La ardua tarea de armar el catálogo y hasta los muebles de una nueva biblioteca pública en Madrid: “Que tiemble Amazon”

“El paraíso tiene forma de biblioteca”. Emilio del Río, director de Bibliotecas, Archivos y Museos del Ayuntamiento de Madrid, cita esta frase de Jorge Luis Borges para expresar el orgullo que le produce inaugurar una instalación de este tipo en la ciudad. La Francisco Umbral, abierta desde el pasado 23 de mayo en el barrio de Butarque del distrito de Villaverde, es la primera de carácter municipal y público inaugurada en la capital en tres años, desde que la de San Fermín comenzase su actividad en Usera. La segunda desde 2013. Levantarla y dotarla de vida es un proceso tan arduo como gratificante, lleno de curiosos pormenores.
“Desde que se acaba la obra hasta que se puede entrar pasa un tiempo”, indica del Río en su conversación con Somos Madrid. El organismo que lidera, adscrito al área de Cultura, se encarga de la gestión del personal y los contenidos (sea el catálogo o las actividades). La Junta Municipal del distrito correspondiente asume por su parte todo lo relacionado con el propio edificio, una vez finalizada la construcción desde el área de Obras. Cuando la Intervención General de este último ramo del Consistorio certifica que todo está bien, la edificación “se da por acabada”. Luego la Junta distrital, en este caso de Villaverde, otorga su visto bueno y contrata determinados serivicios (desde los suministros de agua y energía hasta la seguridad).
Respecto a la plantilla, su incorporación se produce con bastante antelación a la pertura. “Se contrata, mediante convocatoria de oposición pública, al personal del cuerpo de bibliotecarios antes de abrir para que adquieran un rodaje previo en otras instalaciones de la red”, explica del Río. En la Francisco Umbral la única excepción de entre sus diez empleados es la directora, Natalia García, que acumula ya 15 años de experiencia al frente de otras bibliotecas: la García Márquez de Usera y la de Ciudad Lineal. La mujer al frente del nuevo recinto apostilla que sus nueve compañeros “todavía están como interinos”, aunque ya se sometieron a los exámenes para conseguir plaza hace unas semanas.
A estos recursos humanos se han sumado, en el periodo de mayor intensidad para ultimar todos los preparativos, otras ocho personas del personal volante de las bibliotecas municipales. Porque, como expone García, echar a rodar implica coger impulso con meses de margen: “Mis compañeros están contratados desde el verano pasado y trabajan para esta biblioteca desde el 28 de abril. Yo empecé ya en enero, incluso en diciembre del año pasado con la llegada de mobiliario. El edificio fue recepcionado en otoño del año pasado, así que todo ha sido muy rápido”. Una infraestructura, por cierto, a la que le ha caído alguna crítica en redes por su apuesta acristalada.
Esta directora, que ha vivido su primera apertura absoluta de una biblioteca (sí sabe lo que es inaugurar después de reformas), confiesa no obstante que el proceso no ha sido un camino de rosas. “Es un jaleo”, sintetiza. Debido a la necesidad de instalar el sistema de alarmas antes de colocar los contenidos y los centros de trabajo, el montaje final de los fondos se ha ejecutado en el último mes previo a la apertura, un margen que García considera estrecho: “Algunos fondos ya venían con alarma, pero al ser esta de radiofrecuencia, cada una se asocia a un ejemplar concreto mediante un programa. Si eso estuviera listo, era poner y ya, pero había que pasarlos por la estación de trabajo libro a libro. Hemos estado registrando como locos”.
Emilio del Río precisa que era imprescindible instalar los “arcos de seguridad en la entrada y magnetizar el material después, estando ya dentro del recinto”. El procedimiento garantiza mayor seguridad, aunque implique codificar y signar manualmente los más de 30.000 ejemplares de libros, revistas, discos, películas y otros materiales que concentran la Francisco Umbral entre sus distintas secciones.
Conde Duque, la cámara de los secretos
Un material que, desde que es adquirido por el Ayuntamiento hasta que llega a la estantería de una biblioteca, se queda en los servicios centrales de Conde Duque. Las instalaciones del Centro de Cultura Contemporánea incluyen la Biblioteca Pública Municipal Benito Pérez Galdós, la Biblioteca Musical Víctor Espinós o la Biblioteca Histórica Municipal. “El departamento de adquisiciones y el de catalogación preparan en Conde Duque el fondo, que lleva almacenado unos cinco años en previsión de la nueva biblioteca de Villaverde”, dice Emilio del Río. “El escritor francés André Malraux [se trata en realidad de André Gide] hablaba de la majestuosidad de los sótanos del Vaticano. Eso es porque no vio las bóvedas de Conde Duque”, asegura.
“Cada vez que se pide fondo, sea para una nueva biblioteca o para aumentar y renovar las ya existentes, algo se guarda en Conde Duque. Ya se está haciendo para las futuras bibliotecas de Montecarmelo y Carabanchel”, subraya la directora de la Francisco Umbral. Apunta que estas previsiones son sobre todo de literatura, mientras que las obras especializadas en distintas materias llegan con menor margen y con una actualización reciente. Asimismo, otros elementos se guardan en el Almacén de la Villa, en Vicálvaro: “Ahí meten algunos libros, pero sobre todo muebles. Como esta partida está en los presupuestos de 2024, todos deben pasar la supervisión del interventor. Así fue, y han ido llegando en camiones durante una semana”.
“Todos los años se repasa lo que hay que reponer y se cataloga. Por eso los departamentos de adquisiciones y catalogaciones trabajan constantemente, porque hay que pensar tanto en futuras bibliotecas como en mantener actualizadas con novedades y reposiciones de clásicos las ya establecidas. Que tiemble Amazon con nuestro sistema”, dice para sacar pecho Emilio del Río, también autor del libro Carpe Diem. Autoayúdate con los clásicos.
Pese a este concienzudo proceso y a la previsión con un lustro de margen, Natalia García reconoce que llegaron a temer que la apertura se acabara produciendo solo con la mitad del catálogo previsto disponible. Finalmente, únicamente han quedado un puño de materiales audiovisuales por trasladar antes del pasado 23 de mayo: “Hemos trabajado como locos desde que nos dijeron que querían abrir alrededor de San Isidro. La presión de que todo esté cuanto antes es difícil de gestionar. Desde la dirección de Bibliotecas querían una actualización constante de cualquier avance. Todavía lo quieren sobre los primeros datos de nuestra actividad”.
Un “instrumento de libertad e igualdad” que aviva un barrio
Unas cifras que dan cuenta de la aportación que una biblioteca puede dejar en un barrio. “Hemos hecho 600 nuevos carnés en dos semanas. Ya han pasado por aquí varios colegios, algunos con cita y otros de improviso. Han venido cuentacuentos y en general tenemos un perfil de público bastante joven que queremos potenciar. Butarque es un barrio sin mucha cosa, sin ambulatorio y sin muchas tiendas. Faltan servicios y había muchas ganas por parte de la gente, hasta hubo una manifestación el último Día del Libro [23 de abril] pidiendo que abriese ya”, narra García.
Hemos hecho 600 nuevos carnés en dos semanas. Ya han pasado por aquí varios colegios. En general tenemos un perfil de público joven que queremos potenciar. Butarque es un barrio sin mucha cosa, sin ambulatorio y sin muchas tiendas. Faltan servicios y había muchas ganas
Por suerte, la Francisco Umbral ya es una realidad y se ha convertido en la 34ª biblioteca de la red municipal. A ellas se suman la biblioteca musical, la histórica, el Archivo de la Villa y la hemeroteca municipal. Un nuevo referente cultural que, como sus compañeras, se adapta tanto a las particularidades de su entorno como al autor que le da nombre.
Así, si la Franscio Ibáñez cuenta con un amplio catálogo de cómic, en esta como no podía ser de otra forma está aglutinada toda la obra de Umbral. Un “superretrato” del autor de Mortal y rosa, que ya bautiza otra biblioteca en Majadahonda, corona la planta principal. Todo ello dentro de un espacio no exento de polémica, puesto que el Gobierno de José Luis Martínez-Almeida desechó la propuesta vecinal para nombrar el complejo cultural que incluye a la biblioteca con la denominación “Mil Soles” y acabó apostando por el de una vocal vecina del PP fallecida en 2022, Marta Escudero Díaz-Tejeiro.
“Una biblioteca es un instrumento de libertad y de igualdad, imprescindible para la educación y la cultura”, resume en cualquier caso Emilio del Río. Presume del aumento en el presupuesto para compras: “Hemos pasado de 200.000 euros para libros en 2019 a 1.500.000. También han aumentado las partidas dirigidas a los sitemas de digitalización y agilización. Ahora mismo las bibliotecas son el tercer servicio mejor valorado por la ciudadanía. Porque además del préstamo de libros somos un motor social gracias a los talleres, clubes de lectura o presentaciones que organizamos”, presume. El responsable de las bibliotecas municipales de la capital termina, fiel a su estilo, con una frase para reflexionar: “Uno de los secretos de la felicidad es que hay muchos más libros de los que puedes leer a lo largo de una vida”.
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