“Muchas veces las manifestaciones se manipulan así que he querido aprovechar la oportunidad que me daba mi discurso”, comentaba Elisa Trivino solo unos minutos después de protagonizar el momento más impactante del acto en el que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha sido reconocida como alumna ilustre de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
Esta estudiante de Comunicación Audiovisual, grado que ha terminado con un 9,28 de media (la nota más alta de toda la Facultad), quiso verbalizar en su intervención unas reclamaciones que a su modo de ver fueron coartadas el resto de la mañana en el campus de Ciudad Universitaria. Fue el escenario de una gran representación en la que el objetivo era acallar la movilización contra la dirigente autonómica y potenciar todo lo posible sus apoyos. Se puso en marcha un enorme control en el acceso y un gran despliegue policial, en el que llegaron a producirse cargas hacia estudiantes concentrados frente al edificio al final del acto, en unos momentos de enorme tensión. Además, la Comunidad de Madrid invitó a jóvenes afines a Ayuso, muchos de ellos ni siquiera pertenecientes a la Facultad, para que confrontaran las protestas.
Desde bien temprano muchas cosas indicaban que no era un día más en la Complutense. Lo de menos eran los pasquines animando a movilizarse contra esta distinción, concedida por primera vez por la Universidad a un político en activo, en pleno año electoral y sin pasar por la Junta de Facultad como el resto de personalidades reconocidas, ya que fue un nombramiento directo del rector, Joaquín Goyache. La mayor extrañeza venía al ver varios furgones policiales por toda la Avenida Complutense y tres controles en apenas unos pasos: uno en mitad de la vía, otro en la entrada a la Facultad y un tercero en el edificio principal del campus, donde tenía lugar el acto.
El último estaba reservado para invitados y acreditados al acto, pero para atravesar los dos primeros era preciso disponer del carné de la UCM, y que este mostrara que el estudiante o docente está inscrito en la Facultad de Ciencias de la Información. Así, el alumnado y profesorado que no disponía del documento se ha quedado fuera de su lugar de estudio o trabajo.
“No tenemos clase porque nuestra profesora lleva poco tiempo y aún no tiene el carné”, comentaban un par de jóvenes en la cola donde tuvieron que esperar para acceder a su propia Universidad. Otros estudiantes no han logrado entrar al no disponer de carné físico, ya que la web y la aplicación estaban dando problemas ante el alto volumen de uso. Tampoco ha sido una justificación válida para las fuerzas de seguridad presentar una matrícula que acreditase cursar asignaturas en la Facultad aunque el alumno o alumna procediese de otra.
Miembros de Nuevas Generaciones intentan reventar la protesta y arropan a Ayuso
Este enorme control contrasta con la facilidad con la que un grupo de supuestos estudiantes, escoltados por la Policía, hizo acto de presencia solo unos minutos antes que Ayuso. Cuando la presidenta regional apareció empezaron a corear su nombre y a vitorearla al grito de “libertad”. Intentaban acallar las proclamas del alumnado que, pese a los impedimentos, protestaba en el edificio al grito de “Ayuso, se siente, la Uni no se vende” o en defensa de la Sanidad Pública (muchos colectivos de este sector estaban llamados a la manifestación).
Fuentes del equipo de prensa de la Facultad han confirmado a Somos Madrid que los jóvenes que han apoyado a la dirigente autonómica (además de espetar “fuera comunistas de la universidad” a los estudiantes críticos, que han respondido con “fuera fascistas de la Universidad”) han sido invitados por el Ejecutivo regional, pese a que a las preguntas de este medio respondían que estudian “Periodismo y Políticas en la Facultad”. A la llegada de Ayuso, han aplaudido mientras desplegaban banderas de España y la Comunidad de Madrid, a la vez que el equipo de seguridad apartaba rápidamente a un hombre por abuchear a la presidenta.
Algunos miembros de este grupo portaban carpetas de la organización Con la Libertad, que en su perfil de Twitter se define como “asociación de Estudiantes defensora de la libertad educativa en todos sus ámbitos”. Una entidad muy cercana al PP, como puede comprobarse con un rápido vistazo a su web. Pese a ello, no ha parecido molestarles las dificultades para acceder al campus durante toda la jornada. “Es cosa de rectorado”, ha declarado a este medio uno de ellos.
Entre estos jóvenes (algunos no tan jóvenes) estaba también Ignacio Dancausa, presidente de las Nuevas Generaciones del PP y gran agitador de los gritos en favor de Ayuso toda la mañana. Dancausa sí es estudiante de la UCM, pero no de la Facultad de Ciencias de la Información, ya que cursa Derecho y Ciencias Políticas. Ha liderado los abucheos a discursos como el de Trivino y los aplausos con fervor a las pocas intervenciones en favor de la líder del PP de Madrid, además de por supuesto el propio turno de palabra de Díaz Ayuso.
El periodismo que pone la información al servicio del ciudadano convive con líderes de opinión que usan los bulos para marcar la agenda. Me preocupa mucho, pero entiendo que el rectorado no comparte esa preocupación
En él, la presidenta autonómica ha aprovechado para lanzar un dardo a otros políticos (también de su propio partido): “Nunca me han regalado un título y nunca tuve a un familiar o un conocido que me enchufara en ningún sitio”. Frente a las voces críticas, ha lamentado que “tiñen eventos tan importantes como este para alumnos como Elisa”, apelando directamente a la estudiante que ha arremetido contra su distinción. “Pocos lugares deben ser tan plurales y tolerantes como la Universidad”, ha dicho mientras la Universidad impedía el acceso a cientos de personas y minutos antes de que la Policía se enfrentara a un grupo de alumnos y personal universitario que protestaba por su nombramiento como alumna ilustre.
El monólogo de la líder del Gobierno de Sol ha estado precedido por una laudatoria presentación por parte del nuevo vicerrector de Relaciones Institucionales, José María Coello, quien tomó posesión de su cargo hace pocos días. Fue después de que su predecesor, Juan Carlos Doadrio, dimitiese tras el nombramiento de Ayuso (es una figura cercana al PP y muchos colectivos universitarios le responsabilizaban del reconocimiento).
“Día de luto más que de celebración”
Ayuso se ha extendido además mucho más tiempo que el resto de condecorados. Casi diez minutos frente a intervenciones de periodistas como Almudena Ariza y Ángel Expósito, o del actor Antonio de la Torre, que no han superado los dos o tres. Precisamente al intérprete malagueño ha sido muy crítico: “El periodismo que pone la información al servicio del ciudadano convive ahora con otro tipo de comunicación, en la que determinados líderes de opinión usan los bulos con objetivo de marcar la agenda. A mí ese otro periodismo me preocupa mucho, pero entiendo que el rectorado no comparte esa preocupación”.
El ganador de dos Goyas, como Trivino, se ha centrado en dar las gracias al profesorado, a sus compañeros y a lo público: “Para mí la palabra libertad ha significado siempre tener los recursos para pensar por mí mismo. Yo pude estudiar aquí porque tuve una beca. He alcanzado la libertad gracias a que existe la educación pública”. En el gesto y el rostro del actor se palpaban los nervios y la incomodidad de alguien a quien le han privado de disfrutar con plenitud de una jornada que iba a ser muy especial. “Para mí es un día de luto, más que de celebración”, lamentaba Trivino en la misma línea. Porque hoy, en un espacio como la Universidad que debería ser garante de eso mismo que tanto pregona la política que ha sido reconocida, protegerla del ruido se ha llevado por delante la libertad.