“Somos muy conscientes de que hay determinadas zonas que están muy tensionadas”, “en las que hay que intervenir”. El discurso de la vicealcaldesa de Madrid ha pasado a poner en primer plano las molestias asociadas a la multiplicación de terrazas del último año que ha permitido su área. Begoña Villacís es consciente de que muchos vecinos descansan peor ahora que antes de la pandemia y dice “entender” las protestas que se han celebrado en Chamberí y la convocada para el próximo viernes en Retiro.
“Ese tipo de manifestaciones las entiendo y hasta las comparto” explicó la vicealcaldesa durante la celebración del Día de la Hostelería, en la que se descubrió una escultura en homenaje al sector. Y aseguró que la próxima Ordenanza de Terrazas recogerá medidas que puedan frenar este enfado: “En la normativa que estamos trabajando vamos a reconocer la situación de determinadas zonas para no tratarlas igual que otras”, añadió.
Begoña Villacís se refirió en este sentido al “proyecto piloto” del distrito de Retiro, donde su área está experimentando “lo que es una zona tensionada” y se están probando “las limitaciones”, aunque prefirió no avanzar ningún tipo de resultado o efecto de las medidas. Lo único que se hizo público era que se habían dejado de conceder nuevos permisos para terraza por decreto del concejal de distrito, Santiago Saura (Ciudadanos). La vicealcaldesa aseguró que “el empleo de la hostelería tiene que subsistir, pero tiene que encontrar el equilibrio obligatorio con los vecinos”, antes de recalcar que “lo primero” es su “salud y descanso”.
La líder de Ciudadanos en Madrid defiende que las medidas de limitaciones se tomen solo en las zonas de la capital con problemas y pone en valor el impacto positivo que según ella han tenido los bares y restaurantes en distritos más periféricos que los citados Retiro y Chamberí, barrios en el sur donde la hostelería ha servido “para que muchas calles se regeneren y se pueda transitar por ellas mejor”, asegura.
Villacís hizo estas declaraciones después de amadrinar la escultura que los hosteleros, en colaboración con Makro y el Ayuntamiento de Madrid han colocado en la glorieta del Pintor Sorolla, junto al Metro de Iglesia. Se encuentra a escasos metros de la calle Ponzano, una de las más ruidosas de la capital después de que cientos de mesas y sillas de terraza hayan ocupado durante la pandemia el espacio de decenas de plazas de aparcamiento. El monumento consiste en un plato mordido por uno de sus lados con el lema “vamos a comernos el mundo”.
El Ayuntamiento de Madrid se ha volcado con los hosteleros en los últimos meses, especialmente desde las áreas de Ciudadanos, con la vicealcaldesa al frente de numerosas acciones económicas y a la hora de conceder permisos especiales para sus terrazas. Ella misma se fotografió en una de las primeras en establecerse sobre plazas de aparcamiento en su distrito de residencia, Chamberí, y defiende frente al alcalde la pervivencia de todas las terrazas Covid más allá del próximo 31 de diciembre, la fecha hasta la que tienen permiso.
Fruto de estas iniciativas, Madrid cuenta con más de 5.700 mesas de terraza concedidas durante la pandemia y Villacís apostó hace unos días por extender las autorizaciones especiales “dos o tres años más”. Mientras, los vecinos de zonas afectadas por los ruidos que provocan su funcionamiento se manifiestan y ponen a la vicealcaldesa en el foco de sus críticas, llegando a pedir su dimisión.