Las elecciones autonómicas de este 4M en la Comunidad de Madrid son tan excepcionales que es difícil saber qué significan y a quién benefician de momento esos más de dos puntos de incremento en la participación (un 28,4% frente al 26,2% de 2019) registrados este martes. La politóloga Sandra León repasa los cuatro condicionantes que convierten en peculiar este día y que hacen difícil su comparación con otras convocatorias anteriores: “Hay una pandemia que establece tramos horarios de votación recomendada, la fecha cae en jornada laboral, no coincide con otros comicios y dentro de dos años habrá nueva convocatoria electoral”.
Por eso los expertos piden prudencia a la hora de interpretar estos indicadores. “Hay que ser cautos”, afirma León: “Si la participación al final superara el máximo histórico del año 1995 veríamos una excepcionalidad en el entorno comparado que tenemos hasta ahora. Hemos visto tres elecciones en Galicia, País Vasco y Catalunya. En dos de ellas se ha dado un récord de participación a la baja. Y en cambio lo que estamos planteando para Madrid es algo muy distinto. Si al final hay una alta participación podemos pensar que el efecto de la polarización ha predominado sobre unas condiciones estructurales muy difíciles para que la participación fuera alta”.
En la misma línea se pronuncia Pablo Simón. Este doctor en Ciencias Políticas considera que no es descartable un “arreón” de participación cuando la gente salga de trabajar, pero añade: “No hay una pauta clara, mirando datos por barrios, sobre quién se está movilizando más”. Simón hace hincapié en el hecho de que al ser día laborable, las entradas de participación se están viendo “distorsionadas”.
Ciertamente, los incrementos en la participación se están registrando tanto en feudos de la izquierda, como Getafe, Leganés, Rivas o el corredor del Henares, pero también en bastiones de la derecha. Entre otros Pozuelo de Alarcón, Majadahonda y Las Rozas. Lo mismo sucede en la capital, donde el incremento a las 13:00 horas es notable en barrios de voto conservador, como Chamberí y Chamartín, pero también en barrios obreros de voto marcadamente progresista, como es el caso de Moratalaz, Puente de Vallecas y Tetuán, aunque en estos el aumento de la participación es menos acusado que en los distritos más afines a la derecha.
“Un resultado ajustado”
Por su parte, la politóloga Paloma Román no descarta que al final del día la participación aumente, pero advierte: “Sea cual sea el dato de participación el resultado será ajustado”. Además, Román pone de relieve la acusada polarización de la campaña. “Es una polarización muy transversal. La izquierda ha pedido una movilización mayor. La derecha ya la tiene en el ADN. Probablemente sea un síntoma de que la gente se ha movido y va a votar”.
Sandrá León incide en la misma idea: “Las encuestas marcaban un interés por las elecciones y una movilización altísima. Si al final hay una alta participación podemos pensar que el efecto de la polarización se ha impuesto”.