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Malasaña asiste al regreso de uno de los suyos: el bar Sidi vuelve a abrir

Antonio Pérez

20 de julio de 2021 00:27 h

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La esquina de las calles Colón y Barco resucita con nueva dirección, un lavado de cara estético y con precios y una carta clásica de tapas, bocadillos y raciones muy similares a los que tuvo con sus anteriores dueños, Celso y Alicia, jubilados tras medio siglo de trabajo.

El objetivo, lograr que regrese el público heterogéneo que siempre tuvo este lugar: el currito de desayuno tempranero, el parroquiano de sol y sombra, el estudiante y el nocturno malasañero -pandillero o vecinal-, entre otros.

La reforma acometida en el local ha respetado al máximo la esencia de este bar que, eso sí, se presenta ahora ennoblecido tras haber recubierto de mármol -a media altura- sus paredes y dejar al descubierto los capiteles que coronan sus columnas de hierro, ocultos anteriormente bajo el falso techo que escondía el antiguo sistema de ventilación. El cambio para la entrada de una puerta de madera por la que había de aluminio setentero también lo mejora estéticamente; en el suelo, una nueva baldosa hidráulica.

Víctor Díaz-Frey y su socio, Ángel Monje, del Grupo la Ardosa, están detrás de esta nueva vida del Sidi, como ya anunciamos el pasado mes de octubre: gente del barrio resucitando un bar de barrio que abrió en 1943. “La reforma y la propuesta son cien por cien continuistas”, señala Díaz-Frey.

Ayer lunes, a las 13 horas, el Sidi abrió primeramente para conocidos, amigos y vecinos y, tras esa especie de inauguración, en la tarde empezó a funcionar con normalidad, si bien no será hasta las 7:30 horas de este martes que eche a andar como a partir de ahora lo hará un día cualquiera, con la salvedad de que su impresionante barra de mármol aún no estará operativa del todo por tema pandemia y el Sidi, como tantos otros bares tradicionales, no puede ser el Sidi de siempre sin gente acodada en su barra intercambiando pareceres.