Una de las medidas estrella del Ayuntamiento de Madrid para la desescalada era la de facilitar la colocación de terrazas en las calles de Madrid. Los locales de hostelería podían solicitar colocarlas en aceras antes no permitidas, en zonas terrizas e incluso en las bandas de aparcamientos. Pero el papeleo municipal lleva su tiempo y aunque la ciudad ya lleva casi dos semanas de Fase 1 -en la que se permiten los veladores- apenas se han visto estas nuevas instalaciones frente a los bares.
Una de las primeras en aparecer -probablemente la pionera- es la del restaurante Lacabía, en el cruce de Alonso Cano con la calle Maudes. Casi una veintena de mesas distribuidas a lo largo de varias plazas de zona verde de estacionamiento, sobre una tarima y perfectamente valladas, sin más elementos exteriores que varias sombrillas. Fue instalada el lunes 25 de mayo, gracias a que sus responsables cubrieron los plazos necesarios a toda velocidad: el viernes anterior habían presentado el proyecto al Ayuntamiento y ese mismo día acudió un perito del Ayuntamiento para indicarles las modificaciones. El lunes hicieron las modificaciones pertinentes y estaban listos para empezar.
“Estamos completos para las comidas y las cenas”, explica Azahara, su encargada. Tanto éxito ha tenido su propuesta que cada día hay personas sin reserva que se quedan fuera por la alta demanda de clientes. Para ellos, poder reabrir ha supuesto un alivio en un negocio que llevaba funcionando solo desde agosto del año pasado: “Teníamos que comer nosotros y las familias de nuestros doce empleados”, cuentan a la vez que se quejan de que los trabajadores no han cobrado el ERTE hasta esta semana.
El caso del Lacabía es el de la mayoría de locales de la zona: al inicio de la pandemia sus responsables pidieron un crédito al ICO para poder resistir y tener liquidez. Los Expedientes de Regulación de Empleo y la ayuda de otras empresas les ha permitido resistir: “Los proveedores se están portando dándonos facilidades y flexibilidad, porque si no tendríamos que cerrar”, agradece Azahara. Sin espacio para colocar terraza -al igual que sucede en la cercana calle Ponzano- la nueva autorización de terraza era la única vía para empezar a trabajar.
Como en otras zonas, algunos vecinos están molestos con la extensión de las terrazas. Cuentan en Lacabía que la Policía Municipal les levanta acta todos los días por sus denuncias, ya que la autorización de la terraza está solicitada pero no está concedida por la lentitud de la burocracia municipal. Mientras esperan a que llegue, el local tiene ya está preparado para la Fase 2 y la Fase 3: gel desinfectante con sensor automático, mamparas entre mesas, más pantallas para separar los futuros clientes de la barra. E incluso alfombra desinfectante para que los clientes limpien sus suelas al entrar en el local. “Lo tenemos todo”, afirman.
A pocas manzanas de este local, también en Chamberí, está otro de los pioneros en colocar sus mesas de terraza en el asfalto. Es el Quercus, un local que antes colocaba su terraza en los Jardines de Concha Méndez, pero que no puede hacerlo ahora debido a las obras de remodelación del parque. Así que la semana pasada sus gestores acudieron al Ayuntamiento y les han concedido dos plazas de aparcamiento en la calle Bretón de los Herreros para colocar cinco mesas.
“He puesto mucha vegetación para que esté más bonito, que no se note que pasan al lado de los coches”, explica a Somos Chamberí su encargada, Julia, mientras atiende a sus clientes, que están respondiendo muy bien desde que abrieron, el pasado domingo, llenando las mesas para los aperitivos y picoteo.
Los casos del Quercus y Lacabía son los dos primeros de una larga lista de veladores que previsiblemente podrán abrir este verano en Chamberí y que tendrán permiso para hacerlo al menos hasta final de año, según las directrices aprobadas por la Comisión de Terrazas. De momento, las solicitudes de locales que quieren ocupar plazas de aparcamiento son pocas: Movilidad solo ha recibido tres por parte de la Junta de Chamberí, confirman fuentes del área a este periódico, aunque podrían ser más a la vista de la avalancha de solicitudes que se espera.
La idea de las terrazas en aparcamientos surgió como una propuesta de Más Madrid hace ahora mes y medio, para intentar conjugar la necesidad de dejar libres las aceras para mantener las distancias de seguridad y a la vez favorecer la actividad económica en la hostelería, uno de los sectores más golpeados por el confinamiento. El Ayuntamiento tomó el guante y adaptó la sugerencia a su modo, reinterpretando la actual ordenanza de veladores para relajar los criterios a la hora de conceder nuevas autorizaciones.
Los hosteleros ven positivo llevar sus veladores a los aparcamientos, como una medida complementaria para recuperar su actividad y el empleo, ya que en muy pocos casos se van a poder mantener sirviendo solo en terrazas. «No contemplamos abrir un negocio para trabajar solo la terraza», explicaban a Somos Chamberí hace unos días desde la Asociación de Hosteleros de Ponzano, calle en la que el Ayuntamiento ha contemplado la posibilidad de retirar los coches y permitir a sus numerosos bares llevar veladores a la calzada. Algo que no harán antes de poder abrir también en el interior, en la fase 2 de la desescalada.