En la calle de la Madera Alta (número 51), existe, en pleno siglo XXI, un taller artesano broncista-niquelador que es testimonio de una de las profesiones tradicionales y que representa a una las antiguas labores gremiales que se desarrollaban en el barrio tiempo atrás.
Abierto en 1875 por José María Navarro Llombart, y continuado por sus sucesores hasta la actualidad, en este pequeño taller se realizan labores de reparación y restauración de lámparas, cabeceros de camas, vajillas, bandejas, calderos y objetos procedentes de museos e iglesias.