Se confirma: los restos arqueológicos hallados en la calle de Fuencarral durante unas obras del Canal de Isabel II se corresponden con el Viaje de agua de la Alcubilla. Se sabía que el viaje, cuyo origen se remonta al siglo XV –estos restos son del XVII–, discurría por estas calles, pero no estaba geolocalizado, si bien los elementos de obras posteriores que atraviesan las galerías evidencian que en anteriores ocasiones se había obviado el hallazgo arqueológico.
La mayoría de los vecinos se enteran, pues, de que bajo sus pies transcurren 182 metros de canalización construida en 1.632. El Viaje de la Alcubilla tenía, a su paso por la zona, las fuentes de San Antonio de los Portugueses, la de la calle Valverde, la de los Mostenses o la de los Afligidos.
Los técnicos de Patrimonio que visitaron los restos arqueológicos el pasado 8 de agosto adelantaron que tenían valor patrimonial, aunque se descartaba musealizarlos. Ahora se confirma que las galerías seguirán ocultas a los madrileños bajo el hormigón de la ciudad. Los dos tramos de galerías, un viaje de agua y una estructura asociada al viaje de agua, se han protegido con material geotextil y arena para, posteriormente, cubrirlos hasta el nivel de calle por hormigón. Sin embargo, los arqueólogos han estado documentando las galerías y se va a dejar un registro en superficie para futuras investigaciones.
Viajes del agua
Viajes del agua
Los viajes de agua fueron la red de galerías subterráneas que proporcionaba agua a Madrid antes de que se produjera la traída de aguas del río Lozoya (1851) por medio del Canal de Isabel II. Los más antiguos se remontan a la misma fundación de Madrid, en el siglo XI. Las zonas de captación del agua estaban situadas entre los caminos de Fuencarral y el de Alcalá, en las cercanías de los pueblos de Fuencarral, Chamartín, Canillas y Canillejas (localidades más altas que Madrid, lo que permitía que el agua cayera hacia la ciudad). Los viajes tenían minas de captación, una canalización suficiente para el paso y pozos de registro y aireación que permitían el paso a la conducción.