El PP cuadra el puzzle para encajar de nuevo a Mari Mar Blanco en un cargo público
Mari Mar Blanco, presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo y exdiputada del PP en el Congreso de los Diputados, se pasa al Ayuntamiento de Madrid. El Gobierno de José Luis Martínez-Almeida la ha fichado como asesora del concejal delegado de Vivienda, Álvaro González. “Confirmo que ya está trabajando. Estamos muy contentos con su trayectoria profesional, tenemos un gran activo”, decía este martes el regidor. Con este movimiento, el partido liderado por Pablo Casado cuadra de nuevo el puzzle para encajar a la hermana de Miguel Ángel Blanco, el concejal del PP secuestrado y asesinado por ETA en Ermua en 1997, en un cargo público.
Blanco, diplomada en Turismo, asumió su primer cargo político en 2009 en el Parlamento Vasco. Tres años después, se quedó sin escaño en la Cámara porque los votos obtenidos en las elecciones autonómicas no alcanzaron a su puesto, el sexto. Entonces, el PP quiso facilitar su entrada a costa de hacer correr la lista, pero el Patronato de la Fundación de Víctimas del Terrorismo –del que formaba parte el Gobierno, entonces de Mariano Rajoy, y otras asociaciones– la nombró presidenta de la entidad en sustitución de Maite Pagazaurtundúa en esos días. Blanco, ya en este nuevo cargo, renunció a continuar como parlamentaria pese al ofrecimiento en firme del PP a desplazar a alguno de los diputados electos, entre ellos Iñaki Oyarzábal o Javier Maroto.
Esta fue la primera vez que el Partido Popular se volcó con Blanco ante un revés electoral. Estas decisiones se han repetido en los años posteriores hasta la actualidad. También con Pablo Casado a la cabeza del Partido Popular.
Su salto al Congreso de los Diputados se produjo en 2016 en un momento de mejora de los resultados en las urnas. Iba en el puesto número 13 de la lista confeccionada por el expresidente Rajoy. Durante las legislaturas XII y XIII, Blanco participó en ponencias, sobre todo, de seguridad ciudadana, aunque también fue portavoz adjunta de la Comisión de Interior o de Igualdad.
Ya con Casado al frente del PP, se han multiplicado los movimientos para mantener a Blanco en el equipo, pese a que la exdiputada vasca se decantó por Soraya Sáenz de Santamaría en la disputa por el liderazgo del PP en el verano de 2018. La dirección nacional ha procurado que continuara, primero, como diputada nacional. Mari Mar Blanco fue una de las damnificadas por la pérdida de más de la mitad de los escaños el pasado 28-A, pero Casado trató de salvarla de la debacle electoral.
El líder popular obligó a dos personas de su máxima confianza que ocupaban puestos de salida, Daniel Lacalle –número cuatro– y a Andrea Levy –número seis–, a renunciar a su escaño. El primero se mantuvo como asesor económico del partido; la segunda lo iba a apostar todo por Madrid, como número dos del entonces candidato del PP al Ayuntamiento, José Luis Martínez-Almeida.
Pero las elecciones se repitieron siete meses después y el reparto de escaños volvió a someterse a las urnas. Esta vez, Casado envió Mari Mar Blanco como cabeza de lista por Álava siete años después de abandonar la política vasca. Tampoco funcionó. El puesto estaba vacante porque la persona que ya intentó arañar un escaño por esa capital de provincia el 28-A, Javier Maroto, era senador por designación autonómica en otra operación de rescate que lo llevó al extraño periplo de empadronarse a posteriori en un municipio segoviano, Sotosalbos, para aterrizar en la Cámara Baja por Castilla y León.
Un hueco en el Gobierno de Ayuso
Fuentes del PP reconocen que Blanco esperaba entrar en el Congreso por la circunscripción de Álava y que desde entonces había quedado descolgada. Antes de aquella apuesta fallida, se intentó acomodar a la nueva asesora del Ayuntamiento de Martínez-Almeida en la Comunidad de Madrid como Comisionada de Víctimas del Terrorismo. La presidenta, Isabel Díaz Ayuso, confirmó que era una de las candidatas con más posibilidades, pero Blanco rechazó el ofrecimiento y en su lugar entró el exalcalde de Alcobendas, Ignacio García de Vinuesa.
Ahora emprende una nueva etapa en un área, la de Vivienda, en la que no tiene experiencia y que será una de las más demandantes del mandato. El alcalde, José Luis Martínez-Almeida, dice que se trata de un “eje clave y estratégico” para el equipo municipal. La ciudad de Madrid tiene los precios disparados, los ciudadanos tienen problemas para acceder a una vivienda y el Ayuntamiento se ha propuesto “ampliar la oferta” pública como una vía, dicen, para bajarlos.
Blanco cobrará por desempeñar el cargo de asesora entre 53.000 y 73.000 euros. Según El Confidencial, que ha adelantado el fichaje, ocupará un tipo de puesto creado por Ana Botella en 2014 para poder subir la retribución de los cargos de confianza: la figura del “vocal asesor”, que desempeña una suerte de “asesoramiento especial”.
En el Ayuntamiento, Blanco trabajará a las órdenes del concejal delegado de Vivienda, Álvaro González, con competencias en la Empresa Municipal de la Vivienda y el Suelo (EMVS). Fuentes municipales explican que Blanco “está adscrita al grupo municipal y destinada a este área ya que el concejal no cuenta con ningún asesor”. A la vez, mantiene su puesto en el Comité Ejecutivo Nacional del PP y su cargo de vicesecretaria de Estudios y Programas del PP de Madrid.
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