El edificio de Génova 13, la actual sede del PP de la que el partido se mudará dentro de poco, lleva ocupado por esta formación política desde el año 1983, cuando sus dirigentes ordenaron el traslado ante las buenas perspectivas políticas que se abrían después de cosechar el 25% de los votos en las elecciones celebradas un año antes. Por entonces todavía se llamaba Alianza Popular.
El partido pasó a ocupar un edificio que llevaba en pie varios años y que es una de las pocas no protegidas de este entorno, en uno de los ensanches de Madrid, cuya cerca histórica llegaba hasta la calle Génova. Este lugar no tuvo siempre este nombre, referencia a la localidad natal de Colón, por la cercanía con la plaza que lleva su apelativo. El Ayuntamiento se lo puso el 1 de octubre de 1886, hasta entonces se denominaba Ronda de Recoletos o Ronda de Santa Bárbara.
Por aquel entonces en la esquina de Génova con Zurbano, donde ahora se eleva la sede del PP, se encontraba el Palacio de los Marqueses de Bedmar, un majestuoso complejo con jardín y varios edificios que formaban parte de las variadas construcciones señoriales que poblaban esta calle, como las de Luis de Silva y Fernández de Córdoba: “Está formada por viviendas aristrocráticas y opulentas casas de vecindad”, dice de ella el historiador Pedro de Répide en su conocido libro Las calles de Madrid.
De aquella época no quedan muchas imágenes, pero algunas de ellas son espectaculares, como el paisaje nevado coloreado por el Tina Paterson:
En esta otra fotografía se aprecian algunos detalles más del palacete, visto desde su esquina de enfrente:
Antes de que llegaran los palacios, sobre estas tierras estaban las huertas de varios conventos de monjas (Salesas, Teresianas y las de Santa Bárbara), cuyas tapias marcaban los límites de la citada Ronda de Recoletos. La época de construcción del palacete de los Marqueses de Bedmar no está definida ni tampoco la de su desaparición. Pero fue sustituido por otro edificio a principios del siglo XX, como recuerda Álvaro de Marichalar en esta entrevista.
Según su relato, la familia Marichalar compró los terrenos en 1910 al inventor Isaac Peral, quien por esa época tenía instalado allí su taller. El cómo pasó la propiedad de los Marqueses de Bedmar al inventor del submarino se desconoce. Luis de Marichalar Monreal, abuelo de Álvaro y de Jaime de Marichalar, construyó el nuevo edificio de la familia, que se muesdtra bajo estas líneas y que se mantuvo en pie hasta el año 1977, fecha de su demolición después de la venta. A continuación se levantó el edificio de oficinas actual, que era propiedad de Mapfre cuando el PP decidió alquilarlo en 1983 y luego comprarlo.
Volviendo al primer edificio, al de los Marqueses de Bemar, parece claro que este espacio señorial no fue edificado antes de 1872, pues en aquella época las construcciones en esta zona de Madrid eran bastante escasas, a la vista del plano de Ibañez de Íbero de esa fecha, que solo dibuja un jardín con parcela al norte de este terreno, al inicio de la ya creada pero todavía sin vecinos calle de Zurbano. Su construcción pudo estar asociada a la figura de Manuel Antonio de Acuña y Dewitte, décimo marqués de la casa, fundador del diario El Tiempo. Él, que se dedicó a la política y fue miembro del Partido Conservador de Cánovas, no se podría imaginar que sobre el palacete de su linaje, más de un siglo después, se instalaría la formación heredera del movimiento político con el que se convirtió en Senador.