Ramón Espinar, en Mongolia: “Hay que disputarle a la derecha el concepto de Patria y para eso hay que asumir los símbolos nacionales”
Ramón Espinar dimitió de todos sus cargos hace mes y medio por la crisis abierta en Podemos. El exsecretario general de Podemos en Madrid defendía la necesidad de tender puentes con Íñigo Errejón, tras su alianza con Manuela Carmena, para lograr una lista unitaria antes de mayo. Pero la dirección de Pablo Iglesias no lo vio así y Espinar decidió abandonar el barco antes de que se hundiera. Espinar lo ha resumido este martes en una charla con los periodistas y humoristas de la revista Mongolia: “Si presentas dos o tres candidaturas que se pelean por el 10% de los votos, no vas a ganar en la vida”.
Espinar ha pasado de tener un cargo orgánico en Podemos y dos institucionales a ser un militante de base de la formación que lidera Iglesias. La dimisión de todos sus cargos (el de secretario general de Podemos en Madrid, el de senador y el de diputado autonómico) para irse a su casa, no hace menos interesante lo que tiene que decir un exdirigente que ha estado en la cocina de un partido político que atraviesa sus horas más bajas, cinco años después de fundarse.
Por eso, Espinar se ha sentado este martes en el sofá de 'Mongolia habla con', en los Teatros Luchana, y ha hablado con Pere Rusiñol y Darío Adanti del futuro de Podemos, de su decisión de marcharse y de los retos que todavía tiene que encarar su partido si no quiere desaparecer en el nuevo marco político que ya está instalado en el país.
Espinar ha reconocido que Podemos “llega fracturado a las elecciones”. “Ya veremos después de las elecciones como se reconstruye el movimiento político del cambio”, ha añadido el exdirigente de la formación de izquierdas que ha asumido más que nunca la línea errejonista con el que el partido surgió en 2014 tras la resaca del 15M, y que Pablo Iglesias abandonó en 2016 en Vistalegre II coincidiendo con la ruptura con Errejón.
Para Espinar, “es muy difícil la política sin el artefacto Patria, es muy difícil disputarle a la derecha eso que llamamos hegemonía y que nos gusta tanto sin el artefacto Patria”. Por eso, el exsenador defiende que hay que “disputarle a la derecha el concepto patria” para “ganar”, y para eso “a lo mejor hay que asumir los símbolos nacionales y resignificar algunas cosas”.
En ese sentido, Catalunya es otra de las piedras angulares. Para el exdiputado autonómico, abogar por el diálogo en Catalunya en medio de un clima de crispación entre los independentistas y la derecha “no basta”. “Entre los independentistas y la España del Capitán Trueno, la apuesta del diálogo es profundamente perdedora”, ha defendido, desmarcándose una vez más del discurso que ha defendido su formación los últimos meses.
“Hay que dejar atrás el Podemos Melrose Place”
Y es que el exdiputado autonómico estaba cómodo, y relajado, como solo se relajan los que ya han abandonado la primera línea política. Por eso tampoco se ha cortado a la hora de describir Podemos y de criticar el “infantilismo en la gestión de los liderazgos” de la formación: “Es decir, hay que dejar atrás el Podemos Melrose Place”, ha espetado Espinar durante su conversación con Rusiñol y Adanti en referencia a las decisiones que se toman en la dirección en función de qué parejas sentimentales se forman o se dehacen.
“Una cosa tan serie como una organización que tiene 5 millones de votos, y que aspira a cambiar este país, no se puede convertir en una cosa de amigos”, ha defendido el exsenador.
En este sentido, Espinar también ha hecho alusión a cómo surgió Podemos y a cómo se aprovechó en un primer momento el capital mediático de Iglesias para convertirse en una fuerza política con posibilidades. “Fue una contradicción que el partido que surge del 15M pusiera en su papeleta el careto del líder”, ha asegurado Espinar a la vez que reconocía que no se podía hacer de otra manera.
“Hacía falta que alguien hiciera un movimiento audaz. El sistema electoral y el sistema político está montado para dejarnos fuera”, ha reflexionado sin dejar de lado las consecuencias de ese hiperliderazgo en Pablo Iglesias: “Era evidente que un tipo de configuración de la herramienta política con ese liderazgo iba a generar después problemas, pero era eso o nada”, ha manifestado.
“Probablemente Podemos sea un híbrido entre un partido político de izquierda tradicional y Operación Triunfo”.