La muerte de Mame MBayé en la calle del Oso marcó un antes y un después en la vida de Lavapiés y, sobre todo, en la de la comunidad senegalesa -a la que pertenecía- residente en el barrio. Sucedió el 15 de marzo del año 2018 y desde entonces no sólo se recuerda en su aniversario sino que está presente en el día a día de muchos vecinos de esta zona.
La autopsia que se le practicó determinó que había sufrido un infarto de miocardio que le provocó una parada cardiorrespiratoria. El fatal desenlace se produjo tras una persecución durante una actuación policial contra el top manta.
Malick Gueye, por aquel entonces portavoz del Sindicato de Manteros y Lateros de Madrid, denunció “racismo institucional” en la muerte de Mbaye y criticó el papel de las fuerzas de seguridad en unos hechos que en Lavapiés desencadenaron fuertes protestas.
Este viernes de lo que le sucedió a Mame Mbaye se ha vuelto a hablar fuera de las fronteras del que fuera su barrio dado que Malick Gueye ha sido juzgado por un delito de injurias a la Policía por el que la Fiscalía le pide 5.800 euros.
El acusado acudió a Plaza Castilla arropado por una representación de vecinos de Lavapiés, que con carteles en los que se leía “Libertad de Expresión” esperan la absolución de su vecino y refrendan su creencia de que existe “racismo institucional”.
Entre el grupo de apoyo destacaba la presencia de Romy Arce, ex concejal del Ayuntamiento Madrid durante el mandato de Ahora Madrid, quien estuvo imputada por incitación al odio a causa de unos tuits que escribió el mismo día en el que murió el ciudadano senegalés, pero que finalmente los magistrados apuntaron que se encuadraban en el derecho a la libertad de expresión y recalcaron que las afirmaciones de la ex edil se referían a una “posición respecto de la política general en materia de inmigración y extranjería y a una crítica al sistema social”, según recoge Europa Press.
Las querellas interpuestas por la Asociación de Policía Municipal Unificada (APMU) y la de la Unión de Policía Municipal (UPM) han sido las que han llevado a Gueye ante el juez.
En 2018, en unas declaraciones efectuadas al diario 20Minutos, en relación con la muerte de Mbaye, el entonces portavoz de los manteros relató lo siguiente: “Estaba un amigo con él y cuando intentaba ayudarle para meterle los dedos en la boca para no morderse la lengua, la Policía lo empujó y lo apartó. Los mismos policías se bajaron de la moto y lo empujaron y ahí se murió”. En esa misma entrevista afirmaba que desde su sindicato llevaban años “denunciando la persecución, el acoso y explicándole al Ayuntamiento lo que está pasando; esto no es algo nuevo que llegan y matan a Mame”.
La defensa de Gueye trató sin éxito esta mañana de aplazar el juicio por la ausencia en el mismo -al encontrarse en Senegal- de un testigo importante, la persona que trató de ayudar a Mbaye en el momento de su muerte y a quien se refirió el acusado en sus declaraciones sobre la actuación policial.
Por su parte, el fiscal sostiene que Malick Gueye, como portavoz de los manteros y lateros, informó “faltando a la verdad” sobre la forma y la causa del fallecimiento de Mame Mbaye en los medios sociales de comunicación “con claro ánimo ofensivo contra la honorabilidad de la Policía Local de Madrid”.
La figura de Mame Mbaye se ha convertido en un símbolo de las dificultades para la regularización administrativa que deben afrontar algunas de las personas migrantes que llegan a España y de la “criminalización” que hace el sistema de una de las pocas formas para ganarse la vida que les queda a estas personas que carecen de papeles: la venta callejera. A Mbaye la muerte le sobrevino a los 34 años tras más de una década viviendo en el país, tiempo en el que le había sido imposible obtener un permiso residencia y trabajo.