Primero fue cosa del Conache lo de poner una enorme terraza en la plaza de San Ildefonso que durante mucho tiempo fue la única allí instalada. Tras varias idas y venidas de sus límites, finalmente quedó ocupando algo menos de un tercio de su superficie.
Recientemente, el Naïf, un nuevo bar de la zona, colocó también su terraza en San Ildefonso. Esto fue poco antes de que el Maki, otro restaurante recién llegado, reclamara su derecho a hacer lo propio.
Como consecuencia, donde antes los niños jugaban al fútbol ahora ya no pueden hacerlo; donde antes algún patín surcaba el duro pavimento de la plazuela, ahora son patas metálicas las que se deslizan sobre él. No hay espacio para más; ni tan sólo para que los transeúntes crucen en diagonal la plaza: San Ildefonso ahora se vadea o, en el mejor de los casos, se atraviesa en eslalon.
Los viernes, desde hace un par de meses y a instancias del Ayuntamiento, por si fuera poco, se colocan unos cuantos puestos de venta de libros viejos y de ropa en uno de los laterales de la plaza.
De todas formas, todo esto no se ve si uno se acerca a este lugar desde la Corredera Alta de San Pablo, gracias a la 'feliz' idea de Medio Ambiente de colocar unos contenedores de reciclaje justo en la esquina de San Ildefonso más cercana al cruce entre Escorial y Corredera Alta.