Inconvenientes de vivir junto a uno de los edificios más cinematográficos de Madrid

Antonio Pérez

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En lo que va de año en el barrio de Universidad se han concedido 184 autorizaciones de ocupación de la vía pública por motivo de rodajes cinematográficos, documentales y reportajes, según el portal de datos del Ayuntamiento de Madrid. Normalmente, los rodajes van saltando de uno a otro lugar, lo cual hace que los posibles inconvenientes que para los ciudadanos de una zona pueda ocasionar esta actividad no duren más que unos pocos días y sean asumibles. 

Sin embargo, cuando existe un punto de rodaje recurrente la cosa se complica y, según denuncian varios vecinos, es lo que sucede en la calle de San Bernardino.

En el número 3 de esta vía se encuentra uno de los inmuebles más cinematográficos de la ciudad, el conocido como edificio Montano, donde cuentan los vecinos que como mínimo hay rodajes una vez al mes, que se pueden prorrogar durante una semana, algo que corroboran los datos oficiales: en 2021 en San Bernardino se ha reservado espacio público por rodajes en cinco ocasiones, cuatro de series de televisión y otro de un reportaje.

Construido entre 1884 y 1890, y protegido íntegramente, la propiedad se encuentra deshabitada desde hace unos años y es alquilada con frecuencia por distintas productoras. Películas como Torrente, Las Brujas de Zagarramurdi, Musarañas, Que Dios nos perdone, No culpes al Karma de lo que te pasa por gilipollas, Line Walker 2 y Malasaña 32, además de series como Soulmates, Gigantes y Estoy vivo tienen escenas en su interior.

Muchos de estos rodajes exigen un potente equipo humano y técnico para ejecutarse, por lo que a cada alquiler privado del edificio Montano se le une una solicitud de permiso para usar espacio público circundante, lo cual implica la inhabilitación de bandas de aparcamiento, cortes ocasionales de calle, aceras ocupadas, ruido... Consecuencia también de todo ello es que hay bolardos torcidos, o directamente desaparecidos, y bordillos y trozos de aceras hundidos por el peso de algunos vehículos de producción.

Aurora es una de las vecinas de San Bernardino más combativas contra las molestias que generan a los vecinos esta actividad constante de grabaciones en el edificio Montano. “Cada semana se hacen grabaciones de cine y de televisión, lo cual supone perder plazas de aparcamiento durante muchos días seguidos, cortes intermitentes de circulación, aceras ocupadas por camiones y otras molestias”, indica.

El estado de las aceras y de la calzada en San Bernardino es “lamentable”, según esta vecina, quien afirma que aún “se hace más evidente cuando han arreglado la Plaza de Conde de Toreno y la calle Duque de Liria. El contraste es alarmante”.

“Además, con lo estrecho de las aceras que tenemos, los desperfectos causados por los equipos de rodaje generan muchos inconvenientes para carritos y personas con movilidad limitada y nos obligan a caminar por la calzada, con el riesgo que conlleva”, denuncia en conversación con este periódico para acabar afirmando que lo que al menos debería de hacer el Ayuntamiento es “devolver el impacto negativo que tienen las concesiones de rodajes” en la vida de los vecinos de San Bernardino utilizando las tasas que cobran a las productoras por el uso del espacio público para arreglar los desperfectos. “No es justo que los pagos por autorización de rodaje no revierten de alguna manera en los que vivimos en la calle y en el barrio”, concluye.

Ana, otra vecina de la zona, añade que los rodajes en el edificio Montano no sólo molestan a quienes viven en San Bernardino, sino que también lo hacen a residentes de calles aledañas, tanto por los cortes de tráfico como por las zonas de aparcamiento que se reservan en otras vías.

Esa pérdida de aparcamiento, en un área donde ya de por sí resulta extremadamente complicado estacionar, es una de las quejas que más se repiten entre los afectados. A David, sin embargo, otro vecino que tiene un restaurante muy próximo a Montano, lo que realmente le incomoda es que, con cuando un vehículo de rodaje estaciona delante de su establecimiento lo que sucede es que acaba tapiándole prácticamente la entrada.

Según el portal de datos del Ayuntamiento de Madrid, en lo que va de año también ha habido ocho rodajes en la plaza Conde de Toreno y otros tres en la de Cristino Martos, principio y final de la calle San Bernardino. También habrían afectado a quienes residen en esta vía y, si bien habrán sido menos invasivos al estar registrados como “actos comunicados de rodaje”, es un suma y sigue para los residentes del entorno.

La ciudad de Madrid está muy interesada en fomentar los rodajes en sus calles. Tanto es así que cuenta con Ciudad de Madrid Film Office, servicio público específico para promocionar activamente el municipio como escenario de producciones audiovisuales.

Algunos rodajes sólo precisan ser comunicados, mientras que a otros se les exige un permiso específico. Los segundos son aquellos que necesitan acotar una superficie en vía pública o en espacios verdes públicos destinados al tránsito de peatones, que utilizan equipos electrotécnicos -dificultando la circulación de vehículos y peatones- y cuyo equipo de trabajo supera las 15 personas. 

Este tipo de rodajes son los únicos que están obligados a pagar tasas de ocupación de vía pública: 48,65 euros por expedición de documentos administrativos y 0,58 euros, por metro lineal y día natural, y 0,87 euros, por metro en batería y día natural.