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Más estigma, menos recursos: el plan de Almeida para eliminar los espacios de igualdad indigna a sus trabajadoras

Una actividad en el Espacio de Igualdad María de Maeztu, en el distrito de Latina.

Guillermo Hormigo

Madrid —
20 de junio de 2025 22:35 h

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Prevención en violencia, sensibilización, empoderamiento y acompañamiento. Son los cuatro ejes desde los que operan los espacios de igualdad de Madrid, una red de 18 centros municipales en 17 distritos distintos que en los últimos 20 años se ha convertido en un referente para la pedagogía feminista y la vida social de las mujeres en la ciudad. Solo en 2024, este servicio atendió en sus diferentes iniciativas y actividades a 15.598 personas, 13.583 de ellas mujeres. En este contexto, la nueva estrategia del área de Familias, Políticas Sociales e Igualdad del Ayuntamiento que lidera José Luis Martínez-Almeida consiste en unificar los recursos de igualdad y los de la lucha contra la violencia de género.

Es lo que se desprende del borrador de la Estrategia de Igualdad entre mujeres y hombres de la ciudad de Madrid 2025-2028, lanzado en mayor por el Gobierno de Cibeles. El departamento que dirige el edil José Fernández defiende que el rediseño permitirá incluir nuevos centros municipales de atención a víctimas en los distritos con más carencias, reduciendo burocracia y distancias a los puntos de asistencia.

Para representantes del movimiento feminista en la capital, incluidas trabajadoras de los propios espacios de igualdad que gestiona el Consistorio, creen que en la práctica la fusión de ambos servicios implica en cambio “desmantelar” los servicios y reducir el número total de instalaciones. Según señalan, la capital cuenta ahora con 18 espacios de igualdad, cinco recursos de violencia de género no urgente y uno urgente. Con las modificaciones, pasaría a disponer de 21 Centros Integrales de Atención a la Mujer (CIAM) y un recurso urgente. Los 24 centros actuales se quedarían en 22, además de erradicar los lugares que asisten a mujeres no necesariamente víctimas.

“No van a existir recursos públicos específicos destinados a la igualdad”, lamentan desde la recientemente creada Plataforma en Defensa de la Red de Espacios de Igualdad de Madrid, integrada por participantes, empleadas y colaboradoras de estos servicios. Apostillan que, el pasado año, “el 14% de las mujeres que acudían a los espacios presentaban indicadores de violencia de género”. El resto no dispondrían de un lugar específico al que asistir: “11.649 mujeres no habrían visto cubiertas sus demandas asociadas a otros malestares de género”.

Es una revictimización. No solo se deja fuera a las mujeres que no han sido víctimas de violencia de género, sino que las que la han sufrido no pueden acudir a otros servicios que las ayuden a relacionarse y compartir su experiencia más allá de la condición de víctima

Dos mujeres que desarrollan su actividad profesional en estos espacios de igualdad, las cuales prefieren no dar su nombre por temor a represalias, desarrollan en conversación con Somos Madrid los diferentes efectos del nuevo modelo planteado. Antes de entrar en cuestiones de índole laboral o práctica, apuntan al componente “estigmatizador” que comporta reducir todos los espacios del ámbito a la lacra de la violencia de género: “Se trata de una revictimización. No solo se deja fuera a todas las mujeres que no han sido víctimas directas de la violencia de género, sino que las que la han sufrido no pueden acudir a otros servicios que las ayuden a relacionarse y compartir su experiencia como mujeres más allá de la condición de víctima”.

Además, inciden en el componente preventivo que suponen estos espacios de igualdad para prevenir y detectar dicha violencia: “Generan una red de apoyo en las mujeres, a la vez que desarrollan una importante labor de formación y pedagogía, para las propias mujeres pero también con iniciativas dirigidas a que los hombres entiendan y traten de eliminar las diferentes formas de violencia que pueden ejercer”.

Temor a despidos y recortes del servicio

A las implicaciones de este enfoque se une que, según estas trabajadoras sociales, en la práctica supone suprimir funciones que asumen los espacios de igualdad. Es el caso del área de desarrollo laboral o la de sensibilización, lamentan. Otras, como la asistencia psicológica, serían “reformuladas o reducidas” para dirigirse únicamente a las víctimas de violencia de género.

Las mujeres que dan su testimonio a este diario aseguran que “ninguna de las personas que estamos en los espacios de igualdad tenemos el puesto asegurado”. En ellos están contratadas alrededor de una quincena de personas: orientadoras sociolaborales, abogadas, psicólogas, dinamizadoras y personal administrativo. “No sabemos qué va a pasar exactamente, si solo nos reubicarán a los espacios de violencia, si habrá despidos o si dependerá de cada caso”, explican.

Desde el área de Políticas Sociales, Familias e Igualdad se defienden en declaraciones a este periódico: “El plan no plantea ningún recorte, como acusa falsamente la oposición, sino que refuerza los servicios existentes, en la línea del trabajo de los últimos años. El presupuesto ha pasado de 19 millones en 2019 a 29 millones en 2025, los profesionales de los espacios de igualdad se han incrementado un 36% en los últimos seis años y los de la red de atención a violencia machista un 46%”.

“Una de las 98 medidas consiste en la creación de los nuevos CIAM en los 21 distritos, que integrarán en un único recurso servicios que ahora se prestan en tres tipos de centros: los tres Puntos Municipales del Observatorio Regional de Violencia de Género (PMORVG), los 2 centros de atención psicosocioeducativa (CAMPSEM) y los espacios de igualdad. De esta forma, prestaciones que hasta ahora se localizan en distritos concretos pasarán a ofrecerse en cada uno de ellos para que ninguna mujer tenga que hacer grandes desplazamientos para recibir el apoyo que necesite. Se pretende evitar el absentismo a las citas, que alcanzó el 30% en 2024”, argumentan estas fuentes municipales.

Cada distrito construye comunidad de una manera. La cercanía y la pluralidad son dos fortalezas que crean tejido comunitario. Los proyectos han echado raíces y ahora los quieren destruir

“El Ayuntamiento acerca así los servicios a mujeres víctimas de violencia machista, al tiempo que mantiene el ADN de los espacios de igualdad, con actividades en el ámbito de la promoción de la mujer, la prevención de la violencia de género, la sensibilización y el trabajo comunitario”, añaden. Aluden a “un amplio proceso participativo” en la elaboración del borrador, con participación de “todas las áreas de gobierno, distritos y organismos autónomos, así como los equipos profesionales y usuarias de los espacios de igualdad y de la Red Municipal de Atención a Víctimas de Violencia Machista”.

Según las profesionales de estos centros que dialogan con Somos Madrid, por contra, con el nuevo diseño de la estrategia se pierde “el anclaje a los territorios”, ya que “cada espacio de igualdad ha conseguido un arraigo con los distritos y las personas que viven en ellos”. Esto permite que una proyección o una charla se adapte a las particularidades de Vallecas, o las problemáticas propias de Fuencarral. “Cada distrito construye comunidad de una manera. La cercanía y la pluralidad son dos fortalezas que crean tejido comunitario. Los proyectos han echado raíces y ahora los quieren destruir”, sentencian.

Las reclamaciones de los espacios de violencia de género, “instrumentalizadas”

Uno de los principales argumentos del Ejecutivo de Almeida es que la nueva estrategia implantará unas mejoras repetidamente demandadas desde los espacios de asistencia a víctimas de violencia de género. Trabajadoras de ellos han venido reclamando en repetidas movilizaciones inversiones en el servicio y mayores medios. “Vemos interrumpidas constantemente charlas importantes o íntimas con una trabajadora porque solo existen espacios multiusos, y la gente entra y sale sin parar”, criticaban en su manifestación del pasado 25-N (Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer).

Las empleadas de espacios de igualdad consultadas hablan de que esas exigencias han sido “utilizadas e instrumentalizadas por el Ayuntamiento de Madrid”. Dicen que “van a seguir contando con recursos manifiestamente insuficientes”, a la par que se cercenan un conjunto de espacios con un papel fundamental en la prevención de las distintas formas de violencia de género.

En este contexto, esperan contar con el respaldo de los centros dedicados a la violencia de género en la primera protesta organizada contra los nuevos criterios del Consistorio. Ha sido convocada el próximo martes 24 de junio por la propia Plataforma en Defensa de la Red de Espacios de Igualdad.

Será a las 9.00 junto al Palacio de Cibeles, coincidiendo con el pleno en el que los diferentes grupos municipales debatirán la estrategia que pretende emprender el área delegada que lidera el concejal José Fernández. “Si puedes, ven vestida de negro y con algún pañuelo de lunares rojo y blanco”, avisan sobre una protesta “impulsada por la plantilla pero también por las propias usuarias”.

20 años de trayectoria frente a una “ola reaccionaria que llega al Ayuntamiento”

Las trabajadoras creen que el marco que prepara el equipo de Almeida responde a una “ola reaccionaria global que llega también a este Ayuntamiento”. Inciden en que los espacios de igualdad se han desarrollado en la capital durante los últimos 20 años “con total normalidad, aunque en esas dos décadas la izquierda solo ha gobernado en Madrid durante el mandato de Manuela Carmena”.

La traducción de esta reacción en el Ejecutivo municipal tiene, según estas empleadas, un nombre propio: Ana Fernández. Se trata de la actual directora general de Igualdad y contra la Violencia de Género en el área de Familias. Llegó a su puesto en 2020, en sustitución de Rosa Gómez. “Desde entonces se percibió un cambio. Nuestro trabajo parecía que ya no importaba o incluso molestaba”, apunta una de estas trabajadoras sociales. “Nos han ido cortando las alas poco a poco, con cosas a priori tan insignificantes como censurarnos la publicación de un poema feminista en redes sociales”, denuncian.

Critican de esta manera el borrador del área de Familias, que desde su punto de vista “no tiene sentido”: “Hacen un diagnóstico profundamente positivo de la situación, porque claro, depende de ellos. Y a continuación, plantean una nueva estrategia que en la práctica supone destrozarlo todo”.

Por ello, dicen, las tendrán en frente: “Este puede ser un paso más para seguir subrogando y privatizando servicios que son imprescindibles. Ya lo ha hecho la Comunidad de Madrid en los colegios, donde han dejado de contar con nosotras para que empresas o entidades privadas asuman charlas que antes dábamos desde este recurso público”.

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