El edificio de San Bernardo 68 enfila su último tramo de obras antes de que se convierta en oficinas municipales, en lugar de equipamientos vecinales como inicialmente estaba previsto. La empresa constructora lo entregará al Ayuntamiento previsiblemente dentro de dos meses, después de ejecutar los cambios para permitir la instalación de despachos para funcionarios del área de Deportes, que se trasladará a este espacio en 2020.
“La obra está muy avanzada, prácticamente solo falta colocar los tabiques para diferenciar los despachos y dar la pintura, además de instalar el ascensor” explica a Somos Malasaña la concejala del PSOE Mar Espinar, quien visitó el centro cultural esta semana para revisar el proyecto y comprobar si son legales todos los cambios hechos sobre la licitación inicial, que preveía la creación de un centro sociocultural para los vecinos del barrio.
El PSOE, junto con Más Madrid, ha criticado duramente la reconversión de este espacio en oficinas: “No estamos de acuerdo con el cambio de uso que se ha hecho, porque en este barrio hace muchísima falta tener más dotaciones de servicios públicos”, protesta Mar Espinar. El espacio, con más de 2000 metros cuadrados distribuidas en cuatro plantas, situadas encima del actual parque de bomberos, iba incluir aulas para gimnasia, talleres plásticos, salas de exposiciones, enseñanza de idiomas, estudio de radio o un salón de actos con capacidad para 245 personas, que entre otros iba a utilizar el colegio público cercano Pi i Margall, falto de espacios de este tipo. Pero el PP decidió cambiar su uso con su llegada al gobierno.
La intención del nuevo Ayuntamiento es construir un centro cultural de unos 1000 metros cuadrados en la zona de Conde Duque, la mitad del espacio previsto en San Bernardo y solo un poco mayor que el Centro Cultural de Clara del Rey, cuya actividad se iba a trasladar sobre los bomberos por encontrarse ahora mismo masificada y disponer de espacios muy pequeños. “Los 700 usuarios de este lugar no van a caber, no se puede hacinar a todos en Conde Duque”, denuncia Mar Espinar, que también visitó este espacio para comprobar su estado. “Hay que escuchar a los vecinos y a las asociaciones del distrito para ver lo que necesitan”, espeta a la Junta de Centro, que ha decidido el cambio, así como a la concejala de Cultura y a la edil de Deportes. “Está muy bien ahorrar pero no recortar siempre de lo mismo, de los espacios públicos y de las instalaciones vecinales”, protesta.
Sofía Miranda, la concejala de Ciudadanos que dirige el área que será trasladada, contará con un despacho en la quinta planta “con unas vistas magníficas”, ironiza Espinar, de las que disfrutarán la dirección general, consejera delegada, el asesor y su equipo. En total, se están habilitando puestos de trabajo para más de 90 personas, “lo que implicaría un incremento de plantilla en esta área”, añade la concejala del PSOE, quien también critica que el partido naranja cambiara radicalmente de opinión respecto a lo que defendía hace poco: que no se instalaran oficinas en este lugar.
Las asociaciones vecinales, ampas de los colegios y usuarios de Clara del Rey están valorando estos días sus próximos pasos para intentar recuperar el edificio para el barrio, reuniéndose con diferentes formaciones políticas como Más Madrid y valorando la vía judicial como una de las vías para obligar al Ayuntamiento a dedicar el edificio al fin para el que fue licitado el contrato que ahora se ejecuta y que prometió al barrio.