“Robbie Williams en Mad Cool, en la región de la libertad y la vida, abierta al mundo y a la música”. La frase fue publicada por Isabel Díaz Ayuso en su cuenta personal de Instagram durante el pasado mes de julio, aprovechando la celebración del mayor festival sonoro que acoge Madrid. La presidenta estaba allí porque el Gobierno que preside había pagado 1.089.000 euros como patrocinador de esta edición, a cambio de poner el nombre de la región a uno de sus escenarios.
No era la primera vez que la Comunidad de Madrid apoyaba el festival. Los contratos de patrocinio al Mad Cool se remontan al menos hasta 2017 y van desde los 544.500 euros que se pagaron ese año hasta los 1,08 millones abonados en 2022, pasando por los 600.000 euros de las ediciones de 2018 y 2019. Casi cuatro millones de euros en total aportados por el Gobierno regional.
A este gasto hay que sumar en 2023 el personal del stand de promoción turística que la Comunidad de Madrid abrió durante el festival, con cinco azafatas (2.908,84€) y la compra de 110 chorizos de la sierra madrileña para regalar con motivo del evento, adquiridos por 1.204,50€ a la empresa Garrido Ávila, de Colmenar Viejo. Todas las cantidades figuran en el portal de transparencia del Gobierno regional.
La Comunidad de Madrid justificó el gasto explicando que forma parte de su estrategia “para atraer turismo internacional”, ya que el 36% de los asistentes al festival son de origen extranjero. También lo hace para “consolidar la región en el circuito mundial de estos eventos musicales”.
Al entusiasmo patrocinador de la Comunidad de Madrid le acompaña desde hace años el Ayuntamiento de la capital, que este año abonó otros 1,4 millones de euros por la misma vía, al igual que en 2022. En su caso, el patrocinio viene de la época de Manuela Carmena en la alcaldía: en concreto de la parte de su Gobierno que acabó formando Recupera Madrid en la oposición.
Esta semana, el Ayuntamiento de Madrid ha dado un pequeño tirón de orejas al festival por los ruidos generados durante los conciertos. Le hará pagar 22.001 euros por superar todos los días del evento los límites máximos permitidos en su licencia, concedida además contemplando una superación extra de los niveles sonoros, superior a la habitual.
1,5% del patrocinio y quejas vecinales
La multa supone solo el 1,5% del patrocinio recibido por el Gobierno de Almeida, que este año ha seguido apoyando el evento pese a las numerosas quejas por el cambio de ubicación. Mad Cool se trasladó este 2023 de Valdebebas a Villaverde forzado por el fin del acuerdo municipal que le permitía usar Ifema y por los muchos años de quejas vecinales. El objetivo era buscar una sede estable en la que asentarse y, además, que sirviera de sede para acoger otros macroconciertos en Madrid.
Los organizadores compraron los terrenos a través de la empresa Mad Cool Events y buscaron la financiación de la cervecera Mahou, que compró el 51% de su propiedad. Luego anunciaron el patrocinio de una eléctrica para llamar al lugar Iberdrola Music. Y prepararon el festival de este año, además de programar otros tres eventos allí.
Pero las quejas vecinales siguieron al festival y los vecinos de la Colonia Marconi de Villaverde y los de Getafe Norte temieron que se repitieran las historias que habían oído de Valdebebas. El primer plan de movilidad, adelantado por este periódico, les hacía temer lo peor ante la apuesta con el coche privado. Los hechos les dieron la razón: atascos descomunales, problemas en los accesos y unos niveles de ruido desconocidos en esta zona al sur de Madrid.
“Incumples normativas y ordenanzas, generas el caos en la zona, ganas millones de euros por la venta de entradas, bebidas y patrocinios, recibes dinero de la administración y el Ayuntamiento de Madrid te impone una sanción de 22.000€. Algo no funciona”, se quejaban desde la asociación de vecinos Getafe Norte ante la noticia del importe de la multa municipal.
La alcaldesa de Getafe, Sara Hernández, comunicó los excesos de ruido detectados en su municipio al concejal de Medio Ambiente de la capital, Borja Carabante, en una reunión que tuvo lugar antes de la suspensión del Reggaeton Beach Festival, el tercer evento que iba a alojar y que no se celebró. Antes el concierto de Harry Styles también había superado los niveles sonoros. Tanto el Ayuntamiento de Getafe como los vecinos y el propio Juan Lobato siguen reclamando hoy que se retire el recinto de forma definitiva y que no vuelvan a celebrarse eventos, “porque ni el Ayuntamiento de Madrid ni los promotores son capaces de buscar una solución a la movilidad para que los asistentes no utilicen Getafe en las entradas y salidas”, añaden fuentes municipales getafenses aludiendo al “caos que se origina en el entorno poniendo en riesgo la seguridad”.
Pese a las presiones, ni Ayuntamiento de Madrid ni Comunidad han hecho ninguna declaración que dé pistas sobre un abandono de los patrocinios el año que viene. Después de la marcha del Primavera Sound de la región ante una primera edición mejorable, el Mad Cool es el único gran festival que le queda a Madrid. De momento, sus responsables ya han comunicado las fechas para su edición de 2024, aunque el lugar de celebración no formó parte del anuncio.