En Un buen chico hallamos 'cinco CD's', un paraíso perdido, secretos inconfesables, drogas, sexo, culpas y culpables, angustia, mal, mucha música indie, conversaciones cruzadas, continuos saltos en el tiempo, un ritmo tan frenético como hipnótico y, entre otras cosas, de fondo, un espacio emocional llamado Malasaña: calles de Fuencarral, Colón, el Santa Fe, la sala Siroco...
Javier Gutiérrez, vecino del barrio en cada una de las múltiples casas en las que ha vivido, firma una novela que ha sido reseñada en todos los espacios culturales de los principales periódicos y paseada por tertulias, por internet y por el boca a boca. “Cosas de tener la suerte de publicar por fin en una editorial grande como Mondadori”, indica quitándose importancia y sabedor de que de sus dos anteriores libros -Lección de Vuelo (2005) y Esto no es una pipa (2010)-, aparecidos en sellos pequeños, apenas comentó alguien algo y eso que fueron premios Ópera Prima Nuevos Narradores y Salvador García Aguilar, respectivamente.
De esta breve obra de 140 páginas se ha dicho ya prácticamente todo lo que se podía decir sin destripar el argumento. Nosotros añadiremos que Un buen chico sitúa al lector ante el dilema de pensar en lo que haría si le aseguraran la impunidad de sus actos.
“Una novela de Malasaña”
“Una novela de Malasaña”
El autor se muestra gratamente sorprendido por la marcha que ha cogido una obra que “la prensa ha vendido como una novela de Malasaña, pero que no fue concebida con esa intención,” asegura. “Sin darme cuenta ha tomado esa identidad. De repente, en cada entrevista que me hacían me preguntaban por Malasaña. No es que Malasaña se haya convertido en un personaje más de la novela sin yo pretenderlo, pero sí que ha llegado a ser algo más que el escenario donde se desarrolla. Es algo así como el icono de la felicidad perdida”.
Cuenta el autor que la Malasaña de finales de los 90, a cuya nostalgia se agarra Polo, el protagonista de la novela, era “más libre, más sucia, más mezcla y más fértil que la de ahora. La de principios de la década era peligrosa, con muchas tribus urbanas, muy underground. Todo eso se ha perdido, pero tampoco lo veo negativo. Malasaña ha mejorado. Para vivir es mejor la de ahora. Ha sido colonizada por gente que venía aquí a disfrutar de la noche y que la ha elegido para vivir, gente que ha crecido, ha cambiado y, al mismo tiempo, ha hecho cambiar al barrio”.
Escritores, juventud y Tipos Infames
Escritores, juventud y Tipos Infames
Al preguntar a Javier Gutiérrez por su relación con otros escritores y el ambiente literario de Madrid y, muy especialmente, de Malasaña, indica que aunque el ambiente cultural general de la ciudad lo encuentra “algo muerto”, precisamente en torno al barrio se está consolidando una comunidad de escritores jóvenes que han hecho de la librería Tipos Infames su sede oficiosa, un punto de encuentro interesante de donde aún no se sabe qué puede salir. Cuenta que muchos de los miembros de esta incipiente comunidad son vecinos del barrio, como Elvira Navarro (La ciudad feliz) , , Juan Jacinto Muñoz Rengel (El asesino hipocondriaco), Use Lahoz (Los Baldrich) o la traductora Marta Rebón, autores que han logrado ya publicar con editoriales importantes. También destaca el hecho de que la joven comunidad literaria madrileña es muy abierta y nada exclusivista y de que no existen escuelas ni manifiestos. “Mi teoría es que aún no nos hemos influido entre nosotros porque nos estamos leyendo ahora. Tiempo al tiempo”.
Javier Gutiérrez estará este próximo sábado 26 firmando ejemplares de Un buen chico en la caseta número 82-83 de la Feria del Libro del Retiro. Entre las 19 y las 21 horas. Su libro se va a publicar también en Brasil y en Italia. Cuando sus amigos bromean diciéndole que finalmente va a ser un tipo muy conocido responde socarrón que él lleva ya tiempo siendo muy conocido por los camareros de los bares de Malasaña.
Para finalizar, dos curiosidades y un secreto: Javier es el administrador de una de las dos páginas de Facebook dedicadas al mítico Pele -personaje de la noche malasañera y portero de la Vía Láctea-; tiene facebook y twitter y le encanta el contacto que con el lector le proporciona internet; está ya trabajando en una nueva novela de la que no suelta prenda. “Nunca he dicho nada sobre lo que estaba escribiendo, aunque bien es verdad que antes nadie me preguntaba si lo hacía”.