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La dependencia tecnológica, la concordia, un metro vibrante y flores recicladas, obras ganadoras de Pinta Malasaña 2025

Obras de Yolanda Gómez Urrea y Jaume Montserrat, segundo y primer premio de Pinta Malasaña 2025

Diego Casado

Madrid —
29 de abril de 2025 20:00 h

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El mayor festival de arte urbano madrileño alumbró este domingo 27 de abril más de un centenar de nuevas obras en las calles de Malasaña, creadas durante doce intensas horas en las que pintores, escultores, diseñadores y escritores trabajaron sobre el espacio público y a la vista de los miles de visitantes que reunió el evento.

Pinta Malasaña dio a conocer sus mejores obras con un cierre festivo en el que se anunció que una obra del catalán Jaume Montserrat se había hecho con el primer premio del certamen. Su creación, en tonos grises y blancos, fue galardonada gracias a que su autor supo captar “el momento sociopolítico y antropológico que vivimos, relacionado con la era de la desinformación”. También valoró “el tributo a la obra del Guernica desde la Transición española en los años 70”. Y “la crítica soterrada a la dependencia del arte urbano con las redes sociales”.

El autor había llegado al certamen sin un boceto claro pero con la intención de construir un collage visual entre elementos que abrazaran lo tradicional y lo futurista, reflejando la simbiosis del ser humano con lo digital. El resultado fueron varias referencias al Gernika, a la cultura pop o a los videojuegos.

La casualidad hizo que el segundo premio de Pinta Malasaña estuviera justo al lado de la obra de Montserrat. Y en el mismo emplazamiento donde se pintó también el segundo galardón de la edición del mismo certamen del año pasado: las puertas izquierdas de la librería Arrebato, situada en la calle Palma.

El segundo premio fue para las mujeres abrazadas que pintó Yolanda Gómez Urrea. El fallo del jurado valoró “su mensaje de concordia, en contraste con el momento actual polarizado” y también que reflejara en su obra un tipo de cuerpos no normativos lo que, unido a la ausencia de rostros, “permite la empatía e identificación de todas las personas”.

El tercer premio se lo llevó Odiarte, por su pintura con spray sobre una administración de lotería en la calle Pez. Su colorida obra fue distinguida por el jurado debido a “la gran adaptación al espacio, la destreza técnica y su temática vinculada al graffiti”.

El jurado del certamen estuvo compuesto por el artista urbano Suso33, la investigadora especializada en graffiti y arte urbano Isabel Carrasco y la periodista de elDiario.es Laura García Higueras.

El último premio oficial fue otorgado por el numeroso público que acudió a disfrutar del evento y que depositó cientos de papeletas en las urnas de la votación popular. Las elegidas fueron Las Enganchadas, que construyeron durante la jornada varias flores gigantes, elaboradas a partir de plásticos reciclados que les llevaron los alumnos del colegio Isabel la Católica.

Su idea era transformar sus habituales piezas de ganchillo en elementos en floración. “Su presencia, también inquietante, alude a la fuerza de la naturaleza, tan destructiva como regeneradora”, explicaban al plantear su idea. “Nos recuerda que, cuando el ser humano la altera, puede reaccionar de manera inesperada y, a veces, devastadora”, añadían. Al final de la jornada, las artistas colocaron las flores sobre la verja de este centro público.

El premio Mahou, una impactante obra sin color

El certamen paralelo a Pinta Malasaña dedicado a creadores de menos de 35 años, el Concurso Mahou de Jóvenes Talentos del Arte Urbano, fue ganado por MIST-Z. Su propuesta sobre un cristal del bar Loreto (C/ Corredera Baja de San Pablo 6) sorprendió al público asistente por su ausencia de color y su juego con el vaho simulado y los espejos en lugar de caras.

El jurado de este concurso para jóvenes promesas también destacó como finalistas los trabajos de CAT sobre el cristal del Tupperware, el de MFOL sobre una puerta del Loreto, el de Sandra Franzón en la cristalera del Madklyn y el de Claire Makes Things en varios espacios del CA Angelita.

Pinta Malasaña celebró sus diez años de festival en Madrid invitando a los ganadores de sus ediciones anteriores, quienes crearon varias obras en directo tanto en el centro cultural Condeduque, colaborador de la iniciativa, como en un muro de 32 metros en la plaza del Rastrillo. Y exploró la conexión con nuevas generaciones de artistas gracias a la participación del Museo de Historia de Madrid, sobre cuyas verjas, en grandes lienzos, pintaron alumnos de Bellas Artes de la UCM. El resultado de esta última intervención permanecerá expuesta hasta el próximo Día de los Museos, 18 de mayo.

El festival contó con el patrocinio de cervezas Mahou, que apuesta por la dinamización de los barrios a través de actividades culturales que generen experiencias cinco estrellas en torno al arte y la cultura urbana. Pinta Malasaña también recibió el patrocinio de la firma de pinturas Pebeo, que aportó todos los materiales artísticos que usaron los artistas seleccionados. Y contó con la colaboración de la marca de sprays Montana Colors, la tienda de bellas artes Hartem para los talleres, o la revista Time Out, que patrocinó el premio del público. El evento está organizado por el colectivo Madrid Street Art Project y el periódico local Somos Malasaña.

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