La DANA que ha golpeado València y otras zonas de la península ha generado una gran ola de solidaridad en todo el país. Una de sus muestras son los miles de voluntarios que trabajan día y noche para gestionar las toneladas de ayuda que están donando desde diferentes puntos. En Madrid, como en otras muchas ciudades, se han desbordado todas las previsiones, la ciudad se ha movilizado para organizar la recogida masiva de productos esenciales destinados a las familias afectadas en más de 20 puntos establecidos por el Ayuntamiento, aunque la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) dice que ya no son necesarios más alimentos y enseres.
Uno de los puntos de recogida más grandes está situado en la sede del Ayuntamiento de Madrid, en el Palacio de Cibeles. Carlos, que ha llegado a primera hora de la mañana para ayudar, explica a elDiario.es que está allí porque siempre ha sentido que ayudar a los demás es un deber. Su trabajo, junto con el de sus compañeros, consiste en recoger y clasificar los productos que les traen los vecinos de la zona. En todos los lugares habilitados, la mayoría de los participantes son voluntarios jóvenes que han decidido dedicar su tiempo libre a esta causa.
Muchos voluntarios creen que debería existir más apoyo por parte de las instituciones y del sector privado. “Lo más importante es que todos tenemos que colaborar, si los de arriba no van a echar un cable, pues aquí estamos para arrimar el hombro”, explica Lucía. Además, hace hincapié en que se trata de una cuestión humanitaria y que las empresas deberían “facilitar que sus trabajadores puedan participar como voluntarios en estos momentos críticos”. Los voluntarios también insisten en que aunque ya no se necesiten más donaciones, hay muchas más formas de ayudar a las zonas afectadas.
En la Calle Santa Engracia, el centro de recogida está repleto de gente desde primera hora de la mañana. Los voluntarios explican a este periódico que la afluencia de personas que aportan donaciones es constante hasta las 21 horas, con un pico importante a partir de las 18, y que no ha disminuido con el paso de los días. En su mayoría, quienes se ofrecen a ayudar son jóvenes que clasifican los productos y organizan las cajas en función de las necesidades. “Estamos aquí todo el día desde el sábado, clasificando y preparando lotes de productos de limpieza, agua, y alimentos”, explica una de las voluntarias, que también destaca la llegada incesante de donaciones, especialmente de productos como leche, agua, alimentos no perecederos y productos para niños.
El proceso logístico que siguen estos centros de recogida está ya muy bien engranado. Según explica Jaime, voluntario en la calle Santa Engracia, cada distrito tiene uno o más puntos de recogida donde se hace una primera clasificación de las donaciones. Posteriormente, los camiones llevan el material al Palacio de Cristal de la Casa de Campo, donde se hace una segunda catalogación. Desde allí, las donaciones hechas en toda la ciudad se trasladan a un centro logístico del Barrio de La Garena de Alcalá de Henares y finalmente se distribuyen hacia la provincia de València y el resto de áreas afectadas.
Este trabajo coordinado entre voluntarios, vecinos y profesionales como bomberos y personal de emergencias es el que permite mover más de 20 camiones por hora. A pesar de la gran cantidad de ropa y alimentos que siguen recibiendo, el equipo organizador recomienda empezar a priorizar ciertos materiales: “Es mejor no traer más ropa ni comida. Lo que más se recomienda son pilas, cargadores y útiles de limpieza,” señala uno de los responsables de la organización en Santa Engracia.
Para muchos de los voluntarios, participar en esta red de ayuda es más que una acción puntual, debe ser un compromiso a largo plazo porque la ayuda es necesaria ahora pero también dentro de unas semanas. “Hoy ha sido València, pero mañana podríamos ser nosotros”, comenta Lucía mientras acomoda cajas de agua y productos de limpieza.
En el punto de recogida del distrito Centro, situado en la Plaza de la Cebada, los voluntarios insisten en que se van a ofrecer hasta que se les necesite a pesar de que no saben si van a continuar más allá del jueves, cuando está previsto que el Ayuntamiento cierre los puntos que queden abiertos. Los encargados del punto reclaman que se recuerde que el horario es de 9 de la mañana a 21 y piden que los ciudadanos consulten cuáles son los enseres que más se necesitan día a día, ya que se ha llegado a un punto de cierta saturación.