“Peligro, hundimiento de calzada” reza el cartel de una de las tres vallas situadas en la calle San Andrés. Los peatones circunstanciales lo miran con desconfianza. Otros, los habituales del barrio, saben que el peligro del que advertían desapareció hace ya unas cuantas semanas.
Las tres vallas se colocaron el pasado mes de octubre para cortar el tráfico mientras operarios municipales arreglaban el enorme socavón que apareció en la calle San Vicente Ferrer, después de que se viniera abajo el adoquinado en mal estado.
El Ayuntamiento de Madrid arregló el socavón en pocos días y el firme del tramo hundido en San Vicente Ferrer se ha convertido en el que mejor estado presenta de toda la calle. Pasado ya más de mes y medio de haber finalizado la obra, queda la duda de saber si el no haberlas retirado de la acera junto a la antigua Farmacia Juanse se trata de un despiste municipal o de una previsión con meses de adelanto, ya que algunas vías cercanas del barrio serán remodeladas el próximo verano.