Cuaderno de condolencias y sus libros en préstamo, el recuerdo a Vargas Llosa en la biblioteca que Madrid le dedicó en 2014

Unas flores y un lazo negro acompañan este lunes el espacio donde la biblioteca Mario Vargas Llosa suele mostrar cada día los libros del escritor que forman parte de su catálogo. Una veintena de títulos que este lunes cobran un significado distinto, horas después del fallecimiento del premio Nobel.
El conjunto se completa con una fotografía del propio Vargas Llosa, que con ojos seductores lleva mirando a los lectores que entran en este espacio desde que hace más de una década el Ayuntamiento de Madrid decidiera dedicarle la que era por entonces su última instalación municipal en el distrito Centro, ubicada a medio camino entre Malasaña y Chueca.
El día de la inauguración, un 17 de noviembre del año 2014, el escritor acudió invitado a un acto bastante excepcional, que estuvo presidido por la alcaldesa de aquella época, Ana Botella. Era excepcional porque la normativa municipal impide dedicar espacios o calles a personas vivas, salvo que esté justificado por la excepcional relevancia del personaje. Por aquel entonces nadie cuestionó la elección del peruano para dar nombre a un espacio que albergaría miles de libros.
Este 14 de abril de 2025 sus títulos siguen ofreciéndose para ser prestados gratis a cualquiera que los escoja. En lo que va de año, 444 personas se llevaron a casa algunos de los ejemplares escritos por Vargas Llosa, según los datos estadísticos publicados por el Ayuntamiento de Madrid. La gran mayoría (casi un 95%) salieron de esta biblioteca, que se ha convertido en un espacio de referencia para los seguidores del escritor.

Elogio de la madrastra, La ciudad y los perros y Le dedico mi silencio son los títulos preferidos que prefirieron sus lectores durante los últimos meses. Hoy, esas mismas personas le correspondían con bonitas palabras como despedida en un libro de condolencias colocado por el Ayuntamiento de Madrid.
“Una pérdida enorme para las letras. Te echaremos de menos”, le escribía Alberto. “Su obra nos quedará para siempre”, añadía Clara después de lamentar su fallecimiento. “Te leemos y te recordamos en casa”, le dedicaban Lucio, Margarita y Cristina hablando de que sus escritos les recordaban a su Perú. “Gracias por tus historias y letras”, remataban.
¿Otro espacio en Madrid para Vargas Llosa?
En la primera entrevista del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, después de que se conociera el fallecimiento del Premio Nobel de Literatura, el mandatario destacaba su “defensa de la libertad” y anunciaba que “nosotros vamos a reconocer a Mario Vargas Llosa y, por supuesto, le vamos a dar un espacio en la ciudad de Madrid. Yo creo que, aunque nació en Perú, le podemos considerar un madrileño porque hizo gran parte de su vida aquí”.
“Madrid tiene una deuda de gratitud con Mario Vargas Llosa. Damos el pésame a su familia, a sus seres queridos y al mismo tiempo haremos un reconocimiento a un peruano, pero también madrileño universal”, aseguró sobre el paso del literato por la capital.
La relación de Vargas Llosa con Madrid se remonta al año 1958, cuando empezó a escribir su primera novela La ciudad y los perros. “Aquí, en Madrid, Vargas Llosa tomó una decisión que cambió su vida: dedicarse a la Literatura. Consagrarse a la Literatura fue una decisión madrileña”, dijo hace más de una década Botella en la inauguración de la biblioteca. También habló entonces de sus estrenos en el Teatro Español: “Mario ha vivido en nuestra ciudad más de mil y una noches, y en algunas de ellas ha estrenado su teatro asomándose a los balcones del templo escénico en activo más antiguo del mundo, el Teatro Español” .
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