“Queremos que las personas que viven en esta gran ciudad, a veces tan despersonalizada, tan individualista, no se encuentren solas”. La técnica Elisa Lillo resume así el ambicioso objetivo 'Madrid, ciudad de los cuidados', un plan formado por nueve iniciativas para convertir la capital en un “espacio de apoyo mutuo” y que presenta este martes la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena.
El Ayuntamiento de Madrid va a destinar a los diferentes programas, coordinados por Madrid Salud, tres millones y medio de euros hasta 2019 para crear “un modelo de ciudad que no se ordene exclusivamente en función de la actividad mercantil”.
Entre los proyectos hay tres que echarán a andar de forma simultánea y en fase piloto el próximo mes de enero: contra la soledad no deseada, para atender comunitariamente al duelo y para gestionar los malestares cotidianos. Otro, para “cuidar los espacios” de los colegios y en torno a ellos, ya arrancó en septiembre en tres centros de la capital.
Una red para atender el duelo
Los barrios de Vista Alegre y Puerta Bonita (Carabanchel) trabajarán desde enero en el proyecto 'Comunidades compasivas y prevención del duelo complicado'. “Vivimos la muerte y el duelo como un suspiro. Sales del tanatorio y la vida sigue, como si no hubiera pasado nada. Y sabemos que al duelo hay que atenderle como se debe. Queremos que la gente que pasa por esto, que podemos ser cualquiera, puedan encontrar en su entorno un espacio de apoyo”, explica Elisa Lillo, responsable de este proyecto de intervención comunitaria.
La iniciativa “pretende fortalecer las capacidades del vecindario para el cuidado colectivo” y se va a poner en marcha en estos dos núcleos concretos porque concentran un mayor porcentaje de personas mayores y los índices de salud son peores, cuenta Lillo. La red está pensada para atender no solo a personas que han perdido un ser querido, sino también a las que están cuidando a enfermos crónicos o terminales.
¿Y cómo se articula este plan? El proyecto, que cuenta con experiencias previas en otras ciudades como Sevilla o Badajoz y estará dotado con un presupuesto de 370.000 euros según los pliegos, incluye la creación de un “grupo promotor” formado por un psicólogo o psicopedagogo coordinador y otras tres personas con tituladas en psicología, trabajo social y enfermería –a todos se les exige experiencia en el abordaje del duelo o en cuidados al final de la vida– que van a trabajar con otras entidades públicas y privadas del barrio. Este grupo será el responsable de iniciar las acciones de sensibilización y las intervenciones (individuales, grupales y comunitarias).
“Observadores” contra la soledad no deseada
El proyecto 'La prevención de la soledad no deseada' pretende, con una financiación cercana al medio millón de euros en dos años, que todos los agentes sociales del barrio “estén implicados en la detección”. En enero se lanza como piloto en los barrios de Almenara (Tetuán) y Trafalgar (Chamberí), donde el gran reto “es llegar a identificar a las personas que viven en una soledad que no desean y les hace sufrir porque no es fácil comunicarlo”, explica Mónica Díaz, técnica de Madrid Salud que ha coordinado este programa.
“La labor de difusión va a ser importante para conseguir el farmacéutico o el panadero se conviertan en observadores informales. Porque pueden identificar a la señora María, que viene todos los días y hace un mes que no”, avanza Díaz. El concurso público para gestionar este programa incluye la contratación de un coordinador con titulación en Psicología, dos psicólogos o psicólogas y dos trabajadoras o trabajadores sociales.
“No se trata de un recurso propio, sino de promover la vinculación de las personas con los recursos que ya existen en los barrios y lo que hacen las asociaciones, que son un aliado importantísimo y lo han sido en el diseño del proyecto”, concreta la técnica.
El Ayuntamiento de Madrid calcula que el programa podría atender a más de 9.000 personas en Tetuán y a 8.100 en Chamberí. Según una encuesta hecha por el consistorio en junio, un 6,8 % de las personas mayores de 18 años se siente sola en Madrid, lo que hace un total de 180.000 personas en la ciudad.
Escuelas confortables que cuiden
Tres colegios de la capital trabajan desde septiembre en el proyecto 'Cuidado de los espacios públicos en torno a los colegios' que permitirá que transformen sus patios en espacios seguros, saludables, con vegetación y zonas de sombra y socialización donde no todo se construya sobre el eje de la pista de fútbol. Son el CEIP Valle Inclán (San Blas), Juan Sebastián El Cano (Usera) y Daniel Vázquez Díaz (Moncloa-Aravaca). El programa se ha puesto en marcha tras conocerse los resultados de un estudio encargado por el Ayuntamiento de Madrid, que arroja que muchos patios no cumplen las condiciones mínimas de espacio e instalaciones.
En diciembre cada colegio presentará una propuesta de regeneración de ese espacio que servirá como guía para que lo hagan en el futuro otros colegios de Madrid. “Queremos terminar con eso de que sea el técnico municipal el que decide a demanda del director o directora qué se hace con el patio. Es un trabajo que creemos que debe hacer la comunidad educativa, los niños y las niñas, las familias, los docentes y las asociaciones del barrio que quieran participar”, afirma Mónica Díaz, también parte de este proyecto, dotado con 21.659 euros y que no ha exigido ningún contrato.
A ello habrá que sumar lo que cuesten las obras que se harán en el verano de 2018 en los tres centros, resultado del trabajo de diseño de la comunidad educativa. El Ayuntamiento de Madrid es competente en “la conservación y mantenimiento de los espacios escolares”, pero los centros dependen de la Comunidad de Madrid. “Cuando tengamos los proyectos tendremos que llamar a la puerta de la Comunidad porque habrá parte que podamos hacer y parte que no”, anticipa Díaz.
Superar en grupo los malestares cotidianos
Tres distritos (Centro, Vicálvaro y Chamberí) trabajarán para la gestión comunitaria de los “malestares cotidianos” desde enero. Y otros tres (San Blas, Arganzuela y Tetuán) se adherirán en 2019 al proyecto 'Intervención comunitaria en los malestares de la vida cotidiana' en torno a, sobre todo, tres fuentes de conflicto personal: “los relacionados con los roles de género, con la crianza de los hijos e hijas y con el proceso de construcción de la identidad en la pubertad y la adolescencia”.
“Se trata de una intervención grupal para afrontar y prevenir las consecuencias negativas sobre la salud de este tipo de circunstancias, y de crear espacios de encuentro entre profesionales y otros agentes y la propia comunidad”, detallan desde el Ayuntamiento.
El plan 'Madrid, Ciudad de los Cuidados' también incluye “una línea de subvenciones a proyectos de iniciativa social que promuevan los cuidados en cualquiera de los cuatro ámbitos definidos en el plan: el cuidado del espacio público y la vida en común; la ciudad que administra con cuidado; la ciudad sensible a la vida cotidiana; y la ciudad que incorpora los cuidados al sistema productivo”. Los delegados, concejales de todos los grupos municipales y funcionarios directivos están haciendo un curso de “Formación interna en ética de cuidados”.