La presidenta de la Comunidad de Madrid sigue coleccionando halagos y fotografías junto a destacadas figuras de la música en eventos patrocinados por el Gobierno regional. Si este verano se fotografiaba junto a Robbie Williams en el festival Mad Cool después de haber patrocinado el evento con 1.089.000 euros de dinero público, este fin de semana la estrella de su festival de la Hispanidad, Carlos Vives, se deshacía en elogios hacia Isabel Díaz Ayuso como anticipo a su concierto por la Hispanidad.
“Me parece una mujer y una líder increíble. Es supernatural. Escucho muy poco hablar de nuestra comunidad hispanoamericana y de nuestra herencia con tanto amor” decía en una entrevista en El Mundo en la que se le preguntaba por la figura de la presidenta. “Es hermosa. Es una mujer preciosa, lo tengo que decir porque soy un coqueto”, añadía.
Las palabras de Carlos Vives eran pronunciadas después de haber sido contratado por la propia Ayuso a través de una cuantiosa adjudicación para protagonizar el evento central del festival de la Hispanidad. La Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid publicó hace una semana las condiciones de la licitación a dedo de 847.000 euros (impuestos incluidos) para la discográfica del cantante.
El Gobierno de Ayuso eligió a Vives por contar “con una gran repercusión en redes sociales, con cerca de 8 millones de seguidores en Instagram” para protagonizar “un evento con capacidad para atraer la atención de millones de espectadores y fans hacia ese gran escenario en que se convertirá la Comunidad de Madrid”, explican las condiciones del contrato firmadas por el director general de Promoción Cultural, Gonzalo Cabrera. También se indica que Vives cuenta con más de 15 millones de oyentes mensuales en Spotify, “lo que lo convierte en uno de los 300 artistas más escuchados del mundo”.
El contrato se firmó a través de Sony Music, la discográfica del colombiano y de otras estrellas que participaron en el concierto como Ana Mena o Rozalén. En el desglose de gastos se incluyen 140.000 euros para la “estrategia de comunicación”, 183.000 euros para el montaje del escenario de la Puerta de Alcalá, 40.000 euros en billetes de avión o 35.000 € en hoteles. Además, se incluyen 99.000 € por la dirección de producción, los sueldos del personal y las dietas.
70.000 euros de caché en Vigo
En el desglose del contrato no viene incluido cuál era el caché de Carlos Vives para este evento. Su anterior visita a Madrid fue en 2022 durante Las Noches del Botánico, con entradas a partir de 50 euros para un aforo de unas 4.000 personas.
Sí que queda constancia de lo que cobró Vives, por ejemplo, en Vigo para sus fiestas del año 2017: entonces el caché del artista colombiano, que cosechaba nuevos éxitos después de haber lanzado La bicicleta junto a Shakira, fue de 70.000 euros. El Ayuntamiento dirigido por Abel Caballero se gastó además otros 40.000 euros en la producción. Ese 2017, el auditorio de la ciudad gallega albergó además los conciertos de La Oreja de Van Gogh, Miguel Bosé, The Pretenders y Crystal Fighters. El coste total para todos estos eventos fue de 468.032 euros según el Faro de Vigo, la mitad que la actuación del colombiano el pasado domingo en Madrid.
El Gobierno regional justifica la adjudicación a dedo del contrato para Vives por la Hispanidad porque la ley lo permite “cuando por motivos relacionados con la protección de derechos de exclusiva el contrato sólo pueda encomendarse a un empresario determinado”. A la actuación, celebrada al mediodía del pasado domingo, acudieron más de 100.000 personas según cálculos de la Comunidad de Madrid. Los asistentes se extendieron por la calle Alcalá, desde el escenario de la Plaza de la Independencia hasta más allá de Cibeles.
Las palabras elogiosas de Carlos Vives hacia Ayuso recuerdan las que le dedicó a la presidenta otro cantante, Nacho Cano, cuando ella le entregó uno de los premios de la gran cruz del Dos de Mayo en 2021. Una cadena de favores que prosiguió con la invitación a la mansión del cantante en Ibiza para las vacaciones de la presidenta o la cesión gratuita de la estación de Gran Vía para la promoción de su último musical, que además tiene como sede Ifema, una empresa que depende de la Comunidad de Madrid.