PP y Vox aplican el rodillo en Madrid para no aceptar ninguna enmienda de la oposición a sus cuentas
Con los votos de PP y Vox, las enmiendas a la totalidad presentadas por Más Madrid, PSOE y Unidas Podemos a los primeros presupuestos de Isabel Díaz Ayuso desde que es presidenta han decaído durante el debate parlamentario de este jueves. Las cuentas regionales siguen su curso sin apenas sorpresas. Antes del pacto alcanzado entre las dos formaciones, ya se preveía que estas enmiendas no tenían ningún viso de prosperar. Sin embargo, lo que más ha indignado a la oposición por “antidemocrático”, es la cláusula del acuerdo que estipula que ninguna de las propuestas parciales presentadas por la izquierda serán valoradas ni tenidas en cuenta por parte de ambas formaciones.
El pacto de presupuestos alcanzado este martes entre el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso y la formación de extrema derecha incluye una punto por la que tanto PP como Vox se comprometen a no aceptar ninguna de las enmiendas totales o parciales de los partidos progresistas. PP y Vox aplican así un rodillo en Madrid para no aceptar ni una sola propuesta de la oposición a sus cuentas. Esta negativa no ha impedido que tanto Más Madrid como PSOE y Unidas Podemos hayan presentado sus enmiendas. Entre todos suman más de 3.700 medidas que serán rechazadas por las fuerzas de derechas sin entrar a valorar su contenido.
Las cuentas no gustan a la oposición y menos tras el acuerdo alcanzado entre el consejero de Hacienda, Javier Fernández-Lasquetty, y la líder de Vox, Rocío Monasterio. Todas las formaciones progresistas coincidían este jueves en criticar los primeros presupuestos que, consideran, merman los derechos de los madrileños, menoscaban los servicios públicos y suponen “la negación absolutamente patológica de que la época dorada del neoliberalismo tocó su fin”. “Siguen privilegiando los recursos a altos cargos mientras en materia sanitaria y educativa reducen inversiones”, ha lamentado la portavoz de Economía y Hacienda de Unidas Podemos, Sol Sánchez (IU).
También censuran la cláusula que tirará a la basura todas sus propuestas parciales. El diputado del PSOE Fernando Fernández ha criticado que se “haya excluido” a los grupos de izquierda sin atender a sus propuestas. “Son los que siempre han sido la expresión del absolutismo envuelto en trampantojo democrático”, ha asegurado durante el debate de las enmiendas torales.
“Están ustedes enfermos de sectarismo, no solo porque van a rechazar sin mirar un centro de salud en Las Tablas, un instituto en Parla o una fábrica de automoción en el sur, sino porque no se dan cuenta del absoluto ridículo antidemocrático que van a hacer si, por ejemplo, nosotros presentamos una enmienda a sus 9 millones de cuidados paliativos y la superamos y ustedes votan en contra”, espetó por la mañana la portavoz de Más Madrid, Mónica García, directamente a Ayuso durante la sesión de control.
Los socialistas han presentado igualmente las 476 enmiendas que habían preparado, al igual que Más Madrid que ha registrado 1.587 y Unidas Podemos, 1.644. Todas estas comenzarán a debatirse a partir del 13 de diciembre en las comisiones de cada área aunque de poco servirá porque el compromiso de PP y Vox es rechazarlas todas, sin entrar si quiera a valorarlas. “Pierdan toda la esperanza de meter la mano en la vida de los madrileños”, le decía por la mañana Monasterio a la portavoz adjunta de Unidas Podemos, Alejandra Jacinto.
Desde el Gobierno regional reconocen que el acuerdo “puede parecer” antidemocrático, pero ponen como excusa que el Gobierno central no ha aceptado ninguna de las enmiendas presentadas por el PP para los Presupuestos Generales del Estado. Otras fuentes del Ejecutivo autonómico reconocen que están “muy cómodos” con la cláusula firmada porque temían que Vox pudiera “empezar a aceptar medidas sin control” de la izquierda que cambiasen demasiado las cuentas proyectadas. Sobre quién la incluyó en el pacto, no responden.
El acuerdo entre Vox y el PP en la Comunidad de Madrid se hizo esperar tras dos meses de negociaciones entre Monasterio y el consejero de Hacienda, Javier Fernández-Lasquetty. Durante ese tiempo, la formación ultraconservadora puso sobre la mesa varias líneas rojas de calado más político que económico, que finalmente no se han plasmado en el pacto presentado este miércoles por ambos dirigentes.
Vox renuncia a la derogación de las leyes LGTBI, a la expulsión de los menores no acompañados o a la presentación de una reforma del estatuto para reducir diputados –una medida que fue la excusa para apoyar la investidura de Ayuso–. Sobre la derogación de las leyes LGTBI y “de género”, no hay mención alguna en las 13 medidas acordadas, aunque Lasquetty ya dejó claro después que ambas formaciones siguen negociando para modificar algunos de sus artículos.
Ayuso y Monasterio se reunían a primera hora de la mañana para dejar constancia de la buena sintonía entre ambas y que el acuerdo sigue su curso. La presidenta madrileña logra así salvar el año tras el adelanto electoral en el que se hizo con una holgada mayoría y se deshacía de Ciudadanos, su hasta entonces socio de Gobierno. Durante los dos ejercicios anteriores, el acuerdo a tres bandas no fue posible y la dirigente del PP tuvo que prorrogar las cuentas de 2019 en dos ocasiones, aprobadas durante el anterior Gobierno de Ángel Garrido.
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