Hasta hace pocos años, había en la calle de San Bernardino una enorme tienda de decoración llamada Rústika que guardaba orgullosamente un tesoro oculto en su interior. Si el visitante era curioso, tras toparse con una preciosa ventanilla de taquilla trabajada en madera a su entrada, comenzaba una conversación con el encargado de la tienda que le sumergía en las noches de conciertos del antiguo Salón Montano, en el transcurso de las cuales se tocaban las creaciones de la fábrica de pianos aneja; y en las maravillas de la decoración del propio salón, con bonitas columnas policromadas y el trabajo conjunto de los hermanos Daniel y Germán Zuloaga –tíos del pintor Ignacio Zuloaga– en los frescos y tapices.
Aquellos tiempos quedaron atrás, hoy la tienda está cerrada desde el año 2014 y el edificio, vacío y en mal estado de conservación, sirve de plató de rodaje para producciones de tinte siniestro, como el título de terror Malasaña 32.
El edificio Montano, inconfundible por las letras M que coronan su fachada, figura en la Lista Roja del Patrimonio , una iniciativa de la Asociación Hispania Nostra que consigna públicamente el Patrimonio cultural y natural que se encuentra en abandono y peligro. Ahora, la asociación Madrid, Ciudadanía y Patrimonio ha solicitado su declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de monumento para todo el edificio a la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid. Actualmente, el inmueble ya ostenta una protección arquitectónica Integral de nivel A y sus elementos interiores también están protegidos.
MCyP acompaña la petición con un completo informe técnico de más de cien páginas –que ya presentó en su día– descargable en su página web. En la exposición de motivos de la petición, la asociación explica que el informe surgió tras una visita efectuada en el año 2014, en la que pudieron apreciar su valiosa decoración de los hermanos Daniel y Germán Zuloaga, que constituye eñ único ejemplo conservado del trabajo de ambos en común.
Esplendor y caída del Salón Montano
Ya a mediados del siglo XIX, en el solar donde hoy está el edificio tenía la familia Montano su conocida fábrica de pianos. La segunda generación de la familia Montano fue la que, a finales de siglo, construyó el edificio de viviendas, que incluía en los bajos un espectacular salón donde se exhibían los pianos con recitales del más alto nivel. Por sus veladas musicales pasaron el pianista José Arriola, el violinista Enrique Iniesta, el guitarrista Daniel Fortea o el violonchelista Pau Casals. El arquitecto, también perteneciente a la familia, fue Ricardo Montano.
Junto al edificio, se conserva otro de menor altura que era la propia fábrica de pianos, que hoy alberga el Centro Municipal de Mayores Dos Amigos (que adopta el nombre por encontrarse en esta calle).
A partir del primer tercio del siglo XX el complejo cambió de actividad y albergó diferentes instancias: la biblioteca de la Escuela de Peritos Industriales (ocupando sus talleres y laboratorios la contigua fábrica de pianos), el Instituto de Enseñanzas Profesionales de la Mujer en los años 50 o la mencionada tienda Rústika a partir de 1970.
Las necesarísimas obras de rehabilitación en las que estaba inmerso el edificio quedaron a medias en 2009 por falta de fondos, y no tardaron en aparecer las humedades en la tienda Rústika, con el consabido deterioro de los frescos y el mobiliario del salón.
En 2011 el edificio fue vendido por la Fundación Afal Futuro, en una polémica transacción en la que medió la avanzada edad y la demencia de María Jesús Moreno, heredera de Hiijos de Montano, a quien tutelaba la fundación en uno de sus centros. Moreno cambio su testamento en favor de la Fundación Reina Sofía y el cambio de manos se produjo a través de la venta a una sociedad de nueva creación muy por debajo de su valor estimado. Los muebles que tenía María Jesús Moreno en su propio piso, el más lujoso del edificio –pianos y pianolas de la propia fábrica, entre ellos– fueron subastados.
En 2018 se aprobó una licencia para que la propiedad del edificio lo convirtiera en una residencia universitaria, cuyo proyecto incluía la rehabilitación del edificio y la rehabilitación de los frescos. Sin embargo, el proyecto nunca se puso en marcha y el edificio abandonado se ha convertido en una de las localizaciones más conocidas entre el gremio de la producción cinematográfica. Además de Malasaña 32 se han rodado allí escenas de Torrente 5, Las Brujas de Zagarramurdi, Que dios nos perdone, No le culpes al Karma, entre otras películas o series. La continua actividad de estos rodajes cinematográficos, por cierto, ha desatado la ira de muchos vecinos, que han constatado que el gigantesco plató ocupa su calle constantemente y los pesados camiones de producción deterioran el pavimento.
Ahora, Madrid, Ciudadanía y Patrimonio pide la consideración del Edificio Montano completo como Bien de Interés Cultural en un intento de que este singularísimo inmueble y su patrimonio no acaben en un estado ruinoso irreversible.