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Las asociaciones de vecinos de Centro piden a Almeida controlar el aforo de las calles durante la desescalada y un plan de seguridad

Las asociaciones vecinales del distrito Centro han soliciado por registro al alcalde de Madrid que se garantice la salud ciudadana y el cumplimiento de las normas de la desescalada y de la regulación especial que ha adoptado el Ayuntamiento para impulsar la hostelería y el turismo en el distrito. Piden a Martínez-Almeida un plan de seguridad, control de aforo en las calles y la constitución de una mesa de seguimiento de las medidas de apoyo a bares y restaurantes para evitar posibles incumplimientos y abusos. “Desescalada sí, pero con los vecinos y la legalidad”, exigen estos representantes vecinales, que temen aglomeraciones que pondrían en peligro la salud de los vecinos de Centro y argumentan que el Consistorio tiene la obligación de prevenir y de evitar esos riesgos.

“Reclamamos al Ayuntamiento de Madrid un compromiso de prudencia y la garantía de que la salud pública primará sobre cualquier otro criterio. Esta exigencia no es un capricho ni una ocurrencia, es el resultado de la experiencia vecinal de muchos años”, manifiestan. Según Jordi Gordon, portavoz de la coordinadora vecinal, el gobierno municipal debe lanzar un mensaje claro: “En estas fases de la desescalada no se puede congregar en el distrito la totalidad de la ciudad”. Gordon pide que no cejen los controles policiales que se han visto en los primeros días del desconfinamiento en lugares tan emblemáticos como la plaza del Dos de Mayo e invita a que cada quien sea consecuente y consuma en su propio barrio.

“Desde que se han relajado las medidas de confinamiento, se observa en nuestros barrios un aumento de la concentración en la calle de personas que incumplen las medidas de distanciamiento social (la policía ha tenido que intervenir centenares de fiestas y botellones) y esto sucede mientras el estado de alarma por la pandemia y el peligro de contagio siguen siendo una realidad. Por ello, en esta nueva fase de la desescalada hemos solicitado formalmente al alcalde de Madrid un plan de seguridad que impida el botellón en nuestras calles y las aglomeraciones de personas en terrazas o en las puertas de los bares, como si fueran terrazas sobrevenidas”, cuentan estos vecinos.

“Llevamos años soportando la masificación incontroladada y el incumplimiento de las normas y la legalidad a costa de nuestros derechos -bares y pisos turísticos ilegales, botellón, venta y consumo de alcohol en las calles las 24 horas del día, siete días a la semana, ruido, etc-. Ahora no podemos aceptar ni permitir que esto suceda. Si en pleno estado de alarma se generalizaran estas conductas, las consecuencias podrían ser muy graves”.

Temor ante aglomeraciones e incumplimientos

Temor ante aglomeraciones e incumplimientos

Estas asociaciones vecinales, agrupadas en una coordinadora, echan mano de las matemáticas para hacer las siguientes cuentas: “Si en el centro de Madrid tocamos a un bar por cada 32 habitantes -probablemente la proporción más elevada del mundo, ya que hay unos 4.000 bares para los 130.000 habitantes del distrito-, con que solo haya 10 personas en la puerta o en la terraza de cada uno de esos locales supondrían más de 40.000 personas en la calle. Consideramos necesario que el Ayuntamiento tome medidas de control y, a la vez, informe a la población de que el centro de la ciudad no está libre de restricciones. Si no se pone en marcha el plan de seguridad, se producirán aglomeraciones e incumplimientos de las normas sanitarias y de distanciamiento que acabarán inevitablemente en un repunte de contagios”.

Del mismo modo, preocupa el botellón, un clásico de la zona que en esta época no sólo resulta molesto para los vecinos, sino peligroso. Es por eso que solicitan un mayor control sobre el mismo y que se aproveche la coyuntura para tratar de erradicarlo de una vez por todas.

Ante este posible escenario, los representantes vecinales reclaman tener voz y poder ser escuchados, por lo que exigen “la constitución de una mesa de seguimiento y de un plan de seguridad y control del aforo en nuestras calles, en el marco de las medidas que ha adoptado el Gobierno municipal para apoyar la hostelería y la desescalada en nuestro distrito. La mesa de seguimiento debe ser una herramienta útil para resolver los conflictos, abusos o peligros que surjan y para corregirlos de manera rápida y eficaz”.

“Necesitamos un compromiso del alcalde y de la vicealcaldesa, pero también pedimos a todos los grupos municipales su apoyo, en línea con los pactos municipales para la recuperación de Madrid. No queremos que la nueva normativa de apoyo a la hostelería se convierta en un coladero y que aumente la impunidad de aquellas conductas que incumplen las normas. La recuperación económica no puede ser una excusa para que, a costa de nuestros derechos, crezca todavía más ese ocio descontrolado, que es una de las señas de identidad del distrito”.