se dedicarán al alquiler de espacios para pymes dedicadas a la investigación científica de los que se beneficiará los próximos 75 años su principal inversor, la multinacional holandesa Kadans. De esta manera, el barrio de Fuencarral-El Pardo ve cómo se esfuma la promesa que hizo Manuela Carmena en 2019 de disfrutar de un “Matadero del norte”, ante la total ausencia de infraestructuras culturales en la zona. Las bases del concurso dejaban clara la prioridad cultural y solo uno de los tres proyectos finalistas no atendió esta demanda, a la sazón vencedor.
La empresa inmobiliaria holandesa contactó para concursar como proveedor de servicios con Metrovacesa, propietaria del suelo, propietaria del suelo, que cedió la fábrica el pasado año al Ayuntamiento de Madrid a cambio de beneficiarse con una modificación de su uso para promover en él la construcción de dos torres de 25 pisos. El proceso de cesión del edificio de Alejandro de la Sota sigue sin concluirse, pero la promotora ya ha recuperado el control total del complejo tras el polémico fallo del concurso, el pasado junio, que mantiene indignado a los vecinos del barrio de Fuencarral-El Prado porque se ven excluidos del espacio público.
La primera línea de las bases del concurso de adjudicación del complejo, que redactó el Ayuntamiento de Madrid y que tramitó a través de la asociación internacional Reinventing Cities, lo especificaba así: “Se busca rehabilitar el edificio, ponerlo en valor y adaptarlo a la normativa actual para albergar usos culturales y de innovación”. Además, la convocatoria también indicaba que esperaba del proyecto ganador que incluyera actividades sociales, culturales o educativas para los residentes del entorno. Según ha podido comprobar este periódico estas actividades de encuentro ciudadano han sido reemplazadas por los alquileres de la práctica totalidad de los espacios que saldrán de la rehabilitación de la antigua lechera.
Sin encuentro cultural
En las bases del concurso también se rescataba la mención al Matadero. Según estas la intención era “crear un equipamiento singular polivalente que pueda convertirse en un punto metropolitano de encuentro cultural y de innovación al norte de la capital, como alternativa a Matadero Madrid”. El encuentro cultural se ha visto reducido a un 4% y el espacio dedicado a las exposiciones será gestionado por La Fábrica. Estará ubicado en el vestíbulo de entrada, en la nave oeste, que tras la reforma contará con tres alturas. Para ello romperán la fachada original e incluirán una nueva línea de ventanas en el edificio protegido.
Aquella idea del “Matadero del norte” pretendía destinar 38.000 metros cuadrados de la icónica construcción a uso exclusivamente cultural y dejar el resto del complejo, 89.000 metros cuadrados, para la construcción de una ciudad de la medicina, vinculada al aledaño Hospital Ramón y Cajal. En julio de 2020 fue aprobado el Plan General de Ordenación Urbana del entorno que permitirá a Metrovacesa la promoción de este espacio para usos de hospedaje, oficinas y espacios comerciales. Sin embargo, el proyecto del alcalde José Luis Martínez-Almeida ha fulminado ese “Matadero del norte”. Los 38.000 metros cuadrados que iban a ser para la cultura se quedarán en 700 metros cuadrados, una reducción del 98% de las proporciones.
A pesar de todo el jurado, compuesto por 13 vocales (en su inmensa mayoría cargos políticos y técnicos del Ayuntamiento), se decantó por el proyecto que beneficiará a Kadans y a la antigua dueña del solar, Metrovacesa. A la última fase pasaron “Val-Verde”, que obtuvo nueve votos, y “Fábrica Circular”, que logró cinco. En las actas de la deliberación, a las que ha tenido acceso elDiario.es, quedan registradas las dudas que hubo aquel día sobre la vinculación cultural con el barrio del proyecto ganador, “Val-Verde”. Fue el propio coordinador de la Junta de Fuencarral-El Pardo, José Luis Fernández Martínez, el que llamó la atención sobre este aspecto. Dijo que, a pesar de la solvencia económica de la propuesta, esta “tiene una carencia” por lo planteado en cómo va a “interconectarse con el aspecto social y cultural del distrito y de la ciudad”.
Fue tan llamativa la carencia que varios miembros del jurado preguntaron al responsable de Kadans, Miguel Muñoz, por el papel de la cultura en su proyecto, dado que en el norte de Madrid “no existe un espacio cultural de referencia”. Muñoz respondió entonces sobre los beneficios de las “ciencias de la vida”, los laboratorios y los hospitales. Sobre “el programa y contenidos del espacio cultural” apuntó que la intención es que sea “un centro de divulgación científica”. Y reconoció que el plan cultural todavía no lo han desarrollado en detalle, aunque esperan que La Fábrica -creadora de PhotoEspaña- realizará una buena gestión del pequeño espacio.
Indignación vecinal
“El espacio cultural era muy necesario para nosotros porque no tenemos nada en Fuencarral. Era una esperanza muy grande, porque necesitamos esa vida cultural para no desaparecer. No hay nada para los chavales, que tienen que marcharse todos los fines de semana al centro de la ciudad. Queremos sentarnos en enero con todos los partidos para que nos den una explicación, porque necesitamos rectificar estos planes: no vamos a pintar nada en ese proyecto, el edificio lo van a dedicar a alquilar salas. Es un desastre”, explica Antonio González, el presidente de la Asociación Vecinal La Unión de Fuencarral. Hoy recuerda con amargura la promesa de Manuela Carmena de crear un “Matadero del norte”.
Pilar Perea, de Más Madrid, llama la atención sobre las dudas que ha suscitado en el jurado el proyecto ganador. “No ha tenido unanimidad. Estoy de acuerdo con las voces que dicen que se debería cumplir con lo que dicen las bases sobre los usos culturales. Ese espacio va a dejar de ser público porque se va a ceder por 75 años. Cómo es posible que este espacio estratégico pase a manos privadas, cuando los vecinos del distrito contaban con él. Además es importante recordar que tratamos de que esto no sucediera con una votación en el Pleno de Cibeles, pero la iniciativa fracasó porque faltaron dos concejales del PSOE que no votaron”, cuenta Perea, que contaba ese día con la abstención de Vox.
Hay otras medidas que llaman la atención en el proyecto diseñado por el arquitecto Carlos Rubio para Kadans y Metrovacesa: las incubadoras empresariales del barrio dispondrán del 1% del total del espacio. La cafetería, el 3%. La mayor parte de los metros cuadrados (10.500) irán destinados al alquiler de laboratorios, oficinas y a la creación de un auditorio con capacidad para 500 personas para la realización de congresos. Como explica a este periódico Miguel Muñoz, responsable de Kadans en España, “alquilaremos aquellos espacios con equipamiento para laboratorios, de tipo oficina y salas blancas (para microprocesadores)”. Kadans es una empresa del sector inmobiliario que se hace con edificios y cuyos clientes son empresas de investigación a los que alquila espacios. “En el caso de Clesa crearemos un ecosistema de startups de investigación y medicina”, añade Muñoz.
El responsable de Kadans está convencido de que la propuesta presentada cumple con las bases del concurso, porque “la iniciativa de hacer un centro cultural es del consistorio anterior”, indica. “Es el Ayuntamiento el que ha determinado cuál es el nuevo programa del espacio y no creo que la cultura fuera una prioridad. El Ayuntamiento reorientó el cambio de uso, un uso que fuera sostenible. Y el uso cultural no produce un retorno económico, sino de otro tipo. Está claro que nuestra propuesta no es un centro cultural”, explica Miguel Muñoz. Desde el área de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de Madrid aseguran que “el proyecto ganador cumple con las bases al proponer un espacio innovador y multifuncional, así lo valoró el jurado”.
Una restauración “agresiva”
Kadans invertirá 31 millones de euros en la reforma del antiguo Clesa y las obras arrancarán cuando se resuelva la cesión del edificio de Clesa al Ayuntamiento, que esperan suceda en algún momento del segundo semestre de 2022. Una vez hayan realizado las obras de consolidación de la estructura empezarán con la rehabilitación, que se prolongará 20 meses. Es decir, en el mejor de los casos, Kadans cree que el edificio estará disponible para finales de 2024.
Una parte de los miembros del jurado, además, llamaron la atención sobre “lo agresivo” de la intervención arquitectónica sobre la fábrica de Alejandro de la Sota. Este aspecto lo confirma la Fundación de Alejandro de la Sota, que muestra su preocupación porque el proyecto ganador “no garantiza” la conservación de los valores y el espíritu de la obra original. Tanto el hijo del arquitecto como la propia fundación se han ofrecido al Ayuntamiento para colaborar en la rectificación de los planes que desvirtuarían el patrimonio arquitectónico conservado hasta hoy. Aseguran que no van a cejar hasta que sean escuchados y atiendan sus reclamaciones, “para que no tengamos que lamentarnos una vez más”. Desde Kadans indican que esperan que la Fundación Alejandro de la Sota defina qué colaboración quieren tener en este proceso, pero que eligieron al arquitecto Carlos Rubio “para que actuara de manera conservadora con el patrimonio”.