La calle de Monteleón, de Jerónimo Quintana a Daoíz, nos llega desde el barrio vecino. Pertenece a la nómina de calles que en la zona nacieron del solar del cuartel de Monteleón, protagonista de los hechos de 2 de mayo. No está de más sin embargo recordar que el cuartel era heredero del
palacio de los duques de Monteleón y Terranova, enorme complejo que se remontaba al XVII.
Monteleón en el siglo XX
Aunque no estamos ante una de esas calles que hunden su memoria en los planos históricos, Monteleón ha tenido, como veremos, un siglo XX intenso.
En la calle creció jugando uno de los vecinos más ilustres que ha tenido el barrio, Ramón Gómez de la Serna – RAMÓN – que dejó escritos múltiples recuerdos de las vistas a casa de su abuela:
“en la calle de Monteleón desde el piso de planta baja de mi abuela, corriendo y volviendo a correr entre la calle y el jardín de las monjas de hermética clausura”. Otro Ramón
importante que vivió brevemente en la calle fue Ramón J. Sender, hacia 1934.
En la calle de Monteleón vivió también Fernando Condés, vecino no tan conocido como los anteriores pero de gran importancia en el devenir del siglo XX español. A este guardia civil se le atribuye haber dirigido el grupo que mató a Calvo Sotelo en represalia por la muerte del Teniente Castillo, de quien era amigo. Su participación en el hecho es controvertida, pues si bien le detuvo sin ninguna duda, es posible que no supiera que le
fueran a matar.
La zona era en tiempos de la República muy frecuentada por socialistas porque al lado – en el número
20 de la calle de Carranza – estaba la redacción de El Socialista. Relata Indalecio Prieto, entonces líder del partido, lo que habló
con Condés a la salida de su casa de Monteleón:
“El sumario por la muerte de Calvo Sotelo evidencia que usted fue quien detuvo a la víctima — le advertí. — Lo sé — me contestó — , pero nada me importa ya de mí. Abrumado por la vergüenza, la desesperación y el deshonor estoy dispuesto a quitarme la vida. - Suicidarme – le atajé – sería una estupidez. Van a sobrar ocasiones para sacrificar su vida heróicamente en la lucha que de modo ineludible, comenzará pronto, dentro de días o de horas”.
El resto de la historia es bien conocido, el asesinato de Calvo Sotelo fue la excusa más esgrimida para justificar la sublevación de los generales que dio pistoletazo de salida a la guerra. Condés, que fue hallado inocente de este hecho, murió el siguiente 26 de Julio luchando en el Alto del León.
Tiendas y huertos
La larguirucha Monteleón , tiene tramos variados, que van de la actividad comercial del primer paso a la tranquilidad monacal de la zona colindante con Daoíz.
Antes de llegar a Carranza las tiendecitas de todo tipo se apiñan entre sí. Destacan la ferretería Hijos de Matilde Orueta, que luce en su frontispicio un “desde 1875” a modo de pedigrí, y la salida de emergencia de los cines Paz. Pero esta calle de Monteleón de la vecina
Chamberí bien podría ser otra, porque la calle Carranza, de tráfico continuo, la parte en dos sin un mal paso de cebra que haga de costurón.
En “nuestro” trozo de Monteleón encontramos una mezcla interesante de nuevos negocios y lugares de tiempo. Entre los sitios recientes encontramos La Luna de Madrid, que intenta conjugar el café de toda la vida con actividades más propias de estos tiempos como sus “7 citas para 7 solteros/as”. Se organizan citas en las que cada chico dispone de 7 minutos para conversar con cada una de las siete chicas, y vicerversa. Seguro que ya han salido un buen puñado de historias románticas de este rinconcito nuevo de la calle Monteleón. Otras
tiendas nuevas son la moderna Damas y Espejos o Popland, la meca del fetiche pop.
Entre los letreros espejados, propios tiempos atrás, que pueblan la calle pasada la Galería de Robles, encontramos
el de la librería Reno. Entran allí continuamente amigos y transeúntes en busca de libros. Marisa y Rosa, que la regentan, les atienden con la familiaridad de un vecino y el tino de quienes han crecido en el oficio. Sus respectivos padres, hoy jubilados, abrieron la librería hace
48 años. Se trata de un ejemplo de continuidad familiar de los que cada vez escasean más.
Otro establecimiento que rezuma personalidad es la guitarrería de Ángel Benito Aguado, en la esquina con Divino Pastor. El taller de este lutier de El Escorial está junto al de Fernando Solar, formando el rinconcito de las seis cuerdas del barrio.
En el último paseo de Monteleón, hasta llegar a Daoiz, apenas hay actividad comercial, dominado como está por el muro de la Huerta de las monjitas de clausura del convento de las Salesas Nuevas (en San Bernardo), de finales del XVIII. En esos terrenos siempre ha habido tierras de cultivo, antes de existir el convento y aún antes del palacio, aparecían ya como los campos de la quinta del Divino Pastor en el plano de Texeira. Al final de la calle encontramos un viejo caserón restaurado, antiguo noviciado del convento, que es hoy residencia de mayores.
Como hemos visto, la calle de Monteleón tiene un paseo tranquilo para ir entrando en el barrio. No faltarán si así lo queremos un buen café, el consejo de una librera experta ni un escaparate a la última para amenizarlo.