Mad Cool amplía a cuatro días su festival de 2024 en el polémico recinto de Villaverde donde fue multado por ruido

Guillermo Hormigo

Madrid —

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Ni las colas, ni los problemas en los accesos, ni las quejas vecinales, ni siquiera las multas del Ayuntamiento de Madrid por superar decenas de veces los niveles de ruido permitidos. Nada ha disuadido a los promotores de Mad Cool para reubicar el festival, que en 2024 volverá al Iberdrola Music de Villaverde.

Lo han anunciado desde Mad Cool a través de sus propias redes sociales. En los comentarios de un vídeo publicado este martes en su Instagram, una usuaria pregunta si la próxima edición tendrá lugar en el mismo recinto. “Así es!”, responden desde la cuenta oficial de Mad Cool. “Pues a ver si lo organizáis mejor”, responde otra persona.

Además, el festival ha avanzado en otra publicación que el año que viene se alargará una jornada más, para un total de cuatro. Tendrá lugar del miércoles 10 al sábado 13 de julio.

Mad Cool volverá así a un recinto que prefirieron evitar otros festivales, como el Coca Cola Music Festival, que se trasladó a la Caja Mágica. En el caso del Reggaeton Beach Festival se produjo una cancelación forzada, después de que el Ayuntamiento de Madrid negara la licencia pocos días antes de su celebración por “problemas en el plan de movilidad”.

Sin embargo, la conexión de Mad Cool con el recinto es muy particular, ya que la propiedad del lugar es en parte de los propios promotores del evento. Mad Cool Events S.L. lo gestiona, aunque sus socios (que lo son también de Mad Cool Festival S.L., la compañía detrás del propio festival) vendieron el 51% del capital a Mahou San Miguel. Después de esta operación, el terreno acabó siendo renombrado como Iberdrola Music. Una compleja operación que se ha desarrollado durante años, mientras el festival también recibía críticas en su localización previa de Valdebebas y la Ciudad de la Música que Villacís proyectó en Villaverde nunca terminaba de despegar.

Aglomeraciones, atascos y mucho ruido

El desarrollo de Mad Cool, así como de otros eventos celebrados en el mismo terreno, se caracterizó por jornadas de atascos en los accesos. En parte por el enorme volumen de tráfico que generó el festival y también por los cortes planificados por el Ayuntamiento de Madrid. Pero también debido al colapso en el transporte público disponible, con trenes de Metro (cuyo horario se alargó para el evento) hasta los topes durante la vuelta. Y eso que las condiciones de acceso al transporte colectivo, a 20 minutos andando de la entrada, provocaron que mucha gente apostara por llegar en coche a la parcela.

Además de los accesos y la movilidad, otro problema denunciado por los vecinos desde la concepción del proyecto fue el ruido. El Ayuntamiento de Madrid ha impuesto 22.001 euros de sanción a la empresa organizadora, debido a que superó durante todas las jornadas de su celebración “los niveles sonoros establecidos en la autorización del evento”, según detallaron fuentes municipales a este periódico. Las actas de la Policía Municipal de Madrid revelan que el ruido fue mayor al permitido en al menos 19 ocasiones durante los días 6, 7, 8 y la madrugada del 9 de julio. Siete de los ocho escenarios rebasaron los 100 decibelios. Además, también se emitieron niveles elevados de ruido sobre la Colonia Marconi de Villaverde en hasta cinco ocasiones, que son las que han originado las sanciones.

No obstante, esta sanción es sensiblemente inferior a los 2,3 millones de euros que Mad Cool recibió en ayudas entre las cantidades aportadas en concepto de patrocinio por el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid y el de José Luis Martínez-Almeida en el consistorio. Queda por comprobar si los residentes de Villaverde y Getafe salen de nuevo a la calle para protestar ante este controvertido regreso.