Decenas de marcos rodeando tags (firmas) de graffiteros fueron colocados en la mañana del viernes por comerciantes y vecinos de Malasaña, dentro de una campaña que se iniciaba este fin de semana y que busca la sensibilización sobre una práctica que en el barrio va más allá de los cierres y se extiende a paredes, puertas y cualquier elemento del mobiliario urbano.
Brocha en mano, miembros de Vive Malasaña (asociación de comeciantes) y de SOS Malasaña (plataforma de vecinos) fueron pegando juntos los carteles que formaban parte de la acción, todos con la frase Tu firma puede valer mucho. Aquí no.
La campaña ha sido apoyada por el Ayuntamiento de Madrid a través de su concejal de Centro, José Fernández, que recorrió parte del barrio mientras comerciantes y vecinos le explicaban los diferentes elementos del patrimonio de la zona afectados por las firmas de espray, entre ellos las más de 200 puertas centenarias que han documentado en un informe entregado a los técnicos municipales.
El concejal del PP recordó a los medios que la limpieza de graffitis tiene un coste medio diario de 10.780 euros para el consistorio, unos 2,6 millones de euros cada año. Además, destacó el coste medioambiental que conlleva, debido al gasto de agua y al baldeo con elementos abrasivos para eliminar la pintura.
Estas son algunas de las imágenes de la acción: