Polémica en el Centro Cultural Galileo, un espacio municipal de Chamberí que habitualmente acoge exposiciones de artistas locales y que este miércoles inauguraba una muestra con un fuerte perfil político: Cuando se acaban las palabras, “con fotografías tomadas en el sur de Israel durante los ataques del 7 de octubre” que ocupará el recinto hasta el próximo 28 de marzo. La iniciativa ha encendido los ánimos en este céntrico distrito de Madrid por el posicionamiento municipal en favor de Israel, en medio de la ocupación de la Franja de Gaza.
La embajadora de Israel en España, Rodica Radian-Gordon, asistía a la inauguración entre fuertes medidas de seguridad alrededor del centro cultural, en un acto en el que se ha proyectado el documental #Nova, sobre el ataque de Hamás al festival homónimo el pasado 7 de octubre. Luego paseaba por la polémica exposición. Las fotografías que la componen son obra de Ziv Koren, un fotoperiodista muy ligado a las Fuerzas de Defensa de Israel, con las que ha trabajado habitualmente codo con codo para captar imágenes de sus operaciones militares.
Fuera, en la calle Galileo, se concentraban más de un centenar de personas para denunciar una exposición y un documental que tachan de “propaganda sionista”. “Israel asesina, Almeida patrocina”, coreaban los manifestantes ante la barrera policial que les impedía acercarse a las puertas del centro cultural. La multitud concrentrada desplegaba una pancarta con un mensaje muy significativo: “La cultura no puede blanquear un genocidio”. Somos Chamberí ha tratado de acceder a la exposición para comprobar de primera mano su contenido, pero desde la organización han declinado e impedido la entrada.
Las personas que acudían a la convocatoria denunciaban que un evento de estas características se pague “con nuestros impuestos”, ya que el espacio está administrado y financiado por el Ayuntamiento de Madrid que lidera José Luis Martínez-Almeida y la Junta Municipal del distrito, con el edil popular Jaime González Taboada al frente. Uno de los manifestantes señalaba en conversación con ese periódico que, si ya es “insostenible” permanecer neutral ante los ataques de Israel en Gaza, “posicionarse tan claramente del lado sionista como hace este Ayuntamiento supone directamente una vergüenza”.
Fuentes del Ayuntamiento de Madrid niegan en declaraciones a este diario que la controvertida muestra cuente con inversión municipal, aunque justifican su ubicación en un recinto municipal. La encuadran en “la colaboración del consistorio con las embajadas de los países que tienen representación en España, mediante la cesión de espacios municipales para actos culturales”. Enumeran otros ejemplos pasados en el propio Centro Cultural Galileo: “La Embajada de Polonia lo utilizó en el festival solidario WOSP o en la exposición Poets for Ukraine y en enero acogió Un homenaje a la literatura infantil, iniciativa impulsada por la Academia Sueca del Libro Infantil, el Instituto Sueco y la Embajada de Suecia en España”.
Otro caso mencionado desde el consistorio es la muestra Ciudad de los Vivos, Ciudad de los Muertos, homenaje al 80º aniversario del levantamiento del gueto de Varsovia en mayo de 2023, que se desarrolló también en este centro cultural. Precisamente dicha ciudad protagonizaba el lema principal de la pancarta que encabezaba la concentración: “Gaza es el nuevo gueto de Varsovia”.
Proclamas de indignación frente a un gran dispositivo policial
La muestra fotográfica exhibe los efectos de unos ataques efectuados por Hamás en octubre, durante los que fueron asesinadas 324 personas como consecuencia del acto terrorista y el posterior fuego cruzado con el ejército y las fuerzas de seguridad israelíes. La masacre derivó en una nueva ofensiva israelí sobre Gaza que ya se ha cobrado al menos 30.000 víctimas mortales, más de un tercio de ellos niños según diversos organismos humanitarios, además de en una significativa multiplicación de la violencia contra la población palestina en la Cisjordania ocupada.
Para los manifestantes reunidos en Chamberí este miércoles, el acto se trata de “un acto propagandístico que intenta blanquear el genocidio”. Se han vivido algunos momentos de tensión, después de que varios agentes reprimieran a un hombre que trató de mostrar a los ocupantes de un vehículo oficial que llegaba a la zona una fotografía de niños asesinados durante una ofensiva israelí. Al término de la inauguración, un grupo se ha acercado a abuchear otro coche oficial, en el que según afirman viajaba la embajadora de Israel. También han sido rápidamente retirados por los efectivos policiales.
El despliegue para controlar la protesta constaba de seis furgones y 15 agentes de la Policía Nacional en el entorno del espacio municipal, además de varios miembros de la Policía Municipal de Madrid. Al inicio de la concentración algunos agentes solicitaban su identificación a un grupo de personas que tomaban parte en ella, aunque con el paso de los minutos y con la salvedad del incidente previamente citado la concentración se desarrollaba con calma.
Una tranquilidad tensa e indignada, porque los manifestantes no podían refrenar su rabia ante la postura de la administración madrileña: “Cada niño muerto es un niño muestro”, ha sido uno de los gritos más desagarrados. También se lanzaron proclamas contra la propaganda mediática de Israel al recordar que muchos de los objetivos de sus bombardeos “eran hospitales, no bases militares”. Y mostraban su descontento con la inacción del Gobierno central y de la Unión Europea al corear “Ya queremos ver que Pedro Sánchez cierra la Embajada de Israel” o “¿Dónde están? No se ven, las sanciones a Israel”.
Entre las personas movilizadas a pocos metros del espacio cultural (concretamente en la otra acera) todavía colea la intentona del grupo municipal del PP y de Vox para conceder la Medalla de Honor de la ciudad al pueblo de Israel, presentada cuando el Gobierno de Netanyahu ya llevaba semanas bombardeando la Franja. “Se ponen de parte de los que están ejecutando un genocidio”, denuncia Ana, una de las participantes más madrugadoras en la protesta. Finalmente y ante la oposición de los Cronistas de la Villa, el Ejecutivo municipal acabó reculando y concederá el reconocimiento a la comunidad judía en Madrid.