No tengo más remedio que felicitarle por su larguísimo artículo, José María Peláez. Preciso y muy bien documentado, al que, sin embargo, me gustaría interpelar en alguno de sus puntos, si bien -y en ningún caso- me atrevo a discutir sus datos históricos, tan, sin duda, cotejados y fechados pertinentemente.
Ya en el inicio de su argumentario resulta muy curioso cómo da usted nota de la “vieja rivalidad entre ambas profesiones nacida un siglo antes”, refiriéndose a ingenieros de caminos y arquitectos. Conozco el asunto, lo he vivido en mi familia, y siento de veras ese cierto aire descalificador hacia los “artistas interesados en las formas” que se desprende de su escrito. Pues bien, hace usted lo correcto colocándose del lado que le interese, pero ¿no le parece que no ha lugar referirse así a los profesionales de la arquitectura? ¿Es que cree usted que su formación como ingeniero de caminos le da derecho a situarse muy por encima? ¿No le parece lamentable el poco interés por el arte en general de muchos de nuestros técnicos? ¿Cómo valora la frase tan desdichada: “No me hables de números que soy de letras”? ¿Le parece de recibo tamaña incultura? Estoy segura que usted me contestaría cabalmente y pensaría como yo que son penosas, como poco, esas descalificaciones de un lado al otro. Ustedes, los ingenieros de caminos, son muy necesarios en el avance de la cultura y de la técnica. No se sostiene ninguna palabra contra un cálculo de estructuras en caminos, canales, puertos, puentes, cubiertas, etc... faltaría más. Los arquitectos también lo son. Incluso “los artistas” que agrandan la cultura y el grado de civilización de un país. ¿Que haríamos con magníficos técnicos y sin “artistas”?
Si usted admite, algo más adelante, que cada profesional aportó y colaboró en el proyecto de las Cocheras de Cuatro Caminos, es legítimo reconocer la firma y autoría de tal colaboración por parte de Antonio Palacios. ¿Cómo puede usted afirmar que un arquitecto no supervisa la construcción de su proyecto, si está implicado en ello, como se ve por sus propias palabras y anotaciones históricas que lo estuvo Palacios? No sabe cuanto me alegra saber que M. Otamendi valoró el aspecto artístico del proyecto. ¿Cree de verdad que una torre de más de treinta pisos tiene algún rasgo artístico relevante? Tengo la seguridad que los promotores actuales no tienen el más mínimo interés en apoyarse en ningún estudio de prestigio que defienda un mínimo de elementos estéticos. La torre es un buen ejemplo. Aunque no esté proyectada, según sus afirmaciones, rompe por completo toda la estética ambiental de Cuatro Caminos. Un “armatoste” visible desde cualquier punto de Madrid. No olvide que estamos hablando de uno de los puntos con una cota más alta en la ciudad. Eso sí, sin duda, el calculo de su estructura será impecable.
A continuación de la descalificación hacia todas las asociaciones que no están de acuerdo con este proyecto de Ibosa/Metropolitan, incluidas las personas activistas free-lance, como dice, se hace una serie de preguntas de las que vuelve a desprenderse, no ya del lado que usted se coloca en cuanto técnico, sino de su claro interés en la edificación de las 443 viviendas. Está usted en su derecho. Las personas disidentes también. Es notorio su desinterés por la estética, -lo afirma veladamente o no en muchas de sus líneas- ni industrial ni de ninguna clase, lo que le lleva a decir que una construcción industrial en el interior de la ciudad está fuera de lugar. ¿Conoce el Matadero? ¿Qué le parece? Mire, en serio, cuando paseo por las ciudades europeas y veo cómo han conseguido conservar y rehabilitar muchas de las “cochambreras” que usted dice, me da una enorme envidia.
Después de mucho repetir una y otra vez argumentos que ensalzan el proyecto para demoler las Cocheras y datar la presencia de Antonio Palacios, sus preguntas no dejan de sorprenderme. Dice que quién se ha inventado todo esto, señala a “los nuevos arqueólogos industriales del siglo XX y los gestores culturales del XXI” en un tono nada halagüeño; tengo muchos deseos de preguntarle de quién ha partido la invención de una supuesta zona verde sobre una losa de cemento, eso sí, muy bien calculada en su estructura. Usted también defiende lo que defiende “para poder trabajar en lo suyo”. Le aseguro que muchas vecinas y vecinos de Chamberí defendemos lo nuestro por aquello del amor al arte y la historia de nuestro distrito y nuestra ciudad: literal.
Le felicito por ser ingeniero de caminos. Mi padre decía que ustedes tienen tres carreras por el precio de una: caminos, puertos y canales. También le ruego, si lo considera oportuno, entender mi atrevimiento al interpelar su artículo. Esa es precisamente mi profesión, interpelar.
Firma: Concepción Torralba, vecina y vocal vecina portavoz de Ahora Madrid en Chamberí
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