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Un bar de Malasaña echa un pulso al distrito al colocar una terraza sobre plazas de aparcamiento para residentes

Desde que el pasado miércoles el bar-restaurante Pic & Nic, en el 31 de la calle de San Andrés, instalara una terraza sobre las dos plazas de aparcamiento para residentes que hay delante del local, su gerente no ha dejado de recibir consultas del resto de hosteleros de la zona para saber cómo ha podido obtener permiso para hacer lo que muchos de ellos llevan meses persiguiendo: colocar, de forma temporal, un velador en Centro que les permita tratar de salvar sus negocios en esta época de Covid-19.

La Junta Municipal del distrito ha ido denegando por sistema las solicitudes que le han llegado para colocar mesas y sillas en franjas de aparcamiento y nada hace pensar que aquellas que aún no han recibido contestación vayan a correr distinta suerte. Por ese motivo, la aparición de la citada terraza en Malasaña ha despertado tanto interés en el sector.

Para no conceder permisos, el distrito se apoya en el criterio del área de Movilidad del ayuntamiento de no permitir que se ocupen con terrazas zonas de aparcamiento para residentes si no es posible convertir en verdes, en el mismo barrio, otras de rotación. Que se dé ese supuesto es un imposible en áreas como Malasaña, donde ya no existen plazas azules de estacionamiento regulado, por lo que algo de lo que se pueden beneficiar hosteleros de otros puntos de Madrid queda vetado a los de Centro.

Como era de prever, la administración no ha hecho una excepción con el Pic & Nic y, según han confirmado a Somos Malasaña desde la Junta Municipal de Centro, el bar no tiene permiso del distrito para instalar terraza alguna, algo que, sin embargo, podría no ser suficiente para evitar que este negocio pueda mantener el velador que ya ha montado o, al menos, es lo que creen sus responsables.

Desde este bar indican que presentaron al ayuntamiento su proyecto de terraza hace más de 60 días y que al no recibir respuesta dentro del plazo legal estipulado para ello procedieron a enviar un suplicatorio al concejal de Centro, José Fernández. Tras eso, y tras “más de 15 citas presenciales en distintos departamentos” municipales para tratar de obtener una respuesta positiva a su petición, consideraron, con el asesoramiento legal correspondiente, que ya podían instalar su velador, echando un claro pulso al distrito, que advierte que “el silencio administrativo en la vía pública siempre es negativo”.

Según el gerente del Pic & Nic, el bar estudia ahora, incluso, interponer una denuncia contra el Ayuntamiento “por demorar todo el proceso y permitir que durante todo el tiempo en el que hosteleros de otros distritos de la ciudad han estado explotando las terrazas que la normativa especial anti Covid les ha permitido colocar ellos, al igual que el resto de establecimientos de restauración del distrito, han estado trabajando en desigualdad de condiciones, con el consiguiente perjuicio económico que aseguran les genera esta situación”.

Hasta el momento, en todo el distrito sólo se había instalado una terraza en una zona verde de aparcamiento para residentes y lo había hecho de forma ilegal. El dueño del restaurante El Perol presentó el proyecto para colocarla y sin esperar a contestación municipal alguna montó su velador sobre un par de plazas de aparcamiento. Esto sucedía a finales del pasado julio en Travesía de las Beatas, donde a día de hoy aún opera.

El Pic & Nic y El Perol son dos insumisos entre un mar de cientos de restauradores que no ven tan claro dar el paso que ambos se han decidido a dar. Cada día que pasa con sus terrazas instaladas corre a favor de sus negocios y puede servir de acicate para que otros, más respetuosos con la normativa o más timoratos, opten por unírseles. No hay bar o restaurante en la zona que, de poder, renunciara a colocar sillas y mesas allá donde le dejen.