A veces, un pequeño pastor de ovejas puede vencer a un gigante filisteo. No ocurre demasiado a menudo, pero cuando pasa merece la pena pararse a ver por qué ha sucedido y cómo se consiguió. En Chamberí, la historia de David contra Goliat la han protagonizado durante los últimos 15 años cientos de vecinos de este distrito de Madrid agrupados en la asociación Parque Sí. Enfrente tuvieron al todopoderoso gobierno regional de Esperanza Aguirre, al que doblegaron varias veces en los tribunales hasta conseguir una zona verde para todos donde antes solo jugaban al golf unos pocos.
Su lucha se cuenta ahora en De interés general, una película documental que detalla el largo proceso que vivieron desde la primera pancarta de protesta que se colocó en un balcón hasta el diseño del enorme parque que ahora se construye, que elaboraron los propios vecinos. Lo dirige Miguel Ángel Sánchez (Madrid, 1965), a quien le encargaron este trabajo para que, además de dejar constancia de lo sucedido, sirviera como inspiración a otras personas en otros lugares. “Como vecino de Chamberí, siempre me pareció injusto que este terreno, que podía ser un parque público, se dedicara a un deporte minoritario”, explica en conversación con este periódico. “Pero no conocía los detalles de lo que había pasado”, admite al recordar cómo le ofrecieron el proyecto, después de contactar con la asociación en una fiesta celebrada en la ya extinta Casa de Cultura.
Lo que pasó en el Tercer Depósito es conocido: el Canal de Isabel II, la compañía de aguas de la Comunidad de Madrid, quería abrir estos terrenos a los vecinos construyendo un gran parque sobre sus instalaciones. “Gallardón nos había hablado de convertir Chamberí en un segundo Retiro”, cuenta Carmen Ochoa, una profesora de literatura, al inicio del documental. Ella fue una de las que en 2006 decidió movilizarse al ver que Esperanza Aguirre cambiaba los planes del expresidente regional para levantar allí un campo de prácticas de golf. “La indignación era muy grande”, recuerda mientras en pantalla se va dando paso a los testimonios de otras vecinas y vecinos que participaron en decenas de manifestaciones y plantearon una batalla judicial que incluyó varios procedimientos y una denuncia penal en la fiscalía Anticorrupción firmada por 400 chamberileros.
El documental está contado en primera persona por sus protagonistas -los vecinos que se movilizaron- enfrentados a antagonistas como Aguirre, su vicepresidente Ignacio González, responsable del Canal de Isabel II, y a algunos secuaces como el antiguo fiscal de Anticorrupción, Manuel Moix. “Me parecía que esta historia estaba hecha para mí. Tenía un montón de elementos atractivos, un pulso mantenido contra el poder durante años que era casi épico, unos intereses en juego y unas alternativas de triunfo o derrota de cada uno que iban cambiando en el transcurso de la historia. Podía mantener el interés del espectador y que siguiera atrapado hasta el final”, detalla el director de la cinta.
Miguel Ángel Sánchez, que había sido guionista de series como Los ladrones van a la oficina o Compañeros y creador de la obra de teatro Ejecución hipotecaria, asumió los riesgos del proyecto y empezó a entrevistar a los vecinos. Estos le contaron cómo se habían ido conociendo y organizando sus primeras acciones, cómo fueron aprendiendo a plantar cara al poder, aunque la mayoría no se había implicado nunca antes en este tipo de causas. Cómo protagonizaron su primera acción de desobediencia civil plantando una morera en la zona verde por la que estaban peleando. Y cómo la Comunidad de Madrid les acabó llevando a juicio por este pulso a las autoridades. La secuencia que narra este episodio de guerrilla jardinera en la película es una de las más divertidas.
El director rodea la película de un buen puñado de vídeos de la época, de declaraciones de Aguirre, González... e incluso de documentos que hablan del pasado de este lugar, donde se produjo el accidente laboral más grave en los registros de la Comunidad de Madrid. Con tantas entrevistas e historias paralelas, la película empezó a crecer. Lo que en principio estaba previsto que durara una hora se convirtió en un largometraje de casi 100 minutos, para el que se había agotado todo el presupuesto ahorrado en Parque Sí, y eso que ya era exiguo. “Si se hubiera pagado a precio de mercado el filme hubiera cuadriplicado su coste”, admite Miguel Ángel mientras reconoce la labor de todo su equipo. El documental corría peligro, pero Parque Sí pidió ayuda en una campaña de crowdfunding y, como siempre ha sucedido en este movimiento, sus socios y amigos se la volvieron a dar: obtuvo 10.903 euros para acabar la película, pese a que solo necesitaba 7.000. “Fue muy importante la generosidad de la gente, pero también el prestigio de la asociación, ganado a pulso durante años”, puntualiza Miguel Ángel.
De interés general
Sánchez llamó a su película De interés general, un juego de dobles sentidos: “Me gustan los títulos que tienen al menos dos lecturas, lo que cuento en el documental es una historia que todos tenemos que saber, porque habla de los abusos del poder y de cómo enfrentarse a ellos, y a la vez alude al recurso que Esperanza Aguirre utilizó para saltarse las dificultades que tenía para hacer el campo de golf”. La expresidenta regional presentó el proyecto en el año 2006 y en 2007 lo declaró de interés general para saltarse la licencia municipal y las normativas ambientales pertinentes. Fue esa figura legal contra la que los vecinos arremetieron en los tribunales y acabaron anulando.
Mientras la lucha vecinal continuaba, los políticos situados enfrente iban cayendo: lo hizo primero Ignacio González, presidente del Canal cuando se orquestó toda la operación del campo de golf y que en breve se sentará en el banquillo para responder por la presunta trama que urdió para hacerse con los beneficios de esta instalación deportiva a través de una empresa -Tenoconcret- que contaba a su hermano y a su cuñado como socios. También dejó la política Esperanza Aguirre, acuciada por los casos de corrupción de su mano derecha (González) y de la izquierda (Francisco Granados).
Todo está contado y documentado en la película, que exigió un “trabajo espectacular” -recuerda Sánchez- de visionado de fotografías, noticias y vídeos de aquellas épocas, además de una importante labor de montaje. El resultado lo han podido disfrutar ya en un preestreno este jueves en los Verdi el grupo de personas que apoyó económicamente la película. El resto del público lo verá cuando llegue a las salas de forma oficial, para lo que el equipo todavía busca distribución. “El cauce natural es que la película pase por festivales, especialmente por los orientados a temas sociales”, anuncia Miguel Ángel, quien también cree que alguna plataforma de contenidos podría interesarse por su exhibición. “Pero lo más importante era acabarlo y mostrarlo, ahora nos pondremos a buscar la forma de enseñarlo a más gente”, reconoce.
Han pasado muchos años desde que el propio Miguel Ángel, chamberilero desde que nació, jugaba de niño sobre el Tercer Depósito que ahora es el protagonista de su documental. “Era un barrizal”, recuerda. Ahora, camino de crecimiento convertirse en un parque gigante, cree que la lucha que ha mostrado en De interés general puede convertirse en algo más que una anécdota local y trascender a la categoría de símbolico. Una suerte de manual de instrucciones para derrotar al poder cuando se ejerce de forma despótica: “Me gusta pensar que puede servir para mostrar el camino, es un revulsivo, una historia ejemplarizante en el mejor sentido”, dice mientras imagina que la película se proyecta en otros centros municipales de toda España, asociaciones vecinales, casas de cultura, etc. Lo dice pensando en las palabras grabadas a Carmen Ochoa, ya citada al inicio de este artículo: “Alguna vez, alguna vez se puede ganar”.