El Ayuntamiento de Madrid avanza en el proyecto de cómo será la futura Gran Vía que priorizará al peatón. Aunque todavía está en fase de elaboración, lo que aseguran desde el consistorio es que antes de que acabe 2017 las obras para cambiar la principal arteria de la ciudad estarán concluidas.
El proyecto cambia ligeramente respecto al inicial. El concejal de Urbanismo de Ahora Madrid, José Manuel Calvo, ha explicado que no será una ampliación de aceras como había informado previamente él mismo. La futura Gran Vía será una “plataforma única”. Esto significa que la calle no tendrá aceras y carriles para vehículos, sino que tendrá un pavimento continuo en el que se colocarán “bolardos” para gestionar la afluencia de tráfico de modo que sea flexible. “Para ajustar las necesidades en cada momento”, según ha explicado Calvo. Según estas necesidades se podría habilitar uno o dos carriles para los vehículos. Por tanto, se descarta, por el momento, la peatonalización completa de esta calle.
Desde el área de Medio Ambiente, la concejala Inés Sabanés ha especificado que la Gran Vía entrará dentro del Área de Prioridad Residencial (APR) del centro y solo podrán circular residentes y transporte público.
José Manuel Calvo también ha explicado que se está trabajando para agilizar el desplazamiento del transporte público, aunque no ha especificado si se hará con una lanzadera como explicó este lunes la alcaldesa Manuela Carmena. El edil ha apuntado a que se reducirá la cantidad de líneas que actualmente pasan por esta calle.
Evaluación “positiva” del cierre Gran Vía en Navidad
La disminución del tráfico privado en la Gran Vía tras el dispositivo especial de Navidad ha sido del 43%, del 20% en la Cuesta de San Vicente, del 25% en Princesa y del 12-13% en el eje Prado-Recoletos.
La “afluencia peatonal ha sido espectacular”, ha indicado Inés Sabanés que ha hecho una “valoración positiva” de los cortes de tráfico intermitentes que comenzaron el pasado 2 de diciembre.