La asociación vecinal sin ánimo de lucro Hola Vecinas, que trabaja con familias migrantes y de bajos ingresos del barrio de Lavapiés, se dio cuenta de que ninguno de los niños y niñas que frecuentan su sede sabía nadar. Son menores de entre 3 y 14 años a los que a lo largo del curso escolar ofrecen servicios gratuitos de apoyo escolar y ludoteca, entre otros, al tiempo que trabajan con sus familias en temas como brecha digital, alfabetización, enseñanza de español y ayuda con todo tipo de acompañamiento y de trámites burocráticos.
Tiempo atrás ya habían puesto remedio al hecho de que muchos de ellos ni tan sólo habían ido a una piscina, por lo que desde hace dos veranos organizan y financian salidas a la piscina municipal de verano de Peñuelas, la que más cerca del vecindario queda, denunciando además lo imposible que resulta disfrutar de esas instalaciones sin ayuda a personas que carecen de acceso a internet, con dificultades de idioma o que no tienen tarjetas para poder hacer pagos online.
Cuando meses atrás abrió por fin el polideportivo de La Cebada y con él la piscina cubierta, desde Hola Vecinas pensaron que a sus usuarios se les abría una gran oportunidad para aprender a nadar. Sin embargo, el coste de los cursos de natación y la limitación de horarios de los mismos resultó un freno inicial para su propósito.
Con el fin del curso escolar y la oferta de intensivos de natación en La Cebada vieron el momento de volver a la carga.
A Hola Vecinas, que no recibe apoyo económico público de ningún tipo y mantiene su actividad gracias a las pequeñas aportaciones privadas que reciben de simpatizantes y al desinteresado trabajo de sus voluntarias, sólo le quedaba conseguir el dinero suficiente para costear los cursos. Una campaña en sus redes sociales, amplificada por el boca a boca, ha sido finalmente el modo de obtener la cantidad que necesitaban para lograr inscribir en uno de esos intensivos de 15 días a 59 de los niños de la asociación. La práctica totalidad de sus usuarios habían mostrado interés en aprender a nadar.
Amadrinar con 10 euros el curso de natación de un niño era lo que pidieron y la respuesta del barrio no ha podido ser mejor: no sólo se ha cubierto el coste -9 euros por curso para menores de familias numerosas y 18 euros para los que no lo son- para inscribir a todos los niños sino que el dinero les ha llegado para comprar a todos gorros de baño y gafas de natación a algunos de ellos.
“Todos nuestros niños están entusiasmados ante la posibilidad de aprender a nadar, algo que ni se habían planteado antes por la situación de sus familias. La barrera económica, entre otras, hace que estos pequeños se pierdan muchas cosas y es algo que como sociedad no nos podemos permitir. Estos niños parten con una desigualdad de oportunidades en todos los campos que pone en entredicho la justicia social y la tan manoseada meritocracia a la que se refieren con ligereza algunos dirigentes políticos. La generosidad de nuestras vecinas, a las que no podemos estar más agradecidas, van a permitirles aprender a nadar, pero no olvidemos que sería responsabilidad de la administración garantizar que la población más desfavorecida tenga acceso a este tipo de actividades y, en cambio, somos otras entidades ciudadanas -Dragones de Lavapiés es otro ejemplo- las que nos esforzamos desinteresadamente para proporcionárselo. Para la gran mayoría de nuestros niños el intensivo de natación de 15 días es todo lo que van a hacer este verano, además de participar en otras propuestas que les preparamos colectivos del barrio. No se irán fuera de vacaciones, no tendrán muchas otras alternativas a la de estar en la calle soportando 40 grados de calor”, indican desde Hola Vecinas.