La pared más fotografiada de Malasaña, la situada en el número 18 de la calle Palma, ha perdido sus vivos colores durante la cuarentena. El negocio que había dibujado sobre ella el diseño de ojos con fondo azul -Tompai- cerró poco antes del estado de alarma y desde hace unos días la pintura ocre ha sustituido su anterior diseño.
Los últimos días de febrero, esta llamativa tienda anunciaba la liquidación de todo su stock: el motivo era la no renovación del alquiler del local y el cierre de un espacio que vivió su mejor época gracias a unos dibujos que se hicieron tremendamente populares en las redes sociales.
Los ojos sobre fondo verde azulado estaban firmados por Cristina Pollesel, artista que fue invitada en la primavera de 2015 a reinventar el logo de la marca con motivo de la decoración de la calle, aprovechando la celebración de Casa Decor en la antigua Real Fábrica de Ceras por aquella época.
El resultado gustó mucho. Tanto que pasó a ser parada indispensable para cualquier instagramer que pusiera el pie en Malasaña durante el fin de semana. Cuentan que fue Dulceida la que puso de moda el fondo en una de sus publicaciones (aunque este periódico no ha encontrado la citada foto) y que a partir de ahí había colas de hasta 20 personas haciendo cola para retratarse en la calle Palma, como contaban los responsables del local a El País hace tres años.
La popularidad de los dibujos hizo que Tompai, dedicada a la venta de ropa hecha en Nepal, con materiales de comercio justo, elaboraba una línea de ropa y complementos con los famosos ojos. También obligaba a renovar la pintura cada cierto tiempo, víctima de los tags y de otros ataques furibundos.
Hoy, la tienda está cerrada y es una incógnita saber lo que conseguirá abrir allí, después de la pandemia. El negocio de Tompai seguirá en la ciudad de San Sebastián, donde nació y mantiene tres locales abiertos con el logo que nació en Malasaña.