Actualizar el trayecto en pantalla dentro de los trenes aún es una cuenta pendiente para el Metro “del futuro” en Madrid

Metro de Madrid ha emprendido una carrera hacia el futuro. Al menos, esa es la estrategia comunicativa desplegada desde la Comunidad. “Isabel Díaz Ayuso presenta el Tren del Futuro que estrenará la circulación automatizada”, rezaba una nota del suburbano el pasado 21 de abril, cuando la presidenta autonómica acudió al tren de la próximamente remodelada línea 6 que se exhibe en plena plaza de Colón.
Una línea sin conductores a partir de 2027, que incorporará un factor muy demandado habitual en otras redes europeas: puertas de andén automáticas en todos los andenes, que protegerán de la caída a las vías. Sin embargo, la implantación de otra cuenta pendiente del Metro madrileño mucho más sencilla y fácilmente aplicable no parece entrar en los planes del proyecto. Se trata de indicaciones visuales que actualicen la estación de llegada y el avance del recorrido a lo largo de la línea.
El consultor y estratega de marcas Fernando de Córdoba considera “surrealista” que esta señalización no esté operando en el Metro. No en vano, apostilla que “hace décadas hubo sistemas que lo hacían, aunque fuesen primarios y mejorables, pero se eliminaron”. En su web Ecomovilidad, el experto llegó a desarrollar una elaborada propuesta al respecto ya en 2010.
Explica que a mediados de los ochenta en los trenes 2000 (ahora en la línea 1) los termómetros, esos carteles que reflejan todas las paradas de una línea en las paredes de los coches, se iluminaban para indicar la línea en la que se viajaba. No precisaba la parada concreta, pero al menos situaban a los pasajeros. En otros trenes, como los tipo 5000 (que actualmente se ven en la 6), unas flechas iluminadas detallaban además la dirección. Hoy se ha reducido el número de trenes que incluyen termómetros de varias líneas distintas, pero en esos donde ocurre no hay indicación visual alguna que informe de la que se está usando, más allá del pequeño panel entre vagón y vagón donde la estación de llegada aparece y desaparece brevemente.
Un buen sistema poco renovado
“El diseñador Arcadi Moradell ideó en los ochenta un sistema gráfico en las estaciones muy avanzado para su época, pero desde entonces solo se han llevado a cabo retoques, como las indicaciones de ascensores o en inglés. El problema es que nunca, ni en ese momento ni desde entonces, se ha cuidadado la información al viajero dentro del tren”, opina Fernando de Córdoba. Tomar un tren es más sencillo e intuitivo que en Cercanías, un habitual galimatías para el viajero ocasional, pero en su interior las facilidades se reducen.
“Hemos ido retrocediendo y nos hemos quedado en un sistema que es una pegatina”, lamenta Fernando de Córdoba. Un vistazo a otras redes europeas basta para comprobar las distintas alternativas. En Barcelona, unas bombillas LED implantadas a mediados de los noventa se van iluminando progresivamente conforme la líne avanza hacia una nueva estación.
No obstante el formato más extendido, presenta en múltiples capitales europeas, es presentar la siguiente estación a través de pantallas en los televisores de los coches (recogiendo además las paradas posteriores o el final de línea). En algunos trenes del Metro de Madrid hay teles, pero se dedican a promociones o a recopilar noticias de lo más variopintas. Esto último ocurre también en los buses de EMT, aunque en ese caso al menos comparten espacio con la actualización del recorrido.

“Los primeros trenes con tele en Madrid llegaron a partir de 1998 a la línea 8, la del aeropuerto. Luego se incorporaron a la 3, la 5 o la 6. En esta última llegaron a utilizarse para reflejar el trayecto, aunque con un diseño muy mejorable. Ahora es bastante común que estén apagadas”, expone el consultor publicitario.
De Córboba argumenta que, por mucho que esta señalización interior pueda permanecer innecesaria para los usuarios habituales, es importante para “personas con discapacidad, turistas o persona quienes lo usen con poca frecuencia”. Puntualiza además que es un recurso vital “cuando la megafonía no funciona, algo que pasa en muchas ocasiones y muchas estaciones”.
Una información interior recargada y poco funcional
Aprovecha para reprochar otros aspectos de la señalización de los trenes: “El plano interior es muy difícil de utilizar y de entender, cada vez les añaden más iconos. No sé qué sentido tiene incluir en él las estaciones con aparcamientos y las que no, cuando ya estás dentro del propio tren. Se han complicado cosas de manera innecesaria y luego hay veces que necesitas hacer contorsionismo para ver la estación a la que estás llegando”.
Fuentes de Metro de Madrid explican a este periódico que se trabaja en acciones en este sentido, aunque no concretan cuáles: “Se están valorando y estudiando diferentes opciones para mejorar la señalización de los nuevos trenes, que están todavía en fase de diseño”. Recuerdan que “las encuestas de percepción de la calidad del servicio que ejecuta periódicamente Metro dan una alta valoración a la señalética en general”. Apuntan que en el estudio del cuarto trimestre de 2024, la señalética de las estaciones fue valorada con un 8,75 (tercera mejor nota de entre los 26 aspectos analizados), sin que el análisis incluya un punto específico sobre las indicaciones dentro de los coches.
En este punto, Fernando de Córdoba observa una “dificultad de transmitir un mensaje consistente” en la estrategia comunicativa sobre su actualización futurista. “Hablan de estaciones 4.0 y de tornos inteligentes como en Gran Vía, pero nadie explica qué tienen realmente de inteligentes. Siguen sin sistema pospago ni permiten pagar con tarjetas, como sí puede hacerse en Cercanías. Ese futurismo lo mencionan solo por una estética que, dicho sea de paso, creo que no va a envejecer muy bien. Es una actualización que no dice nada y se convierte en un mensaje de políticos dirigido solo a quienes no usan el Metro”.
Pese a ello, es optimista y circunscrible el problema de las indicaciones interiores de los trayectos a una mancha dentro de un buen engranaje: “Metro hace algo tan complicado como mover millones de personas a diario, y con mucha eficacia. La red tiene un sistema gráfico muy bueno, solo se trata de extenderlo a las pantallas de los coches”.
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