“Esta puerta permanecerá cerrada a partir de las 16.15 horas de la tarde”. El mensaje, colocado el jueves por la mañana en un folio pegado a los barrotes de las vallas de la Mancomunidad de San Cristóbal y firmado por sus representantes legales, anunciaba tarde de conflicto en este espacio situado junto a la calle Bravo Murillo. La junta de este espacio quería cerrar todos los accesos desde la calle principal, para dificultar la entrada de los visitantes de la plaza.
El cierre se ejecutó a la hora prevista con cadenas y candados en el vallado y dejó San Cristóbal sellada por todos los accesos salvo por un punto, el de la calle Magallanes, a unos 150 metros de las entradas por Bravo Murillo. La medida, ejecutada de forma unilateral por la Mancomunidad, provocó complicaciones a los paseantes que querían acceder al recinto -una plaza privada, pero de uso público- y también ocasionó problemas a los propietarios, que se veían obligados a dar una vuelta considerable para llegar hasta sus casas.
La clausura ocasionó la sorpresa de las familias del colegio San Cristóbal y también fuertes discusiones e insultos entre los propios miembros de la Mancomunidad, alguno con hijos en el colegio. Dos de ellos llegaron a las manos por sus diferencias de parecer y “viejas rencillas”, según varios testigos presenciales. Sin embargo, una de las personas implicadas ha explicado a este periódico que fue atacado por su “condición sexual”. La situación acabó con denuncias de agresiones, la llegada de la policía y de una ambulancia de Emergencias para evaluar las lesiones.
“Ha sido una cacicada”, se queja Salvador, el dueño de una tienda de electrodomésticos situada en el interior de la Mancomunidad. Sus clientes, que suelen acceder a la tienda por las puertas de Bravo Murillo, tenían que dar el citado rodeo. Lo mismo le sucedía a Marisa, la propietaria del negocio de alimentación y golosinas ubicado justo enfrente. “Lo que pasó este jueves ha sido surrealista”, destaca en conversación con Somos Chamberí.
La guerra de baja intensidad que se vive desde el inicio de curso en la Mancomunidad de San Cristóbal, comenzó a principios de septiembre, cuando se prohibió que los niños salieran a la plaza durante sus recreos, una restricción que el colegio decidió no cumplir por considerarla ilegal. Siguió con el riego de los bancos de la plaza a la hora de salida de las clases. Y continuó este jueves con el cierre del vallado.
La “excusa” para echar el candado fue una convocatoria del Ampa del colegio San Cristóbal para pintar carteles alusivos al cuidado del medio ambiente, que tuvo lugar después de las clases. Pero familias y comerciantes del lugar indican que la aspiración de la nueva presidencia de la Mancomunidad es mantener el cierre durante todas las tardes. “Creen que la plaza es suya para su uso y disfrute, pero se trata de un espacio de uso público”, advierten.
Tanto Salvador como Marisa llevan décadas con sus comercios abiertos al público. Landriz, la tienda de electrodomésticos, se inauguró a la vez que el Parque Móvil, en 1959. El comercio lo abrió el suegro de Salvador, quien acabó siendo propietario del local. Tanto él como Marisa van a denunciar el cierre y a pedir daños y perjuicios a los autores de la orden: “No podemos permitir que jueguen con lo que nos da de comer, las cosas hay que hablarlas con calma y no actuar como caciques”, protestan.
Ambos hacen hincapié en separar la actuación de la junta directiva del sentir general de la Mancomunidad. “Son un grupo muy pequeño de propietarios los que quieren cerrar a cal y canto”, afirman mientras creen que sus actuaciones no representan a los cientos de propietarios de San Cristóbal. Y recuerdan que en el año 2002 ya se votó decidir el cierre o no de la plaza al público. Entonces solo 50 personas del cerca de millar de miembros de la Mancomunidad se mostraron a favor. Y la plaza quedó abierta.
La Junta de Chamberí ha solicitado informes urgentes para poder tomar medidas, en respuesta a los requerimientos que el Ampa del San Cristóbal le efectuó después de los sucesos del jueves. Las familias del colegio han publicado un comunicado en el que, además, reclaman “volver a la senda del diálogo para corregir los conflictos que surgen en cualquier relación de convivencia”, una relación que se cortó de raíz con la llegada de la actual presidencia de la Mancomunidad a sus cargos.
Somos Chamberí ha ofrecido a la Mancomunidad de San Cristóbal reflejar su punto de vista sobre el conflicto, pero esta ha decidido de momento no hacerlo.