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Cómo decirle a alguien, sin ofender, que deje de hacer algo que te molesta

Desde Instagram (@mi. psicologa) me preguntan: “Mi madre desde que se ha jubilado está muy pesada y me llama muchas veces, sobre todo cuando estoy trabajando. Quiero decirle que deje de llamarme cuando estoy en el trabajo pero no sé cómo hacerlo sin que se sienta mal y sin que se enfade.”

“Cuando se desea reprender a una persona de forma efectiva y demostrarle que se engaña, hay que ver desde qué perspectiva contempla la cuestión. Pues generalmente, vista desde ese ángulo es justa, y hay que reconocerle esa verdad, pero hay que mostrarle el otro ángulo desde el cual ésta es falsa. Y él se contentará con esto porque verá que no se engañaba y que su único error ha sido no haber visto todos los ángulos de la cuestión.”  B. PascalB. Pascal

Hacer una crítica es pedir un cambio, es hacerle consciente a otra persona de qué es lo que nos molesta para que lo cambie. Normalmente, hacemos mal las críticas y lo que conseguimos es que el otro o la otra se sienta atacado/a y se ponga a la defensiva en lugar de cambiar. Lo primero será tener claro cuál es nuestro objetivo, qué es lo que queremos que el otro haga, deje de hacer, o haga de manera distinta.

No es conveniente abusar de las críticas, ni utilizarlas de manera general, empleando las palabras: todo, nada, nunca y siempre.

Para hacer una crítica tenemos que elegir bien el momento. Si yo estoy tranquilo/a y contento/a no me dejaré llevar por el enfado y tendré más presentes mis objetivos y, si el otro/a está tranquilo/a y contento/a, tendrá una actitud más receptiva y será más probable que cambie aquello que me molesta.

Para hacer bien una crítica sin que la otra persona se enfade, y aumentado la probabilidad de que cambie aquello que nos ha molestado, utilizaremos los “mensajes yo” y la “técnica del bocadillo”.

Los Mensajes yo son aquellos mensajes que se envían en primera persona. No implican evaluación negativa del otro/a (al contrario que en los mensajes tú), no dañan la relación y aumentan la probabilidad de que el otro/a cambie.

No será lo mismo decirle a tu madre “Eres una pesada” que decirle: “Cuando me llamas por teléfono al trabajo me agobio porque estoy muy ocupada y no te puedo atender.”

También utilizaremos la Técnica del bocadillo, que consiste en amortiguar la carga negativa de lo que decimos diciendo también algo positivo e incorporando la empatía.

Empezaremos por empatizar. Podrías decirle a tu madre: “Entiendo que quieras hablar conmigo”. Luego, diremos lo que nos molesta utilizando Mensaje yo: “... Pero cuando me llamas por teléfono al trabajo me agobio porque estoy muy ocupada y no te puedo atender.” Después pediremos un cambio: “Prefiero que me llames cuando haya llegado a casa”. Para terminar expresaremos algo positivo. Por ejemplo: “Así podré prestarte toda la atención que te mereces.”

Recuerda que no conviene abusar de las críticas y que la diana de nuestras críticas deben de ser las conductas y no las personas.