En España, la mayoría de las editoriales –más del 75%– edita menos de 20 títulos al año, a pesar de lo cual el mercado editorial español está extraordinariamente concentrado. Existe lo que podríamos llamar la paradoja del lector especializado, que tiene a su disposición una pléyade nutrida y diversa de pequeños proyectos editoriales, casi de autor en ocasiones y, a la vez, los anaqueles de las grandes librerías llenos de grandes títulos de grandes grupos editores.
La respuesta de las pequeñas y medianas editoriales en los últimos años ha sido potenciar su presencia en las redes sociales, confabularse con librerías con intención y la creación de un puñado de eventos propios a los que los editores acuden con sus cajas de libros para tener contacto –y venta directa– con los lectores.
El próximo sábado 14 de diciembre llega a Malasaña (a La industrial, calle San Vicente Ferrer, 33) Efímera, una librería pop-up que pretende ser uno de estos espacios temporales donde reina la pequeña editorial, pero que se diferencia de encuentros anteriores en que huye del concepto de mercadillo, ese en el que cada editor se hace cargo de una mesita y vende sus libros. En esta ocasión habrá un mostrador de ventas único: será una gran librería en la que sólo habrá pequeños… pero en la que se ha invitado a los mismos editores a estar presentes.
El evento se fue cocinando a fuego lento en las cabezas de Diana Acero (Carmot) y Beatriz Rubio (Distinta Tinta), que son quienes lo han puesto en marcha. “Este año no se ha celebrado HUL (Hostia Un Libro), un evento a medio camino entre la feria y la fiesta que permitía conocernos a los editores pequeños y, en general, creemos que en Madrid faltaba un evento similar a éste, que hace que la edición sea un poco menos solitaria”, cuenta Beatriz Rubio.
Precisamente, la experiencia de otros eventos editoriales es lo que más ha influido en el diseño de Efímera, que huye del desapego entre organizadores y editoriales de algunas ferias locales y ha previsto un espacio de recepción de libros antes del día del evento para evitar las habituales procesiones de maletas de ruedas rebosantes de volúmenes.
Efímera será, pues, un encuentro que quiere mirar más allá del concepto de mercadillo prenavideño, que piensa en las propias editoriales y en la posibilidad de que éstas se relacionen entre sí, además de –claro está–, en los lectores. Para producir ese diálogo se ha diseñado, además, un programa de Editor’s Corner a lo largo de todo el día.
Aunque entre las editoriales participantes abundan las de Madrid, entendemos que por cuestiones de logística, encontramos también sellos de Sevilla, Córdoba, Tarragona, Segovia, Asturias… Este hecho cuadra perfectamente con la vocación itinerante pensada para las próximas ediciones del evento, según confirma Beatriz Rubio, que añade que Malasaña era ideal para esta primera vez por su situación céntrica, su oferta de locales de ocio y la efervescencia cultural de sus calles.
Editoriales casi artesanales
Editoriales casi artesanales
Marta Martínez Carro proviene del periodismo y fundó ContraEscritura en 2015. Pese a que cuenta con el trabajo de otros profesionales freelance para llevar a cabo su labor, la editorial es su proyecto personal. “Al principio no conocía nada del mundo editorial, no sabía cómo se compraba un ISBN, por ejemplo”, cuenta. Sin embargo, tenía claro que quería recuperar textos y autores ausentes en el mercado editorial español, “gente muy valiente en su contexto, muchas veces desde una perspectiva antifascista y a contracorriente, con gran capacidad de reflexión en textos relativamente breves”. Entre sus últimas ediciones encontramos títulos interesantes como Goethe en Dachau (Nico Rost) y Una juventud en Alemania (Ernst Toller).
Esta necesidad de tener entre las manos textos que no se encuentran en las librerías y el síndrome de la voracidad lectora está en el origen de muchas de las pequeñas editoriales. “A mí me han llamado arqueóloga bibliográfica y casi me gusta más que editora”, asegura Marta.
Por su parte, Beatriz Rubio, de Distinta Tinta, abundaba en lo mismo durante nuestra conversación:
ContraEscritura cuenta con una tienda online donde, además de sus libros, vende productos asociados a la editorial y con la figura de socio –120 en este momento–, que le permite el contacto directo con los lectores. “Aunque la gran mayoría de nuestras ventas se producen en la librería, para mí era importante que la idea de horizontalidad que mueve el proyecto llegara al lector”, dice Marta.
Este afán por crear una pequeña comunidad alrededor del sello, seguramente, es otra de las constantes de las editoriales que estarán representadas el próximo sábado en Efímera, igual que la relación casi afectiva con las librerías más comprometidas con aquellos relatos que crecen al margen de los grandes catálogos comerciales. “Conozco antes el nombre de los libreros que el de las librerías”, cuenta la editora de ContraEscritura, lo que es fácil de entender sabiendo que en 2017 hizo hasta 60 eventos en librerías. Por eso, su anhelo es que el sábado se acerquen a Efímera también muchos libreros.
Datos de interés:
Dónde: La Industrial – Calle San Vicente Ferrer 33
Cuándo: sábado 14 de diciembre de 11 a 21 h.
Cuánto: asistencia libre