El industrial y empresario gallego Matías López (1825-1891), que llegó a Madrid con 19 años, se convirtió en uno de los hombres más ricos de España y de Europa.
López se dedicó a la fabricación de chocolateschocolates, caramelos, dulces, cafés y sopas que fueron premiados con medallas en concursos internacionales.
Su chocolate se fabricaba en Madrid, El Escorial y Sevilla y reunía una mezcla de cacaos de primera calidad, a los que añadía miel y canela para quitarle el sabor amargo.
Sus productos se distribuían por toda España y sus oficinas estaban en la calle Palma Alta 8.