Centro retira el aseo público de la plaza de Tirso de Molina

Somos Lavapiés

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Hace unos días el concejal de Centro, José Fernández, presumía en sus redes sociales de haber cumplido con lo que, según él, le habían pedido, así en general, “los vecinos” de Lavapiés: quitar el aseo público que estaba en la plaza Tirso de Molina. De la pérdida del servicio que daba ese urinario o de alguna medida alternativa para cubrir las necesidades fisiológicas que seguirán teniendo las personas que pasen por la zona no decía nada.

Desde el distrito Centro confirman que la retirada del aseo se llevaba tiempo “pidiendo porque era un foco de droga y suciedad. El público no lo podía usar porque había colchones dentro y cada vez que se arreglaba la cerradura la rompían para dormir”.

La asociación de vecinos La Corrala, la de mayor ascendente en la zona, nada sabía de esa demanda y, si bien su portavoz, Manolo Osuna, reconoce que ese urinario era “un punto complicado” y que dormía gente en su interior, compara la medida adoptada por el Ayuntamiento con la decisión que se ha tomado en ciertas ocasiones de quitar bancos de la vía pública porque hay personas sin hogar que los utilizan de cama.

Hoy, la silueta del desaparecido aseo puede verse claramente dibujada en el pavimento de la plaza, dado que el hueco que ha dejado se ha cubierto, con poco mimo estético, con losas de distinto color en una especie de trasunto de una cinematográfica escena de un crimen en la que los investigadores marcan con tiza blanca en el suelo el contorno de un cadáver.

Prohibido orinar en Tirso de Molina

Sin el de Tirso de Molina, el único aseo público que hay en el interior del barrio se encuentra en el inicio de la calle Argumosa. Recientemente también se ha eliminado el que estaba situado junto a la plaza de Jacinto Benavente. En la frontera sur del barrio hay uno situado en la plaza del Campillo del Mundo Nuevo y otro junto a la glorieta de Embajadores.

En el portal de datos abiertos del Ayuntamiento, donde se pueden consultar dónde se encuentran instalados todos los aseos públicos fijos de la ciudad, se indica que la razón de ser de estas instalaciones es la de “atender las necesidades de servicios públicos en la vía pública, garantizando su correcta conservación y mantenimiento, sus adecuadas condiciones para un uso exigente y su acceso y uso por todas las personas, con independencia de sus capacidades físicas, funcionales o intelectuales”. También se indica lo siguiente: “Los aseos son resistentes al vandalismo”.

Por otra parte, leemos: “La financiación de estos aseos públicos y el coste de su mantenimiento se realiza través de la explotación publicitaria de los mismos, y su ubicación se realiza bajo un estricto control en las materias de accesibilidad, paisaje urbano y ocupación de la vía pública”.