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Nueve consejos para una Navidad responsable

Se acercan las navidades, unas fechas amadas y odiadas a partes iguales: fiestas de empresa, reuniones familiares multitudinarias, quedadas con los amigos de toda la vida, comidas y cenas que lograrán que no vuelvas a tener apetito hasta el mes de marzo y regalos, muchos regalos. Total, que si eres de los afortunados que has tenido la paga extra, mirarás el extracto bancario el día 8 de enero y te tirarás de los pelos preguntándote qué diablos has hecho con ese dinero que tu intención era guardar para el plan de pensiones (bueno, puede que esto sea exagerar, pero seguro que te habías imaginado invirtiéndolo en algo mucho mejor que un regalo para tus primos quintos del pueblo a los que no ves más que de nochebuena en nochebuena).

Ya seas de esas personas a las que les invade realmente el espíritu navideño, o seas un auténtico Grinch, estoy segura de que mantener un consumo responsable en estas fechas te resulta realmente complicado, así que hoy te voy a dejar unos cuantos consejos para tratar de garantizar un tipo de consumo menor, más sostenible y solidario.

Antes de comenzar a leer estos consejos, te adelanto que es casi 100% imposible cumplirlos todos, así que no te sientas mal si al terminar la Noche de Reyes te pones a reflexionar y te das cuenta de que no has sido del todo responsable. Lo importante es que te haga pensar, que poco a poco te ayude a incluir dentro de tus hábitos de vida algunos de estos puntos (no solo en navidad, también el resto del año) y que compruebes el enorme poder que tenemos como consumidores. A pesar de que por parte de los poderes públicos exista la responsabilidad de dictar normas que respeten una economía sostenible y solidaria -cosa que lamentablemente no siempre es así-, la opción final de consumir de una manera responsable está en el consumidor. Puede que en un principio te cueste alejarte de la presión de la publicidad en medios, redes sociales o grandes superficies, pero si lo logras, te ayudará a pensar de una manera mucho más libre que te hará cuestionarte muchas cosas.

Antes de meterte de lleno en las fechas navideñas, siéntate y prepara un listado de las cosas imprescindibles que vas a comprar y el precio máximo que tu economía te permite para no llegar ahogado a la temida cuesta de enero, incluyendo la comida, los regalos, los planes de ocio y los viajes (en el caso de que tengas que hacerlos). Este listado te ayudará a reducir el consumo impulsivo, tan propio de estos días.

Dedica tiempo a escribir con los más pequeños de la casa su carta a los Reyes Magos en el caso de que tengas esta tradición: evita que haga una lista interminable y una vez la hayáis hecho de manera conjunta, reparte la compra de esos regalos entre todos los miembros de la familia. De esta manera conseguirás que los niños no se vean abrumados por tantos obsequios y, si consideras que ha recibido demasiadas cosas, puedes guardar algunas para dárselas en otro momento del año.

La publicidad puede resultar muy engañosa, así que no te olvides de comparar y comprobar todos esos aspectos que te interesan de un producto. Recuerda que no solo es importante el precio: un consumo responsable implica que las condiciones sí que importan, las sociales, las laborales y el impacto ecológico que acarrea.

También es importante ser un consumidor consciente y crítico a la hora de llenar la nevera; consumir productos de proximidad te ayudará a saber qué alimentos vas a cocinar, además de fomentar la economía local. Recuerda que llevar bolsas de tela y evitar los envases de plástico es una manera de colaborar a que se generen menos cantidad de residuos que afectan al medioambiente.

Apoya el pequeño comercio comprando los regalos en las tiendas locales, los mercadillos, las ferias o rastrillos solidarios. Conseguirás impulsar la economía de los barrios, de los pequeños comerciantes y garantizarás originalidad, exclusividad y calidad.

Promueve en tu entorno lo que implica el verdadero espíritu de la navidad y da a conocer acciones solidarias que no solo puedan hacerse en estas fechas sino también el resto del año, como por ejemplo donación de ropa, mobiliario, alimentos o juguetes. Para recabar información sobre este tipo de actividades, lo mejor es centrarte en tu barrio y ver qué organizaciones existen que se dediquen a este tipo de recogidas y en la medida de lo posible, tratar de colaborar con alguna de ellas para poder contar cómo ha sido tu experiencia. Esto ayudará a acercar a la gente a una realidad que existe más allá del alumbrado navideño. Si vives en Malasaña, tal vez te interese esta información donde se habla de rastrillos, recogidas de alimentos, juguetes y productos de higiene y en el caso de que vivas en otro barrio, te interesará saber que el Ayuntamiento de Madrid lleva a cabo durante todo el año recogida de enseres, muebles, ropa y calzado, pudiendo tramitar tu solicitud directamente a través de la cuenta de @Lineamadrid y con el hashtag #RecogidaLM).

Las grandes comidas y cenas navideñas implican muchos residuos y aunque lo más sencillo sería meterlo todo en una misma bolsa, no te olvides de que reciclar ayuda a mantener un planeta más sostenible y un entorno más saludable para sus habitantes. Acostúmbrate a hacer esto durante todo el año y comprobarás que no resulta tan complicado.

Tener el árbol de Navidad las 24 horas del día encendido implica un consumo muy elevado de energía, así que si no quieres llevarte un buen susto en la próxima factura de la luz, reduce la iluminación a momentos puntuales.

No regales animales. Incorporar a un peludo a una familia debe ser una decisión meditada por todos los miembros y no una sorpresa que en ocasiones no es tan bien recibida como se esperaba. De animales que se regalan en estas fechas están plagadas las protectoras, así que evita este tipo de regalos porque las vidas no se compran y es un tema muy serio como para tomárselo tan a la ligera.

Como podrás comprobar, son nueve consejos que en realidad caen de cajón pero que en la práctica no siempre resulta tan sencillo llevar a cabo. El consumo responsable es un estilo de vida que implica un consumo consciente y crítico que no afecta solo a la hora de comprar en una tienda, sino también en los hábitos de vida en general, como emplear los recursos de los que disponemos de una manera responsable o contratar un servicio teniendo en cuenta las condiciones más allá de lo económico.

Las navidades se pueden disfrutar de muchas maneras y tú puedes elegir cuál es la que más te conviene a ti, a los tuyos, a tu barrio y al planeta.