El gran local que fue durante años la última sede de Unión Bolsera Madrileña se está transformando en más pisos turísticos para el centro de Madrid. Lo ha desvelado en X (antes Twitter) la conocida cuenta Madrid decadente: “Pues lo que fue durante unos años la sede de la Union Bolsera Madrileña junto a Tirso y escasos metros de la Plaza Mayor, serán en breve lo que todo el barrio ansiaba: siete apartamentos turísticos”.
Unión Bolsera Madrileña, cerrada en 2020, fue un conocido negocio tradicional especializado en artículos de papel, cartón, embalajes, sobres, papelería y, claro está, un amplio abanico de bolsas.
El concejal Antonio Giraldo, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento sobre temas de medio ambiente, movilidad y urbanismo, ha asegurado que la petición para implantar siete pisos turísticos en el local de la planta baja de la calle de la Colegiata se produjo el 23 de mayo de este mismo año y no está concedida a día de hoy. Como actualmente rige una moratoria de licencias hasta el año que viene, no parece que de momento puedan ponerse en marcha estos pisos turísticos.
El Ayuntamiento de Madrid anunció el pasado mes de abril la suspensión inmediata de licencias municipales para abrir nuevos pisos dentro de la almendra central y la subida de las multas para los propietarios que operen como Viviendas de Uso Turístico (VUT) sin contar con autorización del Ayuntamiento. En concreto, se suspendieron temporalmente las licencias para VUT dispersas y las licencias para la transformación de local a vivienda en los ejes comerciales del distrito Centro, lo que afectaría al gran local que albergó la Unión Bolsera.
La suspensión supone una tregua hasta que el Ayuntamiento aborde una regulación específica en forma de modificación del Plan General. Las medidas llegaron acompañadas de la publicación oficial de un listado en el que los usuarios pueden comprobar qué viviendas turísticas cuentan con licencia municipal. Lo números eran contundentes: el 92,6% de pisos turísticos en Madrid funciona sin dicha licencia.
Aunque el área de Urbanismo todavía está trabajando en la normativa que regirá los pisos turísticos en Madrid, parece claro que la conversión de este tipo de comercios en VUT estará prohibida en el distrito Centro, como aseguró el delegado del ramo hace unos días. También habrá restricciones en otros lugares del interior de la M-30. El Ayuntamiento tiene la intención, eso sí, de que los pisos construidos puedan ser transformados en viviendas para su uso residencial.
La pérdida de comercios, problema en la almendra central
Es precisamente en el distrito Centro donde se concentra la mayor parte del parque de VUT, y muchas de ellas están en plantas bajas porque el actual ordenamiento municipal exige que los establecimientos cuenten con un acceso independiente al del portal. Los distritos que siguen a Centro en concentración de pisos turísticos son Tetuán, Arganzuela y Chamartín.
El problema de los pisos turísticos, que los extraen del mercado de alquiler haciendo subir los precios, lleva mucho incubándose –no son pocas las voces que vienen avisando desde hace tiempo– pero es en los últimos años cuando la oposición a su expansión incontrolada se ha convertido en un clamor social y las autoridades de todos los colores políticos se han visto empujadas a articular medidas de contención.
Casos como el de la Unión Bolsera Madrileña, que ejemplifican de forma evidente el cambio de usos y la turistificación de los barrios, suelen levantar mucha ampollas entre el vecindario. Unión Bolsera Madrileña abrió sus puertas en 1928 y cerró, víctima de la pandemia, en el año 2020. Durante todos esos años se mantuvo como negocio familiar.
La sede tradicional estaba a pocos metros de la calle de la Colegiata, en el número 2 de la plaza de Tirso de Molina, que era el lugar donde un madrileño sabía que podía ir a comprar papel kraft, sobres de una medida determinada o esas etiquetas que necesitaba. porque también estuvo durante años Herrero, otro desaparecido negocio tradicional (fundado en 1898) especializado en papel y bolsas. El espíritu de Herrero continúa, gracias a antiguos empleados, como Tirso Papel y Bolsas, en la Calle Jesús y María).
El próximo 13 de octubre, una treintena de colectivos han convocado una gran manifestación en el centro de Madrid que transcurrirá bajo el lema “La vivienda es un derecho, no un negocio”. Por el momento, la realidad dicta lo contrario y los vecinos de los barrios lo sufren en sus carnes con la carestía de los alquileres, la turistificación de los centros urbanos y, también, un monocultivo que se torna ofensivo cuando descubren que el ruido de las maletas sobre el adoquinado proviene del lugar donde antes comprabas diariamente tus enseres.