El colectivo Luz Interruptus, artistas visuales que utilizan la iluminación como expresión artística y, habitualmente, como herramienta de denuncia, ha querido llamar la atención sobre la tala masiva de árboles en el Eje Prado-Recoletos (que supondrá la pérdida de 1.439 ejemplares en todo Madrid) y el más absoluto desinterés municipal por el patrimonio verde de la ciudad. Un trabajo que podemos disfrutar gracias a las imágenes de Pablo Martínez Muñiz.
El resultado de su acción-denuncia, titulada Cruces rojas sobre cementerio verde, fue una instalación nocturna efímera (de 6 horas) realizada el pasado jueves 9 de abril. En ella se colocaron mil palitos fluorescentes de color rojo en forma de cruz sobre una veintena de tocones de árboles caídos, a modo de altares funerarios de las víctimas vegetales de las implacables motosierras y para llamar la atención de los transeúntes más trasnochadores sobre los ya escasos restos del arboricidio.
¿Su objetivo? Contribuir a la difusión de «un acto tan irresponsable que va a quedar impune, a pesar de que atenta peligrosamente contra el paisaje de la ciudad y que se suma a una larga lista de atentados patrimoniales llevados a cabo por el Ayuntamiento siguiendo una estrategia de tierra quemada, previa a las elecciones», una torticera estratagema para «ponérselo difícil a los que entren a gobernar y dejar el patrimonio privatizado y repartido estratégicamente, a precio de saldo».
Más imágenes y explicación de la acción, en Luz Interruptus
Más imágenes y explicación de la acción, en Luz Interruptus